'Médico de familia' marcó un antes y un después en la televisión española. Desde que en 1995 conocimos a Nacho Martín, ese médico viudo y con tres hijos que intenta sobreponerse a la muerte de su mujer, las series no volvieron a ser lo mismo. Eso y que tuviera un interés amoroso con su cuñada (Lydia Bosch) hizo que casi nadie se perdiera los 118 capítulos que siguieron al piloto.
Durante nueve temporadas -en cinco años- seguimos los avatares de esta familia que no es que se pareceriera demasiado a cualquier otra. Aún así fue un éxito sin procedentes, casi nadie se perdía un capítulo y era conversación imprescindible al día siguiente.
Marcó el camino de las series de los 90
La serie protagonizada por Emilio Aragón fue una de las primeras producidas por las cadenas privadas en España y de las que más éxito tuvo en el momento. Junto a 'Farmacia de guardia' -una de Telecinco y otra de Antena 3- marcó el camino de lo que sería la televisión en los años siguientes, con sus cosas buenas, pero también con otras no tan favorables.
'Médico de familia' se ha ganado un puesto protagonista en la historia de la televisión española, y en la memoria de quienes siguieron las andanzas de la familia Martín. Son varios los motivos por los que se ha ganado este lugar, que repasamos a continuación.
Cómo cambió 'Médico de familia' la televisión española
Qué es eso del share
'Médico de familia' se estrenó apenas cinco años después de la llegada de los canales privados a nuestros televisores. Por entonces los espectadores aún estábamos descubriendo qué eran eso de las audiencias y el share. Y en parte lo supimos porque los datos de esta serie de Telecinco eran espectaculares. Cada uno de sus capítulos tenía una cuota media del 48%, pero el de la boda de Nacho y Alicia está considerado como el más visto de la televisión, con un share del 60% y algo más de 10 millones de espectadores.
Importancia de los secundarios
Las series españolas siempre habían dejado claro quién era su protagonista, incluso cuando se trataba de una trama grupal, pero con 'Médico de familia' descubrimos que los secundarios también podían triunfar. Y mucho. Fue lo que pasó con la Juani (Luisa Martín), que consiguió eclipsar al resto de la familia y se convirtió en uno de los personajes televisivos más queridos de la historia seriéfila de nuestro país. Tal fue así que fue ganando peso y sus tramas ocupando cada vez más y más espacio en los guiones.
Cameos internacionales
En los años 90 ya sabíamos lo que era que un famoso hiciera un cameo en televisión, pero que Ricky Martin o Britney Spears apareciesen en una serie española ya era otra cosa. Lo hicieron en 'Médico de familia', interactuando durante unos segundos con los protagonistas, los suficientes como para que al otro lado de la televisión los millones de espectadores que veían la serie semanalmente alucinasen.
Descubrimos los desayunos patrocinados
Numerosas escenas de 'Médico de familia' tenían lugar en la cocina y en torno a la mesa. Cierto es que los españoles somos muy de reunirnos a comer pero lo cierto es que los desayunos espectaculares que los Martín se metían entre pecho y espalda a diario nos dejaba a todos con la boca abierta. Hasta el momento no sabíamos que en realidad eso era publicidad encubierta (product placement) y que no nos dábamos cuenta que cada vez que se servían un café nos metían por los ojos una determinada marca de leche -que seguramente aún a día de hoy recuerdas. Fue de las primeras series españolas en trabajar esta técnica.
Salto internacional
'Médico de familia' fue un éxito de la televisión española que traspasó las fronteras de nuestro país. Tal es así que fue uno de nuestros primeros productos televisivos que contó con adaptaciones en otros países. La más curiosa fue la de Italia, donde la serie se convirtió en comedia, tuvo más capítulos que en España y acabó siendo otro fenómeno de masas. No era la primera serie que salía fuera, pero sí de las que más interés suscitó por entonces.
Precursora de las series familiares de los 90
'Médico de familia' fue una de las precursoras de un tipo de serie que se impondría durante años en la televisión española. Se trata de producciones familiares, aparentemente blancas, con cierto tinte dramático de trasfondo. Después vendrían otras como 'Los Serrano' o 'Periodistas'. También fue el primer gran éxito de Daniel Écija.
Primer shippeo, antes de que existiera el concepto
Hoy en día es habitual que en casi cualquier serie los fans generen shippeo entre dos de los personajes, pero a mediados de los 90 el concepto en nuestro país ni siquiera existía. Eso no evitó que la relación entre Nacho y Alicia fuera de interés nacional y suscitara millones de conversaciones cada semana, a pesar de que estaba claro que pasarían por el altar. Lo único que le faltó fue tener nombre. ¿Os imagináis algo así como Nacia? Aunque suena mejor Acho...
Primer crossover y con la competencia
'Médico de familia' y 'Farmacia de guardia' fueron las dos primeras series españolas que protagonizaron un crossover. Y lo más curioso de todo es que no pertenecían a la misma cadena y eran competidoras directas, eran los dos programas televisivos más importantes del momento. En un capítulo Nacho apareció por la botica de Lourdes Cano. No fue el único crossover, porque después hubo otro de dos personajes de 'Periodistas' que entrevistaron a Manolo y Matías.
Integración actores con síndrome de Down
Ser una ventana abierta a millones de espectadores cada semana le permitió a 'Médico de familia' mostrar una realidad que no siempre era visible. Ocurrió con la de las personas con síndrome de Down, que por primera vez aparecieron en una serie de televisión. Alberto Domínguez-Sol interpretaba a Ernesto, celador del centro de salud en que trabajaba Nacho y que fue el primero de muchos actores con síndrome que mostró su valía en la televisión. También ayudó a visibilizar al colectivo gay al introducir un homosexual (interpretado por José Conde) como otro de los trabajadores del ambulatorio.
El grito de "Chechu"
Son muchas las series que incluyen en sus guiones frases que a fuerza de ser repetidas se convierten en habituales para el público y se habitúa a usarlas con naturalidad. Ocurrió con "un poquito de por favor" en 'Aquí no hay quien viva' o "a esta familia no la separa ni Dios" en 'Herederos'. Pero primero estuvo el grito de "Chechu" con el que el abuelo Manolo llamaba a su nieto, apelativo que se oía por la calle aunque no fuera para llamar a nadie con ese nombre.
