No, la cosificación de Zac Efron no es igual que la cosificación de las mujeres

Ya se ha estrenado 'Baywatch: Los vigilantes de la playa' en nuestro país, y con ella algo que hacía tiempo que no veíamos, el uso de la sexualidad descarada como reclamo para llevar a la gente al cine. No es de extrañar que la película sea un remake, o más bien un homenaje/parodia de una serie que en los años 90 patentó las carreras a cámara lenta a la orilla de la playa como recurso narrativo válido. En los años 90 el sexo vendía muy bien, y se utilizaba para todos los géneros, desde la acción al fantástico, pasando por el thriller.

Pero las cosas han cambiado, basta ver el tono elegido para la película, una comedia paródica sin rubor, utilizando los cuerpos esculturales de sus protagonistas como excusas para hacer chistes. Por mucho que en el recuerdo a todos nos quede una media sonrisa cuando pensamos en la serie original, ésta se tomaba muy en serio a sí misma, y Pamela Anderson y sus compañeros eran unos héroes de acción hiper-competentes. La fantasía reinaba por doquier, tanto en las tramas y capacidades de sus sexys actores jóvenes como en considerar sexy a David Hasselhoff.

Pero en pleno 2017 esto no podía funcionar, y por eso el tono de sal gruesa adoptado. No es de extrañar la elección de sus actores principales. Dwayne Johnson es el último exponente de una saga de héroes de acción que nos dejó a personalidades tan importantes como Steven Seagal, Chuck Norris o el mismísimo Arnold Schwarzenegger. Actores imponentes en lo físico, solventes en las escenas de acción y con un carisma al nivel de su testosterona.

Pero el actor en el que nos vamos a centrar en este artículo es Zac Efron. La exestrella Disney está teniendo una carrera en el cine cuanto menos curiosa, y muy diferente. Todas las comedias que ha protagonizado han explotado su imagen sin camiseta o directamente desnudo, y poco más. Y para esta película en concreto, parece que Zac ha redoblado sus esfuerzos en la sala de pesas.

Esta cualidad del actor ha llamado la atención de todo el mundo, y está empezando a dar que hablar. Sin ir más lejos, esta semana Vanity Fair España ha publicado un artículo donde se considera al actor como el ejemplo de que ahora los reclamos sexys de las películas de Hollywood son los hombres. Y para algunos, es una señal de que se está consiguiendo la igualdad por debajo, es decir, que se está cosificando y objetivizando al hombre tanto como se ha hecho siempre con la mujer. Pero por mucho que Zac tenga alergia a la ropa, la realidad dista mucho de ser así.

Es un problema de falsa equivalencia, cosificar a Zac no es lo mismo que cosificar a Pamela porque al cosificar a Zac no estamos apoyando ningún sistema injusto integrado en nuestra educación. El famoso "heteropatriarcado", o la "sociedad machista" si se prefiere, consiste en la falsa noción adquirida de que las mujeres son menos válidas que los hombres y que el valor que tengan o dejen de tener siempre se lo va a dar la visión del hombre. Eso queda muy patente en la apreciación o desprecio que sufren las mujeres por su aspecto físico, estando en el el foco de la popularidad o fuera de él. Cuando hacemos (porque esto es algo que hacemos todos, es educacional, lamentablemente) un juicio de valor basado sólo en el físico de una mujer, estamos perpetuando y validando un sistema injusto. Cuando babeamos delante de hombres como Zac no pasamos de la anécdota.

Hay que separar el acto personal de la sociedad que lo apoya o rechaza. Pasa lo mismo con el racismo. Una cosa es el sentimiento que te provoque a ti, persona de una raza determinada, el colectivo de otra raza determinada. Otra es si ese racismo tuyo se apoya en una sociedad que siente lo mismo. Esto se discute mucho en Estado Unidos; es el famoso "racismo inverso" del que los blancos acusan a los negros. Bien, eso no existe, es una invención. El racismo no solo es la expresión de odio o disgusto hacia una raza, el racismo es todo el sistema social que lo sustenta. Un hombre negro puede odiar con toda la fuerza del mundo al hombre blanco, y será un idiota por ello, pero el hombre blanco va a seguir en su posición dominante en la sociedad sin que ese odio tenga más efecto en él que una pequeña incomodidad.

¿Igualdad?

Lo mismo pasa con este "cosificamiento inverso", no hay estructura social que lo apoye. ¿Puede llegar a ser zafio o de mal gusto? Sí. Igual que las diademas con forma de polla de las despedidas de soltera. Pero es inocuo. Se diluye, es una pequeña cuota que la masculinidad dominante permite porque no le hace daño.

El machismo y la cosificación de la mujer apoyan un sistema que en primera instancia hace que las mujeres cobren menos, no puedan andar tranquilas por las calles y en última instancia las maten. Porque son cosas. Cosas de las que el hombre decide su valor o falta de él.

El problema de autoimagen que estamos teniendo los hombres con los cuerpos de Zac Efron, Chris Pratt o cualquier otro Chris tiene que ver más con el capitalismo que con otra cosa. No es que vayamos de camino a una igualdad en lo malo. Es que las máquinas de hacer dinero que viven alrededor de Hollywood se han dado cuenta de que no tienen que conformarse con torpedear constantemente la autoestima de las mujeres para luego venderles productos para "arreglarla", también pueden hacer lo mismo con los hombres, y los hombres están entrando al trapo, pero desde un lugar más seguro que el de las mujeres.

Zac hace poco confesó que había pasado por una etapa en la que el alcoholismo dominó su vida, y no es de extrañar que en su lucha por superar su adicción se haya enfocado tanto en el gimnasio. Lo que la industria y los espectadores hagan y hagamos con su físico no es del todo responsabilidad suya. Él sigue adelante con su curiosa manera de hacer su carrera de actor.