Cómics, videojuegos, películas de ciencia ficción, obsesión por el sexo, lenguaje soez... son algunas de las señas de identidad del despectivamente conocido como "friki". Con tal bagaje difícilmente se llegará a hacer una buena película; pero aún más osada es la tarea si tu propósito es alcanzar el éxito, ganarte una legión de fans a tus espaldas, y labrarte un futuro en el mundo del cine. Todo eso lo consiguió, hasta límites insospechados, un joven director y guionista llamado Kevin Smith con su ópera prima, 'Clerks'.
Estrenada en 1994, tras pasar con éxito por el Festival de Cannes, esta cinta de bajo presupuesto multiplicó exponencialmente su inversión gracias a su descarado lenguaje, su incorrección y su absoluta falta de complejos: unos diálogos cargados de acidez y mucho ingenio que la convirtieron en la comedia de referencia de los 90, desatando millones de carcajadas entre la audiencia.
Lo soez como arma
'Clerks' narra las aventuras y desventuras de dos "cajeros". Ambos no podían ser más diferentes, y sin embargo, son grandes amigos, aunque cueste creerlo en un inicio. Dante es el empleado de una tienda muy cutre de autoservicio, algo que no impide que se tome muy en serio su trabajo, hasta el punto de pringar su día libre para cubrir la atención del negocio. Randal, en cambio, es el típico pasota, regenta el videoclub contiguo pero se pasa la mitad del horario de trabajo con su desgraciado colega, le encanta chulear y sacar de quicio a sus clientes sin importarle las consecuencias, incluso es descarado con los de la tienda de ultramarinos si se le presenta la oportunidad.
Las señas de identidad de la película son su vocabulario, el emplear la escatología como escudo para abordar con ingenio situaciones cotidianas: amor, amistad, trabajo, ocio... y el darle sentido a las situaciones más groseras, chabacanas, ordinarias. Así, una conversación entre Dafne y su novia sobre sus anteriores relaciones degenera en un recuento de felaciones, para dar pie a reflexionar sobre la confianza en tu pareja y el pasado como estigma; el análisis de la destrucción de la segunda Estrella de la Muerte en la franquicia 'Star Wars' esconde una defensa por los derechos de los trabajadores y a partir de las conversaciones con los clientes sacamos punta a los más variados temas, y siempre sin abandonar los insultos, el descaro, el lenguaje más grotesco en cada conversación.
El universo Kevin Smith
Y en eso se ha caracterizado siempre la filmografía del bueno de Kevin Smith, que con ingenio y verborrea se ha labrado una carrera. Ha lanzado a la fama a actores de la talla de Ben Affleck, Jason Lee, o en menor medida Matt Damon, jugando con las conexiones argumentales y de personajes en sus primeras y mejores películas, de ahí salieron los míticos Jay y Bob el silencioso, personaje que él mismo interpreta y quien de sus escasas palabras habitualmente mana la moraleja, el mensaje principal que encierra cada uno de sus filmes. Un director que se califica a sí mismo como mediocre, algo que no es falsa modestia pues es bastante cierto, pero que ha sabido aprovechar al máximo sus virtudes. Así en su trayectoria hay altos ('Persiguiendo a Amy') y bajos ('Vaya par de polis'), pero nunca alcanzando la frescura de su debut, su alargada sombra lo ha perseguido a lo largo de toda su carrera. Un camino bastante errático y siempre descendente, de hecho ahora quieren recuperarlo en su momento más bajo solo por atreverse a abordar territorios que no son los suyos, y nunca con la misma brillantez.
Y es que 'Clerks' es su película más acertada, en la que se mueve en su salsa sin tapujos, a pesar del ínfimo presupuesto. Para su realización contó con un irrisorio presupuesto, que ni siquiera alcanzaba los 30.000 dólares: tuvo que vender su preciada colección de cómics, pedir donaciones a su familia y amigos e incluso trapichear con tarjetas de crédito o el seguro de su coche. Y eso se nota en su cochambrosa apariencia, fue rodada en blanco y negro y por la noche debido a su escasez de recursos. Así, uno de los ardides más graciosos de la película, el que Dante no pueda abrir las persianas del establecimiento, surgió por necesidad. Los actores son semiprofesionales o incluso amateurs, los escenarios son los justos y las escenas de acción brillan por su ausencia.
Y puede que condiciones tan precarias fueran decisivas, paradójicamente, para un resultado tan redondo. Como estaba comentando hablamos de uno de los grandes éxitos del cine independiente, que dio lugar a una secuela que sin estar a la altura es dignísima continuación, una serie animada para la ABC e incluso una serie con actores reales que no llegó a la luz por horrenda, o eso dicen. Ninguna deparará tantas risas como la original, una de las comedias más divertidas, incorrectas e ingeniosas que uno se puede encontrar. Por ello es una cinta de culto que ha conectado con audiencias de todos los perfiles y edades, aunque no fuera su intención inicial.
Club de Cine: Próximas entregas
26 de enero de 2012: 'Memento'