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CRÍTICA

'Contagio', el morbo de la paranoia colectiva

Un gran reparto se expone a la enfermedad de las conspiraciones y de poner al ser humano al límite. Steven Soderbergh es muy eficaz pero con demasiado morbo gratuito.

Por Jesús Agudo Más 30 de Septiembre 2011 | 08:45
El redactor más veterano de esta web. Palomitero y fan de que las series estrenen un capítulo por semana.

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El miedo es quizás la sensación más fácil de infundir en el espectador. Se puede fallar al contar un chiste y que no salga ni una risa de la sala. La historia puede no ser lo suficientemente emotiva para que corran las lágrimas por las mejillas del público. Pero el miedo es tan fácil de crear como lo es poner una música angustiosa, poca luz y pillar desprevenido.

Contagio

Steven Soderbergh quiere crear esa sensación con 'Contagio'. Sin embargo no se trata del típico terror de monstruos y sombras en la pared. Es el miedo a lo invisible, a lo incontrolable, a la muerte. Que no es tan diferente del otro, simplemente hay que tocar una fibra mucho más sensible que todos tenemos: la paranoia colectiva.

Es bien sabido por sus anteriores trabajos que Soderbergh es especialista en las conspiraciones. Esta película marca una de las más extendidas: la de las enfermedades creadas para lucro de las farmacéuticas que ya tienen la vacuna antes incluso que el virus. En esta ocasión no nos dice de dónde viene el problema, pero consigue que estemos en las butacas asustados de nosotros mismos, de nuestros movimientos.

El director crea una pandemia tan incontrolable como es quitarnos algo tan inherente a los seres humanos: el contacto. Mientras vemos cómo avanza la investigación vamos asistiendo al cambio que realmente quiere ser el centro de la historia: la histeria.

Una vez más se juega con lo más bajo de los hombres que es el egoísmo y el retorno al estado más salvaje al verse impotentes poniéndoles el fin delante de sus narices, a la vez que se va metiendo la idea de la conspiración y de que somos borregos que seguimos cualquier cantamañanas que dice saber la verdad.

Pero es todo una tapadera para el puro morbo. En realidad la historia la hemos visto muchas veces, pero igualmente conseguirá que nos quedemos sin aliento viendo escenas de falta total de dignidad acompañadas de música que pretende sólo crear nerviosismo en la sala. ¿Realmente somos tan maleables? Lo que es cierto es que esta vez en la sala no se oirá ni una sola tos.

Contagio

Pacientes cero con gran capacidad de reclamo

Cabría pensar que Soderbergh ha creado un elenco tan conocidísimo de actores (Gwyneth Paltrow, Kate Winslet, Jude Law, Bryan Cranston, Marion Cotillard, Matt Damon…) para que sintamos más angustia por ser caras conocidas y crear empatía. Una exageración total, si sabes que la epidemia en sí no terminará de incitar a comprar una entrada, utiliza nombres y el boca a boca hará el resto. Los pacientes cero siempre funcionan mejor para una enfermedad cuanto más sociables sean.

No se puede dudar del talento de ninguno, pero en 'Contagio' no llegaremos a poder disfrutar de ninguno porque tal exceso de historias paralelas les otorga pocos minutos de pantalla a cada uno, recayendo la mayor parte del peso interpretativo a un Matt Damon con un papel que ya le hemos visto, y a Laurence Fishburne, bastante plano como investigador del virus.

Ojo, con todo lo dicho anteriormente no quiere decir que 'Contagio' no cumpla su cometido. Desde lo primero que oímos, que es una tos, vamos a estar pendientes de la pantalla ya que como he dicho Steven Soderbergh sabe manejar muy bien los recursos tanto para crear angustia como manejar el morbo. Nos hará pasar dos horas en las que nos daremos cuenta de cada movimiento que hagamos, de cada cosa que toquemos, conseguirá crear la atmósfera que ahoga al espectador, pero en el buen sentido, en el de haber logrado la meta que se pretende. Soderbergh sabe como hacer las cosas de forma rápida y eficaz, eso no se le puede negar.

La burbuja se pincha con un peso excesivo de una conspiración y del morbo. Una escena final que no viene al caso y empaña el trabajo final por "americanizar" la historia y buscar culpables sin razón aparente, sumado a poner al ser humano como ganado que me hace pensar que, o tengo demasiada fe en la humanidad o el director disfruta poniendo lo peor de las personas delante de las ídem. En definitiva, 'Contagio' no es apta para cardíacos o gente demasiado sugestionable, pero no deja de ser una película que se hace disfrutar, pero desde la distancia.