Muchas veces los más cinéfilos tenemos miedo de decir en público esos placeres culpables que tanto nos gustan. Vivimos en una sociedad donde nos da miedo el qué dirán y preferimos callarnos antes de confirmar. Lo mismo le podría pasar al actor británico Colin Firth, quien ha trabajado con los mejores directores del planeta y ha recibido los premios más importantes de la industria.
Pero parece que Firth no tiene miedo de hablar de sus gustos más personales de manera totalmente abierta y aunque algunos tachen su gusto de pésimo, ha anunciado que el musical que protagonizó junto a Meryl Streep, 'Mamma Mia!', es una de las películas de las que más orgulloso se siente. De nada sirven sus trabajos en 'El discurso del Rey' o en 'Orgullo y prejuicio', la película con las canciones de ABBA es especial para él.
"En realidad la amo. Se como suena... Vi como la cara de un periodista cambiaba de color cuando le dije que era una de las que más me gusta de las que he hecho, creo que no pasa el test snob fácilmente", declaraba el actor para Digital Spy. "Pero creo que es muy inusual que una pieza de entretenimiento de este tipo llegue a tanta gente, no importa lo que pienses de ABBA, lo sabes" ... "Cuando tienes mi edad, has crecido mientras sonaba en algún lugar. Cuando suspendía mis exámenes o rompía con mi novia, no me encontraba bien, pero ABBA sonaba siempre en alguna gramola".
Vuelve ABBA
'Mamma Mia' fue un éxito sin precedentes y recaudó 600 millones alrededor del mundo a pesar de las malas críticas. Por ello Firth y compañía podrán intentar repetir su éxito con la secuela 'Mamma Mia: 'Here We Go Again!'', que llegará el próximo verano a los cines. "Mi pasado está de vuelta... como un reflujo ácido. Tengo que estar agradecido por tener un par de películas que la gente quiere volver a revivir de un modo u otro". Pero antes de esto tendremos a Firth en otra secuela de éxito, 'Kingsman: El círculo de oro' que llegará a España el 22 de septiembre de 2017.
10 peores musicales del siglo XXI
'Nine'
En 2009, 'Nine' era una de las grandes aspirantes a convertirse en una de las cintas más aclamadas del año. Hasta que se estrenó. Ni Rob Marshall, director del último musical ganador de un Oscar a Mejor Película ('Chicago'), ni su esencia de homenaje a esa obra maestra llamada '8 y medio', ni su reparto lleno de estrellas con, atención, Daniel Day-Lewis, Marion Cotillard, Penélope Cruz, Nicole Kidman y Judi Dench a la cabeza, consiguieron salvar de la quema una película que fallaba a la hora de aportar nervio, sensualidad, vida, fuego a una historia que lo pedía a gritos. Lástima que nadie la escuchara con atención, o peor, que nadie supiera como encontrar la clave para llevar este musical del cinco al diez. Desde luego, no sería por falta de recursos.
'Into the Woods'
Lo mínimo que uno puede pedirle a un musical es ritmo. Parece básico, evidente, pero no por ello hay que dejar de valorarlo y, especialmente, exigirlo. Si pierdes esa batalla tan esencial olvídate de la guerra. Imposible. Y eso es precisamente lo que le ocurría a 'Into the woods', un patinazo total e inesperado en términos narrativos y melódicos.
La obra original, un clásico contemporáneo firmado por Stephen Sondheim, mismo responsable de, entre otras, la magistral partitura de 'Sweeney Todd' que Tim Burton convirtió en una no menos excelente película, se ve transformada aquí en una plana, aburridísima adaptación cinematográfica en la que poco o nada funciona. Y eso que se intenta dar con la fórmula perdida durante más de dos horas eternas. Pero nada, lo único que queda después de verla es la sensación de que 'Into the woods' podría haber sido un buen producto, un musical cinematográfico de cierta altura, si alguno de sus responsables hubiese mostrado algo de interés por dotar de sentimientos a una película completamente vacía. Quedarnos con su aceptable prólogo sería demasiado benevolente.
'Burlesque'
¿Recordáis todo lo que funcionaba en 'El bar Coyote'? Es decir, la frescura en el ritmo, la ausencia de prejuicios (y vergüenza) en el tono, la efectividad de una historia repleta de tópicos pero contada con gracia y cierto encanto. Pues bien, eso es todo lo que falla en 'Burlesque', una propuestas que no es más que un fallido vehículo de lucimiento para dos estrellas de la canción: Cher, empeñada en demostrar la pereza que le da todo lo que sucede a su alrededor, incluyendo la propia historia que está protagonizando, y Christina Aguilera, empeñada en hacer el ridículo mostrando un talento interpretativo inexistente. Eso sí, como comedia involuntaria funciona a las mil maravillas. Quizá era su intención secreta. Por mirar el vaso medio lleno, vaya.
'Zafarrancho en el rancho'
El principal mérito de 'Zafarrancho en el rancho', un título que sigue siendo absolutamente increíble que contara con el favor del estudio de animación más importante de la historia del cine, fue no acabar por completo con Disney. Razones para ello, desde luego, había unas cuantas. Empezando por su manera de convertir el musical, una de las más deslumbrantes marcas de la casa, en algo demasiado cercano a la parodia.
No hay melodías memorables, no hay canciones que lleguen al aprobado más justo, no hay números que entusiasmen ni a los más pequeños de la casa. Un atraco a la tradición, un golpe a la memoria nostálgica colectiva. La sensación, una vez revisada, sigue siendo que 'Zafarrancho en el rancho' estuvo realizada por los peores enemigos de Disney, infiltrados para destruir todo desde dentro. No hay otra explicación.
'London Road'
'London Road', adaptación al cine comandada por Rufus Norris del exitoso musical teatral dirigido por él mismo, intentaba aportar una esencia nueva al género a través de una mezcla extraña entre el thriller, estructurado sobre los hombros del lado más perverso del ser humano, y el drama costumbrista. Una pirueta arriesgada que, para más inri, se apoyaba en los sucesos reales que marcaron en 2006 la vida de los vecinos de Ipswich, en el condado de Suffolk, tras el descubrimiento de los cuerpos sin vida de cinco mujeres. Un punto de partida terrible y perturbador que, probablemente, habría funcionado mucho mejor como intriga criminal que como musical, género en el que fracasa de manera estrepitosa.
Adam Cork, responsable de los temas que se van sucediendo sin ritmo ni gracia durante 91 minutos que pesan como un auténtico ladrillo, no consigue dar forma a ninguna canción realmente memorable, más bien todo lo contrario. Imposible recordar un estribillo o una estrofa. Algo similar a lo que ocurre con todas y cada una de las escenas de esta decepción mayúscula.
'Rock of Ages (La era del rock)'
Seguimos sin entender como Adam Shankman, el mismo tipo que dirigió la estupenda 'Hairspray', una de las adaptaciones cinematográficas de un musical más notables de los últimos años, fue capaz de entregar un trabajo tan pobre, ridículo y aburrido como 'Rock of Ages (La era del rock)'. Un desastre de dimensiones gigantescas en todos los sentidos que supone un insulto al género, en su versión clásica y moderna, y cuyo único mérito es mostrar los peores tics de la música de los ochenta sin piedad alguna, convirtiendo lo que en algunos casos son buenas canciones en parodia pura y provocando la vergüenza ajena en más de una ocasión.
Imposible borrar de la memoria cada numerito de un Tom Cruise entregado como siempre pero más insoportable que nunca, o la ridícula escena final protagonizada por Alec Baldwin y Russel Brand. En el mejor de los casos, 'Rock of ages (La era del rock)', podría haber sido un espectáculo petardo con el que tararear y bailar con sonrisa cómplice y contagiosa. ¿Y en el peor? Lo que finalmente es.
'Annie'
A lo largo de los últimos años de Hollywood, han sido muy pocas las ocasiones en las que se ha visto a un reparto tan sumamente incómodo en su propia película como en el caso de 'Annie'. Poquísimas, puede que ninguna. Pero, claro, imposible no entender a los intérpretes que se arrastran sobre el fango de este remake perpetrado por un Will Gluck que, a cada año que pasa, parece definitivamente destinado a la terrible lista de directores en paro por culpa del estrepitoso fracaso de uno de sus proyectos. Puede que Hollywood perdone, pero no olvida. Y aquellos que sufrimos este bochorno en el cine tampoco deberíamos hacerlo.
'Hannah Montana: La película'
Después de provocar insoportables empachos de azúcar con el tridente formado por 'Enredos de sociedad', 'Serendipity' y, glups, '¿Bailamos?', el director Peter Chelsom se lanzó de lleno a la mismísima boca del infierno Disney dirigiendo 'Hannah Montana: La película', uno de los últimos coletazos de la versión más azucarada e insoportable de Miley Cyrus.
Por supuesto, aquellos que disfrutaban de la serie de televisión original encontraban aquí todo lo que estaban buscando, pero el resto, y eso incluye a muchos amantes del género musical que se acercaron a ella con curiosidad, no les quedaba otra que saltar del barco pocos minutos después de que empezara el viaje. Afortunadamente, no faltaba demasiado para despedirnos de Montana y recibir con los brazos abiertos una etapa profesional de Cyrus mucho más interesante.
'Jem y los Hologramas'
Su sinopsis ya fue una razón más que suficiente para que nadie fuera al cine a ver 'Jem y los Hologramas'. Y hablamos de una forma casi literal. Veamos, esta adaptación de la serie de dibujos animados de los años 80 del mismo nombre que, sorpresa, tuvo cierto éxito en su momento, nos presenta la historia de Jerrica Benton y su hermana Kimber, hijas del dueño de la prestigiosa discográfica Stalight Music, quien, tras morir, les deja en herencia unos pendientes con forma de estrella. Entonces, al ponérselos por primera vez, ante Jerrica aparece el holograma de una mujer que la conduce a ella y sus amigas al sótano de un cine abandonado donde encuentran la auténtica herencia de su padre: Synergy, un artefacto capaz de generar hologramas de gran realismo y de cambiar objetos y crear imágenes extremadamente realistas al mismo tiempo.
Por otro lado, cuando ambas hermanas se dan cuentan de que Eric Raymond, antiguo asesor de su padre, está intentando quedarse con Satrlight Music a través del grupo musical The Misfits, ellas mismas montarán un grupo gracias a Synergy y sus dos amigas, Aja y Shana, llamado 'Jem y los Hologramas'. Confiar en que algo así hubiera triunfado sería demasiado incluso para los más optimistas de Hollywood. Uno de los grandes desastres en taquilla de todos los tiempos y un musical que provoca vergüenza ajena en cada uno de sus planos.
'Glitter'
Más allá de entender su existencia, lo realmente imposible es tratar de definir este espectáculo lamentable llamado 'Glitter (Todo lo que brilla)' sin resultar excesivamente ofensivo. Un esfuerzo intenso y profundo que sus principales responsables decidieron no hacer tratando de encontrar algo de paz mental para unos espectadores condenados a algo muy similar a una tortura. Porque usar el término 'película' se nos antoja demasiado benevolente.
Pero Mariah Carey, diva ya anclada entonces en el ridículo casi constante, estaba decidida a entrar en el mundo del cine y lo hizo por la peor puerta posible con un producto hortera y aburrido que, de manera increíble, no supuso una tumba artística para la cantante. Tremendo mérito.