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CRÍTICA

'9 meses': Inmadurez frustrada

El belga Guillaume Senez debuta en el largometraje con '9 meses', que expone el choque frontal con la realidad de una inmadura pareja adolescente.

Por Alejandro Rodera Herrero 10 de Marzo 2017 | 12:33

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No todas las miradas realistas a nuestro mundo son igual de interesantes. Por mucho que el cine europeo más naturalista sirva de reflejo de las inquietudes sociales, al final es el estilo del director el que marca la diferencia, como sucede con las producciones más gigantescas. En el caso de '9 meses', el tema no tiene nada de novedoso, lo cual no tiene que ser algo negativo si el tratamiento sí es original, pero aquí da la sensación de que ya conocemos en exceso la situación y a sus personajes, y por lo tanto cómo van a evolucionar.

'9 meses'

El belga Guillaume Senez debuta con este film centrado en la maternidad adolescente o, mejor dicho, en la paternidad. Porque el punto de vista que se implanta es el del chico, mientras que ella se queda marginada en un segundo plano mucho menos relevante. Él es un joven con grandes aspiraciones y sueños y un temperamento muy fuerte, y ella parece no tener aspiración alguna y una personalidad tan maleable que en cada escena pueden manipularla según convenga. Sus nombres son Maxime y Mélanie. Maxime tiene como referente a Eden Hazard, el popular futbolista que milita en el Chelsea F.C., y precisamente ese deporte es su cláusula de escape. En el campo de fútbol se indaga en la actitud del personaje y en sus ataques de rabia, reflejo de alguien que todavía tiene camino por delante para alcanzar la madurez.

La inmadurez es el epicentro de la película, ya que ambos protagonistas se caracterizan por sus decisiones precoces e imprudentes. De esa manera se hace creíble el desarrollo de los personajes en el proceso del embarazo, durante el cual no modifican en exceso su comportamiento habitual, lo cual puede ser un poco desquiciante para el espectador. Alrededor de los adolescentes se elabora un entorno familiar que promueve la disfuncionalidad. Las intenciones de Senez son demasiado obvias a lo largo del film, pero al menos construye un bagaje muy sólido para sus personajes. Desde los padres separados y el fútbol como elemento de unión hasta la madre soltera que ya pasó por lo mismo que Mélanie. Son la necesaria pausa entre tanto desparrame de hormonas.

'9 meses'

Paridad en pantalla

El tema de los embarazos adolescentes ha sido mostrado en televisión y cine anteriormente, pero si hay que destacar algo de '9 meses' que la distinga del resto es que no se demoniza el sexo. No existe un sentimiento de culpa en los personajes por haber mantenido relaciones sexuales, algo que no guardaría parecido alguno con la realidad, sino que lo que importa son las consecuencias de la inconsciencia de no haber tomado precauciones. Senez nos muestra a una pareja totalmente normal con problemas totalmente normales, insistiendo en la volatilidad y fragilidad del amor adolescente, que suele ser más una etapa aislada que no evoluciona con nosotros. Algo que queda en el recuerdo y que sirve para obtener ciertas enseñanzas. Además, también incide en el papel que juega la tecnología como intermediaria de las relaciones, promoviendo la cobardía en ciertos actos.

En lo que respecta a '9 meses', los protagonistas no pueden escapar de sus responsabilidades, aunque no les den la importancia y la gravedad que acabarán reconociendo con el paso del tiempo. Se trata de un coming-of-age a la europea bien interpretado por Kacey Mottet Klein y Galatéa Bellugi, pero demasiado convencional en su propuesta. Quizá habría sido más atractivo conocer qué pasa con los personajes tras las idas y venidas que les llevan al desenlace. Y seguro que habría sido más interesante acercar la mirada al personaje femenino, vital para comprender el drama y que queda relegado al ostracismo durante buena parte del metraje, menguando así su imprescindible punto de vista en este relato.

Nota: 5

Lo mejor: La interpretación de Kacey Mottet Klein y la exposición de temas delicados como el aborto.

Lo peor: La previsibilidad de los actos de los protagonistas y la falta de química entre ellos.