Cada vez más actores se lanzan a la tarea de dirigir. A veces, su experiencia ante las cámaras se traduce en un control excelso de todo el proceso cinematográfico, aunque en ocasiones se dan de bruces con una tarea que se escapa a su control. A Jesse Eisenberg, tras debutar con la irregular 'Cuando termines de salvar el mundo' en 2022, se le pudo encajar dentro de esta segunda categoría, ya que aquel filme protagonizado por Julianne Moore y Finn Wolfhard no despertó reacciones acaloradas ni derivó a un éxito comercial. Sin embargo, el actor de 'La red social' o 'Bienvenidos a Zombieland' acaba de dar un giro imprevisto con su última película, la comedia dramática 'A Real Pain' que, además de dirigirla, coprotagoniza junto a Kieran Culkin.
La cinta, que ya fue galardonada en el Festival de Sundance con el Premio al Mejor Guion, narra el viaje de dos primos de raíces judías a Polonia, donde, tras la muerte de su abuela, buscan indagar en el pasado de su familia y en el holocausto. Su deseo los lleva a unirse a un tour por los campos de concentración de la II Guerra Mundial, despertando sentimientos y experiencias dolorosas que pondrán a prueba la fragilidad de sus vidas y su relación familiar.
Con esta propuesta, Eisenberg usa el Holocausto para hablar de las relaciones modernas y sus contradicciones, indagando en cómo nos relacionamos con la historia, los lazos familiares o cualquiera de las personas que pueblan nuestro día a día. El contexto histórico se mezcla con la aflicción personal de sus personajes en una propuesta que huye de convencionalismos, arriesga y juega sus cartas al enfoque cómico, lo que, valorando la temática, puede parecer un disparate. No obstante, el actor y cineasta se las ha ingeniado para confluir los elementos tan dispares que conforman 'A Real Pain' y entregar una de las películas más emocionantes, divertidas y entrañables de la temporada.
Al fin y al cabo, la vida es tragicómica, y por mucho dolor que haya de por medio siempre buscamos una chispa a la que aferrarnos para huir hacia adelante. Esta es la filosofía por la que se mueve la cinta y sus personajes, deambulando entre el drama y la comedia a través de la cercanía y ligereza de situaciones cotidianas y de temas de calado universal. La propuesta permite una fácil empatía con el espectador y, en consecuencia, que sus muchas reflexiones vitales surjan e impacten con una naturalidad sorprendente.
Valerse de la comedia, que tradicionalmente ha sido uno de los géneros que más conexión han tenido con el público, juega un papel relevante, pero moverse con tal maestría entre tantas ideas y géneros con total naturalidad no está al alcance de cualquiera. En ese sentido, Eisenberg consolida sus dotes tras las cámaras y un sello de autor marcado por un humanismo, la ligereza, el humor y la naturalidad que apunta a seguir dándonos alegrías en el futuro.
La encomiable labor del reparto
Aunque no todo el mérito recae en el trabajo de dirección y escritura. Su reparto, y en especial Kieran Culkin, también ha jugado un papel relevante. Lo bien que fluye la energía entre los personajes de ese tour por los campos de concentración, lo mucho que complementa las historias de cada uno al relato principal y el esmero de cada intérprete para relucirlas en pantalla, supone otra pieza clave de 'A Real Pain'. Eso sí, la película pone tanto el foco en sus dos protagonistas, en los roles de Eisenberg y Culkin, que sientes que al resto del elenco, conformado por Will Sharpe ('The White Lotus'), Jennifer Grey ('Dirty Dancing') o Kurt Egyiawan ('La Casa del Dragón') le falta espacio.
Pero, al final, Eisenberg y Culkin son el corazón de esta historia. El choque de las personalidades de sus personajes, marcado por la actitud desenfrenada y sin modales del rol del actor de Succession en medio de su enternecedor deseo de conectar con el mundo, constituye el motor de 'A Real Pain'. Sumado a todas las ideas que promulga el fin, al talento de su director para armarlas con semejante naturalidad, emoción y sentido del humor, nos encontramos, en definitiva, ante uno de esos títulos que dejan huella. Una de esas películas "larger than life" que emocionan, nos llenan de reflexiones y que no nos podremos quitar de la cabeza por mucho tiempo.
