Durante el confinamiento de la primera ola de la pandemia del COVID-19, el actor Miguel Ángel Muñoz y su tata, Luisa Cantero, se convirtieron en todo un fenómeno viral en redes sociales con la cuenta de Instagram la CuarenTata, que tuvo también cuenta en Twitter, Tik Tok y YouTube, además de contar con su propia página web. Fruto de esos días, llega ahora el documental '100 días con la Tata', una crónica de esas jornadas confinadas que se estrena en salas comerciales tras alzarse con el Premio Forqué al mejor largometraje documental.
Aunque el filme tiene todos los elementos propios del género documental, lo cierto es que se está ante una propuesta que nació como una especie de crónica personal pensada solo para la propia Tata y Muñoz. Ese aspecto se siente en cada momento de la cinta, al contar con escenas muy íntimas, de confesiones, en las que se produce esa sensación de espectador voyeur, que observa una realidad que parece ajena a la cámara. Desde esa perspectiva, se siente todo el cariño que el actor de 'El síndrome de Ulises' o 'Presunto culpable' profesa a la hermana de su bisabuela.
Si bien es cierto que '100 días con la Tata' es un sentido homenaje a esa tata que tanto le ha cuidado al actor desde que era pequeño, el documental tiene una profundidad mucho mayor, en el que la diferencia de edad de los protagonistas, él 38 años y ella 95, permite conocer las diferencias entre generaciones y también de perspectivas de género, especialmente en el caso de Luisa Cantero, la cual tuvo que dejar de estudiar con 12 años para cuidar de su madre enferma.
Una sentida declaración de amor
Dejando que la propia vida lo retrate, el filme evidencia una necesidad de poner el foco en la realidad de la tercera edad y sus problemas. Muñoz no tiene reparos a la hora de plasmar cómo descubre la magnitud de cuidar a una persona mayor y cómo depende esta de dichos cuidados y cómo fue el confinamiento lo que le hizo darse cuenta de esta realidad, en el momento en el que decide quedarse con su tata en lo que, inicialmente, iban a ser dos semanas y terminaron convirtiéndose en 100 días. Por otro lado, también reivindica la importancia de valorar a esos profesionales que cuidan, especialmente en lo referente al ejercicio de empatía y asertividad que tienen que hacer con aquellos a los que cuidan.
Sin artificios, con mucha autenticidad, '100 días con la Tata' va más allá del fenómeno viral, al explicar cómo el conectarse a las redes sociales ayudó a la señora Cantero a no ensimismarse, a mostrar su optimismo y compartir su cariño con todo el mundo. También es un toque de atención a cómo de necesario es escuchar más la realidad de las personas mayores, como también un ejemplo de cómo aceptar el paso de la edad con la dignidad de la Tata ayuda a mirar la vida como lo que es y disfrutar de cada momento del presente, a sabiendas que la propia vida es finita.
Un gesto de cariño cinematográfico lleno de ternura y honestidad, con la que es imposible no disfrutar de este viaje con una mujer tan entrañable como la Tata. Gracias precisamente a esa entrega, el filme consigue ir más allá de la temporalidad con la que están marcadas las producciones relacionadas con la pandemia, lo cual se agradece.
Nota: 7
Lo mejor: Ese cariño que se siente del actor a su tata. El carisma propio de Luisa Cantero, todo un descubrimiento cinematográfico.
Lo peor: No gustará a aquellos que busquen una producción con un enfoque más social, lo cual nunca ha sido la intención del filme.