Aunque se ha prodigado poco en la gran pantalla, han pasado 12 años desde el estreno de 'Sin límites', en la que exploró la relación entre Dalí, Buñuel y García Lorca en la Residencia de Estudiantes en el Madrid de los años 20, la espera ha valido la pena, pues el regreso de Paul Morrison con '23 paseos' es una hermosa historia de amor otoñal, en la que Alison Steadman y Dave Johns viven una pasión realizada con honestidad y, sobre todo, cariño por sus protagonistas.
Realmente, no es extraño encontrar películas que narren amores otoñales, de esos cuyos protagonistas son jubilados, personas que demuestran que nunca es tarde para disfrutar de lo que ofrece la propia vida, como pudo verse en las dos entregas de 'El exótico Hotel Marigold' o en películas como 'Cuando menos te lo esperas', 'Bailando la vida' o 'Los años más bellos de una vida'. Sin embargo, pocas veces ha sido retratado con la honestidad que Morrison trae con sus protagonistas.
Cierto es que el filme tiene los elementos clásicos del cine romántico, dos desconocidos con personalidades opuestas que terminan viviendo una apasionada historia de amor. Pero estos dos desconocidos tienen ya carrera, se han casado, se han divorciado, tienen hijos, nietos, lo que les hace ver la vida desde una perspectiva más concreta y mucho menos idealizada. Es ahí donde Morrison acierta, pues combina escenas llenas de ternura, de entrega con otras más realistas, alejadas del cliché.
Una elegante historia de amor maduro, que muestra las delicias de lo cotidiano
Ayuda también la química que derrochan Steadman y Johns. Aunque el actor sí ha tenido papeles protagonistas entre sus últimos proyectos, se echaba en falta ver a la actriz con un personaje principal, demostrando que las historias protagonizadas por mujeres no deben entender de edad. Mención también para Sheila y Dennis, los perros que interpretan a Tillie y a Henry. Ellos son los otros protagonistas, sin ellos, no habría película. Es igual de formidable la química que entre la pastora alemana y el Yorkshire Terrier.
Con buena melodía, con dos protagonistas maravillosos y alejado de artificios y falsas sensaciones feel-good, '23 paseos' es una elegante y madura historia de amor, de esas que sorprende gratamente, de esos relatos que muestran que el cine aún tiene espacio para aquellas películas que, simplemente, ambicionan retratar las delicias de la vida cotidiana. Un regreso notable de Morrison, quien brilla más en propuestas más intimistas.
Nota: 8
Lo mejor: La química entre Steadman y Johns y los perros Sheila y Dennis.
Lo peor: Infravalorar historias de amor así.
