Los dramas de supervivencia se han convertido, prácticamente, en un subgénero que, dependiendo de cómo se dirija, se escriba o protagonice, permite traer un trabajo cinematográfico muy físico, en el que a los protagonistas se les ofrece un verdadero esfuerzo interpretativo. Sin embargo, cuando se hace mal, se convierte en carne de telefilmes de sobremesa. El islandés Baltasar Kormákur vuelve a aventurarse en otra historia extrema de supervivencia tras la regular 'Everest', esta vez con solo dos actores protagonistas y en clave romántica: 'A la deriva', protagonizada por Shailene Woodley y Sam Claflin.
Tami Oldham y Richard Sharp están prometidos. A ambos les apasiona el mar y antes de casarse han decidido embarcarse en una interesante expedición, cruzando el Océano Pacífico desde Tahití hasta San Diego. Lo que empieza siendo un estupendo crucero de dos expertos navegantes, se convertirá en una lucha por sobrevivir cuando se topen con el huracán Raymond. Tras la horrible tormenta, Tami está bien, pero Richard está gravemente herido. Con pocas posibilidades de sobrevivir, Tami se pondrá al mando, llevando el velero roto e intentando llegar a tierra firma. El problema es que tienen poco tiempo y no tienen agua ni comida.
Basada en hechos reales
Basada en hechos reales ocurridos en 1983, Kormákur logra que 'A la deriva' sea un trabajo más correcto que la regular 'Everest', gracias a que solo se centra en dos personajes. Shailene Woodley y Sam Claflin tienen buena química. Aunque el actor británico se muestra correcta en su actuación, es Woodley la que verdaderamente deslumbra. Poco reconocida tras haber protagonizado la fallida saga 'Divergente', la actriz tiene su mejor papel desde 'Bajo la misma estrella'. Es más, en 'A la deriva', Woodley muestra una fuerza interior y exterior más intrépida que en el drama juvenil citado.
También hay que aplaudir que, estando basada en hechos reales, los productores, entre los que están el director y la actriz protagonista, hayan apostado por un drama de supervivencia protagonizado, esencialmente, por una mujer y que es ella la que lleva las riendas de la situación extrema y la que debe socorrer al hombre. De hecho, 'A la deriva' funciona muy bien en sus escenas físicas, en las más extremas, en las que los protagonistas se enfrentan cuerpo a cuerpo con la muerte.
Shailene Woodley deslumbra con una de sus mejores interpretaciones
Porque, tristemente, la parte más emocional es en la que 'A la deriva' colea. Sus flashbacks, con los que se pretende crear más empatía con el público, parecen propios de una película basada en una novela de Nicholas Sparks. En ese sentido, la trama romántica recuerda a otro filme de supervivencia fallido, 'La montaña entre nosotros'. Ahí Kormákur demuestra que no domina las pasiones amorosas, ya que el cine que ha producido en Islandia estaba más cercano al thriller o la comedia negra.
Con lo cual, 'A la deriva' termina produciendo sentimientos encontrados. Por un lado está la magnífica interpretación de Shailene Woodley, una actriz que debe tener más papeles similares. Por otro está una trama que funciona a medias, siendo las escenas en el mar las que mejor impacto provocan. Eso sí, supera con creces a las citadas 'Everest' y 'La montaña entre nosotros'.
Nota: 7
Lo mejor: Shailene Woodley, una actriz a la que se le debería tomar más en cuenta.
Lo peor: Los flashbacks, que le restan credibilidad a la cinta, y las canciones románticas.