Los medios de comunicación norteamericanos han tenido acceso al testamento de Matthew Perry, fallecido el 29 de octubre del año pasado a los 54 años. El actor de 'Friends' hizo el documento legal en 2009.
En el testamento, Perry dejaba un fideicomiso en vida con la mayor parte de sus activos, con sus padres, John Perry y Suzanne Morrison, como beneficiarios junto con su mediohermana Caitlin Morrison y su exnovia Rachel Dunn. Las ejecutoras del fideicomiso eran Lisa Ferguson y Robin Ruzan, productora ejecutiva de 'Celebrity Liar', programa en el que participó el actor.
El fideicomiso lleva por nombre Alvy Singer Living Trust, en honor al personaje de Woody Allen en 'Annie Hall'. Esa película era muy querida por Matthew Perry, como dejó escrito en su autobiografía. El actor explicaba que su recuerdo favorito de la infancia era un día de juegos de mesa y una noche "partiéndonos de risa" con 'Annie Hall' junto a su madre.
Nada para sus hijos
Uno de los puntos más interesantes del testamento es que Perry dejó escrito que ningún hijo suyo podría acceder al fideicomiso. El actor no tuvo descendientes, pero se cubrió las espaldas por si acaso.
Matthew Perry tenía 1 millón de dólares en propiedades personales en el momento de su muerte, pero su valor neto ascendería a los 120 millones de dólares.