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CRÍTICA

'50 primaveras': Mujer madura, mujer libre

Blandine Lenoir dirige '50 primaveras', protagonizada y coescrita por Agnès Jaoui. Narra la vida de Aurore, una mujer de 50 años que, con la llegada de la menopausia, debe reestructurar su vida.

Por Miguel Ángel Pizarro Más 28 de Julio 2017 | 09:36
Colaborador de eCartelera. Apasionado del cine y la cultura en general. Cine europeo y de animación, mi especialidad.

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Quizás sea demasiado atrevido comentar que el cine feel-good francés es ese gran nicho comercial europeo que consigue éxitos de cartelera en el resto del continente contra las comedias hollywoodienses. Sin embargo, los hechos demuestran que, al menos, es lógico pensar en ello tras propuestas como '50 primaveras', el segundo largometraje dirigido por la actriz Blandine Lenoir y que cuenta como coguionista y protagonista con una cineasta de lujo: Agnès Jaoui.

50 primaveras

Aurore tiene 50 años. Su vida no es como la había pensado de joven, cuando estudiaba filosofía y soñaba con convertirse en una importante intelectual. Trabaja de camarera en un bar de La Rochelle, una pequeña ciudad portuaria al oeste de Francia, tiene dos hijas que recién salen de la adolescencia, una está a punto de convertirla en abuela, y está divorciada. A la pérdida de su trabajo se le une la llegada de la menopausia. Sin embargo, Aurore no es de las que se deja amedrentar por los cambios de la edad.

Una comedia dramática muy real y optimista

Aunque la película tenga un feel-good indudable, es interesante ver que su tema, así como el espacio que se le da al drama, la aleja de otros filmes similares como 'Vuelta a casa de mi madre', que tenía un enfoque más comercial; 'Una dama en París', al tener personajes más complejos; o 'Los ojos amarillos de los cocodrilos', al tener una línea narrativa más clara. De hecho, '50 primaveras' sigue la estela de ese cine femenino que visibiliza a una mujer madura y diferente como se pudo ver en la magnífica 'Rosalie Blum', en la elegante 'Luces de París' y, en menor medida, en 'Pastel de pera con lavanda'.

50 primaveras

En gran parte es por su protagonista, Agnès Jaoui es la que, verdaderamente, lleva la batuta en esta película. Como actriz principal funciona gracias a su propio carisma, como su don innato para la comedia, así como también saber pasar de reír a carcajada limpia al llanto más desgarrador de una forma espontánea. No sólo eso, se nota que Jaoui participa en el guion al verse atisbos de trabajos suyos como la comedia 'Smoking/No Smoking', cuyo libreto fue escrito por Jaoui para el cineasta Alain Resnais; o filmes suyos como directora como 'Para todos los gustos' o 'Háblame de la lluvia'. No sólo eso, su protagonista tiene cierto parecido a la Ariane Ascaride de 'Marius y Jeannette' de Robert Guédiguian.

Agnès Jaoui, una protagonista excepcional

Se nota porque se muestra a una mujer madura con sus alegrías y sus penas, así como también visibiliza, aunque sea de forma ligera y algo tópica, los vaivenes de la menopausia. Quizás ahí resida el encanto feel-good, de utilizar momentos esquemáticos para atraer a una mayor audiencia que sea capaz de ver que es posible una comedia ligera con una mujer madura como protagonista. Además, el filme acierta al mostrar los problemas familiares de una protagonista que tuvo hijas demasiado rápido y que, quizás se convierta en abuela demasiado joven también.

50 primaveras

Con una clara intención feel-good que opta por mostrar el lado amable de la soledad de las mujeres maduras; tanto la buscada para vivir realmente como se quiere, a la improvisada, '50 primaveras' es una propuesta inteligente y acertada, sobre todo al mostrar con dignidad y comedia cómo viven y disfrutan de su propia vida esas mujeres maduras, muchas de ellas provenientes de barrios obreros. Con ligera reivindicación feminista, los mal llamados micromachismos tienen también su momento protagonista para hacer una denuncia social, '50 primaveras' es la demostración que buen cine en clave femenina. Magnífica.

Nota: 8

Lo mejor: Agnès Jaoui y su don natural para la comedia y el drama.

Lo peor: Su tono feel-good la hace demasiado ligera.