Nadie puede acusar a Netflix de no esforzarse por tener un catálogo diverso de producciones originales. En su empeño por nutrir la plataforma de más y más contenido propio, la compañía de Ted Sarandos ha estrenado este año literalmente de todo, desde comedias románticas adolescentes hasta prestigiosas obras de autor (entre las que destacan las últimas películas de los Coen y Alfonso Cuarón). Acaban el año añadiendo varias cintas navideñas (en una de ellas Kurt Russell es un malhumorado Papá Noel) pero ofreciéndonos a los que no sentimos tan adentro el espíritu de las pascuas una alternativa: 'A ciegas', un thriller postapocalíptico de interesante premisa pero decepcionante desarrollo.
Susanne Bier (la única mujer que ha ganado un Oscar, un Globo de Oro y un Emmy, de momento) dirige por primera vez una cinta de género fantástico: la historia de una mujer que tiene que sobrevivir en un mundo en el que las personas se suicidan en cuanto posan sus ojos sobre unas extrañas criaturas que les acechan. Con esta dificultad, Malorie (Sandra Bullock) tendrá que atravesar una gran distancia con los ojos vendados y cuidando de dos niños, también a ciegas, buscando un refugio desesperado. Una mezcla entre 'El incidente', probablemente la película más fallida de M. Night Shyamalan, y 'Un lugar tranquilo', un referente demasiado cercano y un espejo en el que es mejor que 'A ciegas' no se mire, porque las comparaciones serían odiosas.
El problema principal no está en Bier ni en Bullock, sino en el guion de Eric Heisserer ('La llegada', 'Nunca apagues la luz'), basado en la novela de Josh Malerman. La película está contada en dos líneas temporales; vemos cómo Malorie se adapta durante los primeros días de la caída de la civilización, encerrada en una casa con un grupo de desconocidos, y paralelamente asistimos al viaje que ella y dos niños hacen en un último desesperado intento por encontrar un lugar seguro. Para empezar, la estructura bilineal no funciona: los flashbacks no aportan nada al momento presente, un viaje por un río que aprovecha muy poco las posibilidades de ese peligroso mundo.
Además, la mitad de la película que ocurre dentro de la casa y en la que una embarazada Malorie convive con un grupo de desconocidos que parece simplemente responder a necesidades de cuotas (un hombre negro, uno asiático y gay, una anciana, una latina... el Arca de Noé de Hollywood) resulta previsible cuando no ridículo por lo expositivo de todas las situaciones que se van sucediendo. Una pena que se desperdicie un reparto que cuenta con nombres tan jugosos como Bullock, el Trevante Rhodes de 'Moonlight', John Malkovich, Sarah Paulson o la gran Jacki Weaver con un guion lleno de diálogos y escenas que nos recuerdan a tantas otras cintas de este estilo. Incluso hay un momento dentro de un supermercado que no puede sino resultar una reminiscencia de 'La niebla' de Stephen King que dirigió Frank Darabont, justo antes de trasladar 'The Walking Dead' a la televisión, otro de los referentes a los que tiene que agradecer 'A ciegas' su existencia.
Tampoco la dirección de Bier ayuda. A pesar de que ya se ha curtido en el thriller con la miniserie 'El infiltrado', la danesa no consigue insuflar las situaciones y giros de 'A ciegas' con la más mínima tensión. La parte más divertida en este sentido es el primer acto, cuando la gente empieza a suicidarse sin razón aparente y el mundo se desmorona. Pero en cuanto Malorie encuentra refugio y la película se convierte en un relato con ínfulas filosóficas 'A ciegas' pierde gran parte de su interés.
El drama de una "mala madre"
Precisamente lo que sí funciona en 'A ciegas', aparte de una entregada interpretación por parte de Sandra Bullock, es el drama soterrado que encierra el personaje principal. Malorie empieza la película pensando en dar en adopción a su bebé porque no siente que vaya a ser una buena madre. Cuando la civilización colapsa, sus opciones se quedan reducidas a una: quedarse con su hijo y aprender a sobrevivir juntos.
Sin entrar en detalles concretos, 'A ciegas' acaba siendo la historia de una "mala madre" (chapó por una película que se atreve a hablar de este tabú, y por una actriz que no tiene miedo a interpretar un complejo personaje femenino que se sale de lo que nos suele mostrar Hollywood) que gracias al apocalipsis aprende a querer a sus hijos. Es exactamente lo que haría Shyamalan con esta historia, por otra parte.
Nota: 6
Lo mejor: Sandra Bullock haciendo de madre con malas pulgas.
Lo peor: Es un thriller predecible y sin tensión.