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PRECRÍTICA

'Como locos... a por el oro', entretenimiento sin desgaste de neuronas

'Como locos... a por el oro' entremezcla aventuras, romance y búsqueda de tesoros a partes iguales.

Por Óscar Martínez 23 de Abril 2008 | 18:29

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Andy Tennant, responsable de 'Hitch, especialista en ligues', dirige 'Como locos... a por el oro', película protagonizada por Matthew McConaughey, Kate Hudson, Donald Sutherland, Ray Winstone, Ewen Bremner, Alexis Dziena y Kevin Hart.

'Como locos... a por el oro' cuenta la historia de Finn, quien está obsesionado por encontrar un suculento tesoro del siglo XVIII. Para la búsqueda, Finn ha invertido todo lo que posee, incluido su matrimonio con Tess y su viejo barco de salvamento que está más que oxidado. Justo cuando Tess ha comenzado a hacerse una nueva vida, trabajando en el lujoso yate propiedad del multimillonario Nigel Honeycutt, Finn descubre una pista clave para encontrar el escondite del tesoro. Confiado en que su suerte va a cambiar con esta nueva información, Finn se las arregla para subir a bordo del yate de Nigel y convence al magnate y a su hija, Gemma, para unirse a la búsqueda del tesoro español.

'Como locos... a por el oro' entremezcla acción, aventuras, comedia y romance a partes iguales, si bien unas resultan salir bastante mejor paradas que otras. Con una premisa tan básica como puede ser la búsqueda del tesoro de un navío español oculto en el fondo del océano, la nueva película de Andy Tennant construye a lo largo de cien minutos un entrenimiento irrisoriamente simple aunque lo suficientemente eficaz, si es que uno va a verla con las expectativas adecuadas.

Con olor a secuela

En primera instancia, 'Como locos... a por el oro' bien podría recordarnos a títulos como 'La búsqueda', por citar el ejemplo más reciente, pero lo cierto es que se encuentra más cerca de productos como 'Tras el corazón verde' o 'La joya del Nilo' que a las aventuras de Benjamin Gates. De este modo, y a pesar de que toda la acción gira alrededor de la búsqueda del Aurora, las secuencias románticas en clave humorística predominan a lo largo de toda la cinta, en una película de tono paródico que mejora notablemente a medida que avanza el metraje.

Y es que el inicio de 'Como locos... a por el oro' no es precisamente el más acertado: personajes risiblemente arquetípicos y guiñolescos, bastante antipáticos en algunos casos, y unas líneas de diálogo pretendidamente ingeniosas pero absolutamente carentes de gracia alguna hacen esperar a uno lo peor, pero lo cierto es que a medida que la acción transcurre y se desarrolla, la película de Andy Tennant se convierte en el divertimento sin pretensiones que debería ser.

Así pues, las aventuras bajo y sobre el agua se compaginan con las discusiones de pareja en plena acción, las caricaturas de los malosos de turno en clave negrata caribeño, persecuciones y explosiones, cocineros gays y niñas pijas, en una película bastante lamentable si uno se para a pensar en ella, pero que como divertimento palomitero puro y duro posee cierto encanto e incluso aires de secuela.