La comedia siempre es una buena forma de hacer frente a aquellas situaciones que más cuesta mirar a los ojos. Y si no, que se lo digan a Taika Waititi. El director de 'Thor: Ragnarok' y 'Thor: Love and Thunder' consiguió poner humor a una historia sobre la Alemania nazi en una aclamada película de 2019 disponible en Netflix.
A simple vista, nazis y comedia no parecen dos conceptos que casen demasiado bien, pero solo hay que ver 'Jojo Rabbit' para saber que pueden ir de la mano siempre y cuando se haga de la forma adecuada. Con una estética que muchos comparan con la de las películas de Wes Anderson, Waititi nos lleva a la Alemania del año 1944 en plena Segunda Guerra Mundial.
Según las palabras del propio director en una entrevista, "la comedia es una buena herramienta para aplacar a los matones, a los dictadores, a los regímenes... Y es una buena forma de burlarse de ideas que básicamente son absurdas". Por eso no sorprende que haya querido hacer uso de ella para, a través del punto de vista de un niño, hablar de los horrores de una época tan negra en la historia.
Una trama que te divierte, entretiene y emociona a partes iguales y un reparto formado por nuevas estrellas como Roman Griffin Davis y Archie Yates junto a actores de renombre entre los que se incluye el propio Waititi, además de otros como Scarlett Johansson, Sam Rockwell y Rebel Wilson, son algunos de los ingredientes que convierten esta cinta en un éxito. La parte visual también destaca, colores vivos que contrastan con la oscuridad del momento en el que se ubica la historia. Pero por encima de todo está la comedia.
El humor es lo que hace que esta película se diferencie de las otras muchas que hablan sobre los horrores del holocausto. Basándose en la novela de Christine Leunens 'El cielo enjaulado', Waititi se toma las licencias creativas suficientes para añadir el que, probablemente, sea el elemento más característico de la película: Hitler como amigo invisible. Ver desde los ojos de un niño admirador del füher la Alemania Nazi ya es algo innovador, pero que la visión de Adolf Hitler se convierta en el mejor amigo del chaval es una vuelta de tuerca que la convierte en diferente y especial.
La intención del director con esta cinta era acercar la historia de la Segunda Guerra Mundial a los más jóvenes. Por ello eligió a un niño como protagonista, para poder contar a través de su historia lo que ocurrió en esa época. Gracias a esa perspectiva más inocente y a los vínculos que forma el protagonista con Yorki y con Elsa (Thomasin Mckenzie), la trama es más ligera y accesible incluso para los más pequeños.
Es cierto que no todo el mundo está contento con la película pero, ¿es eso posible? Hay quienes consideran que Waititi se quedó demasiado corto. Si por algo se caracteriza el neozelandés es por no meterse nunca en problemas, algo que consiguió de nuevo con esta historia. Pero, aunque algunos consideran esto un error, en líneas generales la película gustó a crítica y público. Su nota en Rotten Tomattoes es de un 80% para los expertos y de un 94% para el público general, todo un éxito.
En los Premios Oscar consiguió 6 nominaciones, incluida la de mejor película. De estas se llevó una única estatuilla, la de Mejor Guion Adaptado, convirtiéndose en el primero y, de momento, último que ha ganado el guionista de 'Lo que hacemos en las sombras'.
Un Hitler judío como venganza
La sátira de esta película comienza mucho antes de la primera broma que vemos en la gran pantalla, el punto de partida está en la elección del reparto. Evidentemente una de las grandes incógnitas era quién iba a interpretar al dictador, un personaje histórico cuanto menos despreciable. Tras no estar muy convencido de primeras, Waititi acabó asumiendo el papel. Detrás de esta decisión hay varios motivos, pero la ironía es uno de los principales.
Por un lado estaba el hecho de que no querían que una gran celebridad interpretara al personaje ya que "se habría quitado parte del alma de la historia sobre los niños", afirmaba el guionista. No quería que eso se convirtiese en una distracción o que se utilizase como estrategia de marketing, pero no fue la única razón.
Está claro que hace falta una gran motivación para convertirse en un personaje al que desprecias, el insulto fue la de Waititi. "¿Qué mejor forma de insultar a Hitler que que lo represente un judío polinesio?", se preguntaba el actor en una publicación en Twitter/X al anunciar el inicio del rodaje. Con esta premisa acabó atreviéndose con el papel para el que confiesa que no hizo mucha investigación previa ya que el füher no merecía una representación fiel.
En cuanto al famoso bigote, el actor decidió afeitarse por completo y usar uno de quita y pon, ya que no le apetecía pasear por la calle durante sus ratos libres con una estética que se pareciese a la del dictador. Pero, pese a la complicación del papel, Waititi se divirtió porque tuvo la oportunidad de interpretar a un adulto con mentalidad de niño al tratarse de la representación de un Hitler que vive en la imaginación de Jojo.