Presentada en la Sección Oficial del 69 Festival de San Sebastián, su presencia en el festival internacional de cine más reconocido de España llamó la atención, debido a que el terror patrio suele debutar en el Festival de Málaga, dado su peso en la industria, o en Sitges, por temática. Sin embargo, ya era toda una declaración de intenciones, porque 'La abuela', la nueva propuesta de Paco Plaza, escrita por Carlos Vermut (ganador de la Concha de Oro por 'Magical Girl') es más bien una espeluznante parábola sobre lo impasible del paso del tiempo, que convierte en cuento de terror el hacerse cargo de una persona anciana.
Coproducción con Francia, 'La abuela' envuelve en terror una serie de problemas actuales que han sido más o menos protagonistas de cine de temática social. No obstante, cabe destacar que el espectador más avezado intuirá cómo se desarrollará el filme gracias a una escena inicial tremendamente ilustrativa. Aparte de este detalle, quizás una manera de saludar a ese público habitual más del cine de Vermut que del de Plaza, 'La abuela' da pie a un drama que gracias a una sublime y claustrofóbica puesta en escena, va tornándose en terror.
La trama, en el fondo, es sencilla. Una joven de 25 años, modelo de profesión, tiene que abandonar París, donde llevaba viviendo desde hacía seis años, para regresar a Madrid y cuidar a su abuela, que ha sufrido un ictus, ha perdido el habla y es parcialmente dependiente. Una tragedia que se acentúa debido a las aspiraciones de la protagonista, la cual sabe que en una carrera tan volátil como la de la moda, el hecho de estar unas semanas de baja puede suponer el fin de una carrera si esta no está del todo consolidada.
Con lo cual, Plaza y Vermut juegan con los propios temores de Susana, la protagonista, interpretada por una estupenda Almudena Amor, la cual parece haber encontrado la buena fortuna en 2021, pues estrenó justo en San Sebastián 'El buen patrón', por la que opta al Goya a la mejor actriz revelación. Su interpretación es tremendamente honesta, logrando transmitir esa ambivalencia que vive por su amor a su abuela, esa mujer que la crio como una madre, o su sueño de triunfar en las pasarelas de una de las capitales de la moda.
Una tenebrosa parábola sobre el envejecimiento y la belleza
Y luego está el gran elemento de terror, que sin ella sería imposible que el filme funcionase: la abuela. No había mejor elección que la afamada musa de Coco Chanel, la modelo y actriz brasileña Vera Valdez. Veterana en el mundo de la moda y del séptimo arte, su exquisita manera de andar, su mirada y su pose logran transmitir esa sensación de paralelismo entre su personaje y en el de Almudena Amor. Transmite presencia en cada secuencia y eso permite convertirla en momentos de incómodo horror.
Con esa premisa principal, Plaza y Vermut crean una fantasía perversa sobre el paso del tiempo y cómo las protagonistas terminan siendo esclavas de la juventud y la belleza. Plaza es el encargado del hipnótico efectismo del filme, con una puesta en escena brillante y una serie de efectos visuales que le dan una tenebrosa sensación de realidad a la cinta. Vermut es el encargado de hermanar 'La abuela' con el vampirismo que ya mostró en 'Quién te cantará' o la mirada perversa femenina que supo explotar en 'Magical Girl'.
Ambos convierten a 'La abuela' en una propuesta de terror muy europea, que convierten al barrio de los Jerónimos de Madrid en un lugar que nada tiene que envidiar al Distrito IV de París. Terror de autor, de ese que da gusto que se prodigue en salas comerciales. El tándem Plaza-Vermut deja un experimento elegante, de esos que debe degustarse dejándose llevar por los miedos cotidianos que existen a la hora de hacerse cargo de un ser humano tan frágil como un anciano, que recuerdan que nadie puede escapar del paso del tiempo. Ya lo dice la icónica canción de Los Panchos que puede escucharse en el filme: "¡Reloj, detén tu camino! Porque mi vida se apaga..."
Nota: 8
Lo mejor: Cómo la película teje esa telaraña que termina envolviendo a su protagonista. La presencia de Vera Valdez en pantalla.
Lo peor: Es un terror muy de autor, de esos que triunfa más en el circuito cinéfilo que en el comercial. No apto para amantes de un terror más convencional.