Laureada en el Festival Novos Cinemas de Pontevedra, DocLisboa y el Festival de Turín, llega a salas comerciales '918 Gau (918 noches)', documental de la directora Arantza Santesteban, en el que narra la estancia de casi tres años en los que estuvo detenida en prisión preventiva por un delito de integración en banda terrorista, al participar en una reunión clandestina de Batasuna, junto con otros dirigentes del ilegalizado partido. Una propuesta tremendamente personal, en la que la documentalista busca ser la narradora de su propia historia.
Más allá de las valoraciones políticas, el principal problema que tiene '918 Gau' es que busca ser un relato tan personal, que no da pie al diálogo con el propio espectador. Su ritmo de narración es excesivamente pausado, provocando que los 65 minutos que dura el filme se hagan interminables. Tampoco ayuda a que haya optado por relatar parte de su detención con escenas que son meros escaneados de documentales oficiales. Sí, muestra de forma fría cómo se procedió a su detención, evitando así cualquier intento de romantización del suceso. Sin embargo, es tan hierática la presentación, que da la impresión de que la propia Santesteban banaliza con ello.
Por otro lado, se supone que es una crónica de su estancia en prisión. En principio, el documental lo es, pues puede escucharse una voz en off que narra la estancia en prisión de Santesteban. Sin embargo, su relato se queda en lo meramente superficial, no aborda lo cotidiano, el día a día, solamente concede algo de tregua al público cuando narra cómo una de las presas terminó delirando por el encierro. Aquí se echa en falta una mayor profundidad, que evocase los días como si fueran narraciones de un diario, valiéndose de imágenes estáticas o de archivo.
Ausencia de ejercicio de reflexión
Santesteban exige al público que escuche su soliloquio sin aportar una mirada realmente cinematográfica. Por otro lado, llega un momento en el que la cinta deja de hablar del encierro y comienza a narrar sus días fuera de prisión. En este punto, bien podría aprovechar más y mejor los escenarios de libertad... pero no, se pierde en secuencias que no aportan nada y que solamente crean situaciones aparente contemplación, que es una forma de disfrazar el hastío.
'918 Gau' no funciona tampoco como ejercicio de memoria fragmentada, Santesteban pierde una gran oportunidad para narrar su punto de vista sobre sus días en prisión, opta por no hacer tampoco ningún ejercicio de reflexión y desaprovecha las pocas imágenes de archivo que utiliza. Lo que podría haber sido un filme al estilo de 'La metamorfosis de los pájaros', en el que Catarina Vasconcelos rindió tributo a su legado familiar combinando imágenes propias de archivo con otras que evocaban al pasado, ensoñaciones y secuencias que daban cierta aura de realismo mágico; se convierte en un ejercicio que parece estar hecho para la propia autocontemplación. Una oportunidad perdida para una directora que parecía tener una visión mucho más innovadora.
Nota: 3
Lo mejor: Su premisa apuntaba a un ejercicio documental diferente.
Lo peor: Hay escenas que no aportan nada, las imágenes son demasiado estáticas, no hay intención de narrar con mirada artística el testimonio.
