Cinco años han pasado para que la actriz Agnès Jaoui volviese a la realización. Tras 'Un cuento francés', Jaoui pone el dedo en la llaga de la burguesía de progresista y de izquierdas con 'Llenos de vida', su quinto largometraje en la dirección y con el que vuelve a contar con Jean-Pierre Bacri, su expareja en la vida real pero aún pareja profesional, puesto que ambos firman el guion conjuntamente de la película.
Nathalie es una productora de televisión que se ha mudado a las afueras de París, en un lugar de campo muy agradable, a solo 35 minutos de la ciudad. Para inaugurar la mansión que se ha comprado, ha invitado a amigos y conocidos de la industria, desde directores de cine hasta influencers, youtubers y productores de agricultura ecológica de la zona. A esa fiesta está invitado Castro, amigo de toda la vida de Nathalie, exmarido de su hermana y presentador estrella del programa de televisión de cotilleos que Nathalie produce. También está invitada Hélène, hermana de Nathalie y exesposa de Castro. Mientras que Castro se ha convertido en un hombre cínico, amargo y del que nadie espera nada, Hélène sigue defendiendo sus ideales de juventud, intentando convencer a Castro de que invite a su programa a una refugiada afgana para impedir su deportación. Todo envuelto en una fiesta que durará hasta altas horas de la noche y en la que se verán múltiples personajes.
El discreto (des)encanto de la burguesía
Es complicado no señalar a la comedia 'C'est la vie' como fuente de inspiración para 'Llenos de vida', ya que se produjo un año antes y, además, la protagonizaba también Jean-Pierre Bacri. Sin embargo, el enfoque es distinto. Mientras que la película de los directores de 'Intocable' aprovechaba la fiesta de la boda y el toque feel-good para hacer una radiografía social en clave de humor ácido, 'Llenos de vida' se presenta como una película más intimista, personal, de autor.
No es de extrañar, ya que el cine de la dupla artística Jaoui-Bacri ha solido ofrecer ese enfoque en el cine coral que han escrito, siendo 'Para todos los gustos', 'Como una imagen' y 'Háblame de la lluvia' sus mejores exponentes, todos con la actriz liderando como directora. Con 'Llenos de vida', la coralidad y el tiempo se enfocan solamente en la fiesta, que es el núcleo de esta crítica social a la burguesía de izquierdas. De hecho, la actriz y directora crea la sensación de que el público está siendo testigo de una fiesta en sí, en la que los mensajes y las críticas se enmascaran con música, cócteles y declaraciones de amor.
El reflejo incómodo de la izquierda progre
Lo cierto es que 'Llenos de vida' tiene un reparto coral en el que nadie destaca individualmente pero todos tienen sus momentos de brillo. Ahí aprovecha Jaoui, junto con Bacri en la escritura del guion, para presentar una crítica a la obsesión por la juventud, las diferencias generacionales, la inmadurez de los que se supone que deberían serlo y para hacer una crítica directa a la soberbia, arrogancia y banalidad de la burguesía progesista, preocupada más de lo que se diga en redes sociales de la realidad de una refugiada afgana.
Agnès Jaoui y Jean-Pierre Bacri hace un tipo de autocrítica de la sociedad a la que ellos pertenecen. Es más, Jaoui tampoco es condescendiente en el retrato de las figuras altruistas de la película. Con todo, el caos que se muestra durante la fiesta que sus mensajes queden diluidos, su ambición de querer ser serie, en la línea de la ácida 'The Party', provoca el efecto contrario, quizás si hubiese sido menos solemne consigo misma, la película quedaría más tiempo en la mente, como sucedió con la ya citada 'C'est la vie', su honestidad hizo de ella una película mucho más memorable de lo que se esperaba. Con todo, la extraña soirée que propone Jaoui bien merece una copa.
Nota: 6
Lo mejor: Kévin Azaïs, su personaje es con el único con el que se llega a empatizar.
Lo peor: Al final se convierte en una película tan progre como, justamente, lo que critica.