Se van a cumplir casi dos años desde que 'Furiosa: De la saga Mad Max' puso fin a su rodaje en Australia y su protagonista Anya Taylor-Joy todavía recuerda lo que supuso interpretar al personaje de Charlize Theron en la precuela de George Miller. La actriz ha confesado en una entrevista con Variety cómo se sintió durante algunos instantes en el set y los recursos que utilizaba para solucionarlos.
Taylor-Joy ha pasado por otros rodajes de categoría, como 'Gambito de dama' o 'Dune: Parte Dos', pero sin duda ha sido el duro trabajo que conlleva dar vida a la guerrera feminista distópica de la franquicia 'Mad Max' el que más estrés le ha supuesto en su carrera. Cinco horas diarias para preparar todo el maquillaje que requiere Furiosa pueden generar mucha tensión y la falta de horas de sueño tampoco ayudaban con la difícil tarea.
Las horas de luz en el invierno australiano son más bien escasas y a esto se suma la interpretación de un personaje muy solitario, que vive una vida muy agitada y que la mayoría del tiempo va cubierta de arena y gasolina. "No vas a creer lo sucia que tuve que estar para que se viera en cámara", contaba Taylor-Joy en referencia a las siete capas de manchas de color marrón y rojo sangriento que la separaban del sol. El resultado final: ataques de soledad y largos períodos luchando con pensamientos internos dentro de su cabeza.
Frente a todos estos problemas que le impedían rodar con tranquilidad, la actriz encontró una solución un tanto sorprendente pero que pareció darle resultado a la hora de rebajar el agobio. "Hubo algunos días en los que definitivamente necesitaba desestresarme. Desarrollé una adicción realmente extraña a las historias sobre personas que luchan contra el mal. Encontré un verdadero consuelo en la cuarta temporada de 'Stranger Things'", contaba Taylor-Joy.
Al parecer, disfrutar entre tomas de algunas de las escenas de la serie de Netflix era lo único que conseguía calmar sus pensamientos. "Tenía que tener algo en mi móvil que me recordara la bondad del mundo", explicaba la actriz que vivió sus primeros años de vida en Argentina como la menor de seis hermanos, hasta que se mudó a Londres con toda su familia, y no ha parado nunca de luchar por su futuro.
¿Por qué no se rapó la cabeza?
Si tantas capas de maquillaje y una calva protésica moldeada a su cuero cabelludo podían hacer sentir a Anya Taylor-Joy agobiada durante los largos períodos de tiempo con el equipo de maquillaje, os preguntaréis: ¿No era más sencillo raparse directamente la cabeza?
Existen dos razones por las que la actriz evitó tener que coger la maquinilla de afeitar. La primera es que Furiosa se queda calva casi al final de la película y el director no tenía claro si iban a rodar en orden cronológico las escenas, por lo que prefirió no arriesgarse. La segunda razón se debe a una simple decisión estética. Taylor-Joy estaba dispuesta a cortarse el pelo, pero George Miller no la dejó por mucho que insistiera. "Vio mi cabello y dijo: 'Es hermoso. No lo hagas'", contaba la actriz.
