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CRÍTICA

'¿A quién te llevarías a una isla desierta?': Por fin una película en la que nos vemos los jóvenes

Pol Monen, Jaime Lorente, Andrea Ros y María Pedraza protagonizan la segunda película de Jota Linares, que se estrena directamente en Netflix.

Por Jonathan Espino Aparicio 11 de Abril 2019 | 16:50

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No es común, en España, que una obra de teatro de escritura y estreno reciente sobre las tablas dé el salto a los cines. 'La llamada', musical convertido en todo un culto, ha sido el último y, como era de esperar, también se convirtió en todo un éxito; sin embargo, es innegable que, en ese paso del vivo y en directo a la pantalla, se quedó por el camino, como es evidente, un poco de su frescura y de esa emoción que provoca ver bajar las escaleras a un Dios que pone su voz a las canciones de Whitney Houston. El teatro es lo que tiene: es magia.

Para una de sus películas originales dentro de nuestras fronteras, Netflix se ha fijado en otra obra, esta vez, dramática, pero con una ligera relación con la anteriormente mencionada: ambas fueron un éxito durante sus representaciones y en ambas se respira ese doloroso paso a la madurez que tan difícil nos parece y tan liberador y catártico se nos antoja cuando lo vemos plasmado en una pantalla de cine (o, en este caso, televisor).

 Obra de teatro

'¿A quién te llevarías a una isla desierta?' sucede en unas horas que son decisivas y definitorias para sus protagonistas: Marcos y Marta, novios desde hace años, planean mudarse a Galicia para que él pueda seguir preparándose como médico; Celeste, una aspirante a actriz que ve su sueño cada vez más complicado y se plantea aceptar un trabajo en un restaurante de comida rápida, y Eze, un estudiante de cine que está a punto de tomar la decisión académica más complicada de su vida, una que implica separarse de su vida tal y como la conoce.

En toda esta vorágine, los cuatro amigos deciden salir de fiesta para despedirse del piso que han compartido durante muchos años y, en esa noche, con alcohol, música y drogas, saldrán a la luz verdades que habían camuflado mentiras y secretos que, quizá, hubiera sido mejor haber dejado enterrados.

¿Dónde estabas entonces cuando tanto te necesité?

Jota Linares, en su segunda película, se deja llevar por todas las sensaciones que le transmiten esta obra, aquella que nació de su primer corto, allá por 2006, y que desembarcó en los teatros madrileños en 2012, y es capaz de plasmarlas desde el minuto uno en su mirada tras la cámara, desprendiendo verdad, desnudando las emociones y dando rienda suelta a las palabras de esos personajes que tanto tienen que contar.

Dentro de la historia se condensan muchos miedos, muchísimos, un buen puñado de miradas al vacío que todos hemos experimentado en algún momento de nuestra vida y que nos han hecho replantearnos quiénes somos, a dónde vamos, quiénes nos acompañan y si estamos acertando en caminar por esta senda y no otra que dejamos atrás por una mala decisión.

 a quien te llevarías a una isla desierta

Pero, hay un leitmotiv en toda la película, un pensamiento que camina como funambulista sin red: la amistad a prueba de balas, la camaradería que es capaz de ganar a todo. '¿A quién te llevarías a una isla desierta?' tiene lugar en una de las noches de más calor de la ciudad y, como en el desierto, sus protagonistas se dan cuenta de que, quizá, todo lo que han estado viviendo no es más que un espejismo; y cuando te das cuenta de esto, ¿cómo eres capaz de lidiar con ese vacío?

Como aquella película de los 80

Hay dos grandísimos e innegables aciertos en la película: el reparto y su banda sonora. Linares cuenta para su cuarteto protagonista con Jaime Lorente, un actor de raza, normalmente con personajes muy impulsivos, que en este caso se amansa y muestra su cara más dócil en el que puede que sea su mejor papel hasta la fecha; María Pedraza, increíble con su mirada inquieta y acongojante cuando su personaje es llevado al extremo; Pol Monen, con razón, uno de los talentos jóvenes más valorados del momento, que, con su Eze, emociona, sobre todo, en esos primeros planos que bien sabe sacarle el director; y Andrea Ros, la más desconocida de los tres, la que te encoge el pecho en ese epílogo con esa sonrisa final.

 a quien te llevarias a una isla desierta

En cuanto a la banda sonora, pese a estar ambientada en la actualidad, los personajes escuchan temas de El último de la fila o Los Piratas, lo que hará las delicias de los espectadores algo más mayores y convertirá en todo un descubrimiento a aquellos más jóvenes que las escuchen por primera vez. La elección, cuanto menos, curiosa, no puede ser más acertada: en cada momento que la música suena, en tu cabeza se dispara una emoción que te evoca esas canciones y, en conjunción, es un festival de emociones del que no puedes escapar: estás enganchado.

Este drama generacional sí nos representa

¿No estáis cansados de ver películas sobre jóvenes y acabar pensando en que debes vivir en una realidad paralela porque poco o nada te pareces tú a ellos? Eso no sucede en '¿A quién te llevarías a una isla desierta?': en esa noche, en ese piso, estamos todos y todos los sueños que se han roto o amenazan con romperse alguna vez, las esperanzas, los amores perdidos, las mentiras para no hacer daño.

Es cierto que, cuando llega al clímax y revela todas sus cartas, el gran conflicto se nos antoja algo anticuado para una película de 2019 pero, aún así, se le perdona por toda esa montaña rusa que hemos vivido y por ese tramo final que es precioso, demoledor, cercano, triste, esperanzador, nuestro. Todos los que hemos soñado alguna vez con un imposible, con un gran salto de fe; todos los que hemos visto peligrar ese futuro, que hemos tenido que dejar escapar una ilusión, estamos en esos quince últimos minutos. Y, madre mía, de vez en cuando, la magia del cine gana a la del teatro.

Nota: 8

Lo mejor: El reparto, sobre todo, Lorente. Y el epílogo.

Lo peor: Un conflicto final que no termina de cuadrar.