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CRÍTICA

'El agente topo': Espías con sabor a añejo

Crítica de 'El agente topo', documental dirigido y escrito por Maite Alberdi. Mostrado en el Festival de Sundance. Premio del Público en el Festival de San Sebastián. Nominado al Oscar al mejor documental.

Por Miguel Ángel Pizarro Más 19 de Marzo 2021 | 10:31
Colaborador de eCartelera. Apasionado del cine y la cultura en general. Cine europeo y de animación, mi especialidad.

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El género documental ha experimentado, en los últimos años, un auge de popularidad y, sobre todo, de creatividad, como bien pudo verse en títulos como 'My Mexican Bretzel', 'El año del descubrimiento', 'Honeyland', 'Whitney' o 'Collective'. Convertida en una de las sensaciones de los festivales de Sundance y San Sebastián, donde se llevó el Premio del Público, llega a salas comerciales 'El agente topo', nuevo largometraje de Maite Alberdi, candidato al Goya a la mejor película iberoamericana y nominado al Oscar al mejor filme documental.

Alberdi continúa con su visión singular sobre la vida, retratando a aquellas personas olvidadas por el cine. Haciendo alarde de una complicidad cómica que se produce entre los protagonistas de sus documentales, la cineasta pasa de narrar las conversaciones de un grupo de amigas a la hora del té y de mostrar la realidad de un grupo de jóvenes con Síndrome de Down a una realidad que, en el último año, ha cobrado una mayor fuerza: la de los ancianos que viven en residencias.

El agente topo

La documentalista aprovecha los clichés del cine de espías para crear una simpática empatía con el protagonista de este relato, Sergio Chamy, un jubilado que responde a un anuncio en el que se buscan señores de su edad para una misión: infiltrarse en una residencia en la que una cliente sospecha que su madre no está recibiendo los cuidados necesarios. La premisa resulta un tanto singular, digna de una comedia de Juan José Campanella o Damián Szifrón.

Un encantador testimonio que da visibilidad a la soledad de los mayores

Pero no, está hablándose de un documental, con unos personajes cuyas vidas son reales y se ven reflejadas frente a las cámaras. Ahora bien, ahí surge la virtud de Alberdi como directora, pues es ella la que sabe sacar esa mirada divertida que otorga la propia vida. Es más, Alberdi aprovecha esa aparente mirada ligera, incluso cierto tono feel-good, para narrar una historia mucho más profunda y desgarradora, la de la soledad de aquellos ancianos que han terminado en una residencia. A pesar de la atención de los cuidadores, de la socialización que hay entre los propios mayores, falta un factor clave: el amor y cariño de sus seres más queridos.

El agente topo

En esa falta de afecto se ahonda, explorando la pérdida de autonomía de los ancianos protagonistas, siendo el caso de Sergio, el infiltrado, el más evidente, pues vive en sus propias carnes cómo ha pasado de ser un jubilado independiente a un anciano que tiene un régimen de horario y movimientos. Por otro lado, están las historias de los compañeros -mejor dicho, compañeras- y es ahí donde surgen los momentos más desoladores, aquellos que cambian de semblante el rostro. Alberdi, que podría haber utilizado trucos para provoca cierto sentimentalismo, consigue evitarlos, gracias a un ejercicio de contención, que acerca al filme a esa obra maestra de la animación que es 'Arrugas' o a la reciente 'El padre'.

'El agente topo' es la consagración de un estilo documental que Alberdi ya demostró llevar con soltura con magníficos títulos como 'Los niños' o 'La once'. Su mirada humana y de denuncia social cala profundamente tras su visionado, siendo incapaz de no dejarse cautivar por una historia realizada con suma delicadeza, respeto y admiración por aquellos mayores que ahora la sociedad ha decidido confinar. Uno de los trabajos más redondos de la realizadora, convertida en uno de los máximos referentes del documental chileno actual.

Nota: 8

Lo mejor: La manera de interactuar de Sergio con las jubiladas de la residencia.

Lo peor: La sensación agridulce que deja su final.

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