¡Cuidado! Este artículo es oscuro y alberga SPOILERS
*No sigas leyendo si no has visto el 08x02 de 'Juego de Tronos'
La última noche antes de la batalla. El segundo capítulo de la temporada final de 'Juego de Tronos' es el fin del camino para muchos personajes, que se preparan para la Gran Guerra que está por venir. El futuro del mundo está en la balanza y esta puede ser de las últimas veces que veamos a muchos con vida.
La séptima temporada fue blanco de críticas por la velocidad a la que se desarrollaron las tramas. Y aunque en esta tanda de episodios todo debería dirigirnos sin freno hacia el temido final, este capítulo de 'Juego de Tronos' se las ha apañado para remediar ese fallo.
Reinas enfrentadas
Si Jon y Daenerys tardaron toda una temporada en confiar el uno en el otro, la relación entre Sansa y la reina dragón no iba a ser coser y cantar. Ambas han crecido hasta convertirse en dos mujeres firmes que no se dejan amedrentar fácilmente. Pero sus visiones sobre Poniente las llevan a un punto de fricción casi constante.
Lo vemos en el juicio a Jaime Lannister, y sobre todo en la conversación que ambas mantienen más tarde. Sin amenazas veladas y con total sinceridad, Daenerys le reafirma a Sansa su amor hacia Jon, pero la política las vuelve a separar. La Stark se niega a entregar el Norte después de haberlo recuperado pero a la Targaryen no le gusta la idea. La tensión casi se puede cortar con un cuchillo en este diálogo escrito a fuego y con unas grandes interpretaciones de Sophie Turner y Emilia Clarke. No perdemos la esperanza de que ambas terminen siendo aliadas.
El león dorado
El protagonista sin competencia de este episodio es Jaime Lannister. Después de estar desaparecido durante el primer capítulo, el león tiene su espacio para reencontrarse con viejos conocidos y poner el broche perfecto a todo el arco de redención que lleva viviendo desde la tercera temporada. En su juicio, sin ir más lejos, acepta sin fisuras las consecuencias de sus acciones, algo imposible para el Jaime Lannister que conocimos hace mucho tiempo. Desde su conversación con Tyrion hasta su decisión de ponerse al servicio de Brienne, el Lannister encuentra su lugar en Invernalia como una persona totalmente diferente a la que era cuando estuvo allí por primera vez.
Pero, sin duda, el momento más importante del personaje de Nikolaj Coster-Waldau es el diálogo que mantiene con Bran. El camino de los dos se inició en el primer capítulo de 'Juego de Tronos' y ahora el joven Stark ayuda a Jaime a asumir el cambio que han sufrido los dos. Los recuerdos se amontonan y la serie nos regala unos momentos para admirar la evolución de ambos así como de la propia ficción, cuando Bran casi le agradece a Jaime que lo tirara por la ventana. Ese fue el inicio de todo.
Cierre de caminos
No solo Jaime se reencuentra con su pasado y termina el viaje que lo ha llevado hasta aquí. Este es un episodio en el que muchos personajes han cerrado sus tramas antes de enfrentarse al final que está por llegar. Brienne de Tarth es armada caballero después de mucho tiempo actuando como uno. La escena entre ella y Jaime supone la confirmación del destino de lady Brienne, ahora convertida en ser Brienne por mérito propio.
El trío de Edd, Sam y Jon, en representación de la Guardia de la Noche, también toman conciencia de todo lo que han vivido. Una vez más, se unen para hacer frente a la noche y defender los reinos de los hombres, sabiendo que es muy probable que sea la última vez que lo hagan.
Theon Greyjoy es otro de los personajes que encuentra el final de su trama en este episodio. Después de tomar Invernalia y perderse a sí mismo durante varios años, regresa al lugar que lo vio crecer para defender el hogar Stark, que siempre ha sido también su casa. Regresa para defender Invernalia y a Bran Stark, para así intentar redimir los errores que cometió en el pasado.
Son finales limpios, poco artificiosos y tan honestos como siempre ha sido 'Juego de Tronos'. La serie bucea en su esencia para volver a conectar con sus inicios y dar paso al final que ya está aquí. No hay fuegos artificiales, solo diálogos pesados, que dicen mucho más de lo que parece a simple vista.
Revelaciones
Por otro lado, por fin nos cuenta qué busca el Rey de la Noche, que no es otra cosa que a él mismo. Como guardián de la memoria de la humanidad, el Cuervo de Tres Ojos es la mayor amenaza para el plan de los Caminantes Blancos de eliminar el mundo. Como dice Sam, el olvido es la muerte.
No es esta la única revelación que obtenemos, y es que Jon por fin se decide a contarle a Daenerys su origen. La reacción de la Targaryen es, tal y como nos imaginábamos, todo un sobresalto. Sin embargo, la conversación es interrumpida por la llegada de la batalla y sus consecuencias tendrán que esperar. ¿Regresarán ambos con vida para seguir hablando de sus familias?
La última noche
Donde más ha brillado este episodio de 'Juego de Tronos' es en sus momentos íntimos. Con Arya Stark decidiendo que quiere saber qué es el sexo antes de enfrentarse a los muertos (y cumpliendo uno de los "shippeos" más fuertes de la serie). Y sobre todo con el grupo del vino. Brienne, Podrick, Tyrion, Jaime, Tormund y Davos. Un conjunto de perdedores que se reúnen alrededor de una chimenea para pasar juntos la que probablemente sea la última noche de sus vidas.
Podrick entona una canción antes de la batalla que trata de llenarnos de esperanza mientras vemos despedidas y preparativos. Un cuerno suena a lo lejos. Aquí termina el camino. Es el momento de ver qué nos depara al final.
Nota: 8
Lo mejor: El recorrido de varios personajes toca a su fin en el último episodio antes de la batalla por la vida.
Lo peor: ¿Y qué pasa con Cersei?
