Han pasado nueve años desde que Paco Cabezas sorprendiera y dividiera a público y crítica con 'Carne de neón', su llamativa segunda película. El sevillano se "mudó" a Hollywood (no es de extrañar, 'Carne de neón' bebía muchísimo de directores como Guy Ritchie y Robert Rodriguez), donde ha trabajado con actores como Nicolas Cage, Anna Kendrick y Sam Rockwell en películas con recibimientos regulares tirando a malos. Pero sobre todo ha dirigido capítulos de series como 'Penny Dreadful', 'Fear The Walking Dead', 'American Gods' e 'Into the Badlands'. Ahora Cabezas vuelve a casa, literalmente, con 'Adiós', una película rodada en la capital andaluza.
Juan Santos (Mario Casas) sale de la cárcel justo a tiempo para celebrar junto a su mujer Triana (Natalia de Molina) la comunión de su hija en las Tres Mil Viviendas. Todo sale a la perfección y Juan está decidido a dejar su pasado de crímenes detrás, a pesar de la insistencia de su familia para que siga trapicheando. Pero esa noche ocurre una tragedia: un coche sin identificar se choca con el de Juan, provocando la muerte de la niña. Pronto este desafortunado accidente se cruza con la investigación policial de los inspectores Eli (Ruth Díaz) y Santacana (Carlos Bardem). Una guerra de bandas y la implicación de otros detectives están relacionadas con el accidente, lo que llevará a Juan a abandonar sus buenas intenciones para embarcarse en una historia de venganza.
La propuesta de Cabezas, apoyada en el guion del también sevillano José Rodríguez y Carmen Jiménez, resultará familiar a los fans del cine de acción, plagado de relatos con este tópico al que últimamente se ha aficionado tanto Liam Neeson. Lo original de 'Adiós' está en su localización, como ha ocurrido en los mejores thrillers españoles de esta década, desde 'La isla mínima' a la serie 'Fariña', pasando por 'Caníbal'. El director se mete en los Pajaritos demostrando que conoce ese universo: desde los guiños facilones a la cultura popular andaluza (Juan y Medio, la copla) hasta detalles que solo los que hayan vivido allí reconocerán (ese tabaco "estadounidense", que en realidad es el que muchos compran en Gibraltar porque es más barato), 'Adiós' es una mirada consciente y cariñosa a los barrios marginales de las grandes ciudades andaluzas, esos que están comidos por las drogas, habitados por gitanos y en los que la clase obrera (si es que hay trabajo) sobrevive y convive.
Hay que aplaudir la detallada dirección de arte de Vanessa de la Haza, que también se encargó del thriller malagueño 'Tu hijo' y ha trabajado casualmente en 'La isla mínima'. Estas Tres Mil Viviendas están llenas de casas viejas, sucias y cargadas de detalles decorativos y motivos religiosos, consigue construir un realista mundo marginal en el que los personajes pasan sus días (tal y como hacen miles de españoles).
Mario Casas sorprende con su acento sevillano, aunque no es la primera vez que actúa con uno (su personaje en 'La mula' era jienense), y aunque primero puede chocar a todos los que sabemos cómo habla realmente el gallego, pronto nos olvidamos de ello (un poco como los rejuvenecimientos digitales de 'El irlandés' y 'Capitana Marvel'). Como padre joven con pasado problemático pero buen fondo, Casas construye un personaje complejo y emocionante, y vuelve a demostrar que se merece no solo nuestra atención, sino nuestra admiración y respeto como actor. No es la primera vez: la también sevillana 'Grupo 7', sus papeles con Álex de la Iglesia, 'Toro', 'Bajo la piel de lobo' o 'El fotógrafo de Mauthausen' han sido ya prueba de ello. Frente a él, Natalia de Molina convence menos en un papel demasiado dramático (este es el lado que menos funciona de la película, en general, y sin embargo Cabezas insiste en ello, lastrando la película con una estructura de capítulos que acaban con momentos musicales muy sentidos y bastante pesados).
El resto del reparto está apoyado por un plantel de secundarios muy jugosos. Destacan Vicente Romero y Mona Martínez (más papeles para ella, por favor), pero apariciones tan bien interpretadas (y dialogadas) como la de Salva Reina (revelación del año gracias a este papel y el de 'Malaka') y Mariola Fuentes contribuyen a ese microcosmos tan bien construido y tan fiel a las Tres Mil Viviendas.
Las Tres Mil Viviendas hollywoodienses
Lo más curioso es que Cabezas rueda este thriller sevillano como si siguiera en Hollywood: su acercamiento a este mundo empobrecido y sucio es desde el espectáculo y la estilización. Esos planos a vuelo de dron de la barriada (algo parecido a la 'Los miserables' de Ladj Ly, aunque aquella tenía una excusa narrativa) y esas escenas de acción grabadas con distintos recursos vistosos sugieren que el realizador no está interesado en tener un estilo personal: al fin y al cabo, lo que ha caracterizado a su carrera desde su debut 'Aparecidos' es la versatilidad. Su cine bebe del mainstream estadounidense, la televisión y el cómic, y su propósito es entretener, sorprender y emocionar.
'Adiós' está producida por la Apache Films de Enrique López Lavigne, uno de los productores más cinéfilos de este país, que lleva unos años apoyando un cine de autor con aspiraciones comerciales. 'Verónica' de Paco Plaza, 'La llamada' de los Javis, 'Quién te cantará' de Carlos Vermut y 'Tu hijo' de Miguel Ángel Vivas, todas producidas por él, son algunas de las mejores películas españolas de esta década, y con este regreso de Paco Cabezas a España vuelve a apostar por un cine patrio que aúne industria y arte.
Nota: 7
Lo mejor: Su representación, llena de verdad y cariño, de los barrios marginales andaluces
Lo peor: Cuando se pone demasiado intensa