La verdad es que cuesta creer que '9 dedos' sea la primera película del francés F. J. Ossang en llegar a salas comerciales españolas. Premio a la mejor dirección en el 70º Festival de Cine de Locarno, es, quizás, uno de sus filmes más accesibles para el público, pero eso no quiere decir que haya abandonado su sello autoral, ya que Ossang permanece muy fiel a su estilo, tanto estético como narrativo.
Magloire fuma tranquilamente en una estación de tren, es de noche y la velada parece tranquila. Sin embargo, surge una redada policial y se ve obligado a escapar. En su huida, el hombre conoce a un moribundo que le deja toda su herencia. Con la buena fortuna de su lado, su suerte volverá a cambiar cuando caiga cautivo de la banda de criminales de Kurtz, que le obligan a convertirse en cómplice en un plan que se trata de transportar un peligroso cargamento de polonio. Pronto, Magloire se dará cuenta de que Kurtz y su banda tienen órdenes de un ente superior.
Cine experimental con aroma de noir
Ossang se mantiene fiel a su estilo, cine rodado en blanco y negro, en 35mm y con una narrativa experimental. Una vez más, sus imágenes deslumbrarán a aquellos amantes del cine clásico, escenas hipnóticas, con actores que parecen ser de otra época. Ahí está otra de sus principales bazas, su reparto es de primer nivel, Paul Hamy sigue desarrollando su carrera con propuestas arriesgadas a nivel interpretativo, ya que su papel sigue la estela de 'El ornitólogo' y 'Occidental', sus últimos trabajos. Algo similar le ocurre a Damien Bonnard, uno de sus últimos trabajos fue 'Rester vertical'. A ellos se suman Gaspard Ulliel y Pascal Greggory, ambos magníficos.
El reparto ayuda a meter al espectador de lleno en una trama semejante a una espiral en la que, a cada paso, irá evolucionando de ser una cinta de género noir, con guiños al cine de los años 30 y 40, a una reflexión más experimental, en la que la trama va diluyéndose en diálogos filosóficos y lánguidas escenas para recrearse en la belleza de un escenario austero, pero tremendamente hipnótico. En ese sentido, Ossang es fiel a sí mismo, '9 dedos' recuerda más a 'Doctor Chance' que a 'Dharma Guns', su último trabajo.
Una hipnótica espiral reflexiva
Sin embargo, su evolución a un cine completamente experimental, que hace que se venga a la cabeza 'Tabú' de Miguel Gomes, 'Mimosas' de Oliver Laxe o 'Cartas de la guerra' de Ivo Ferreira, provocará cierto desconcierto al público no habituado a este tipo de cine, completamente alejado de cualquier intención comercial.
Una vez hecho el aviso, solo queda deleitarse con su reflexión sobre la propia existencia que, ciertamente, viene muy bien a un género como es el cine de intriga, en el que los personajes bordean constantemente a la muerte. Visceral, etérea, fascinante, '9 dedos' es una propuesta hecha para el deleite visual, con un meditación metafísica de por medio. Atrayente y magnética.
Nota: 8
Lo mejor: Paul Hamy y la hipnótica fotografía.
Lo peor: Su parte más experimental y no dar oportunidad de suspiro al público.