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CRÍTICA

'Al agua, gambas': Gran baño para el colectivo LGTB

Crítica de 'Al agua, gambas', comedia dirigida y escrita por Maxime Govare y Cédric Le Gallo. Un nadador olímpico deberá entrenar a un equipo de waterpolo gay tras hacer unos comentarios homófobos.

Por Miguel Ángel Pizarro Más 19 de Julio 2019 | 10:42
Colaborador de eCartelera. Apasionado del cine y la cultura en general. Cine europeo y de animación, mi especialidad.

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El cine LGBT lleva un tiempo estando muy presente para la cartelera española. Después de 'Vivir deprisa, amar despacio' y 'Sauvage', llega a la cartelera española una nueva propuesta proveniente de Francia, 'Al agua, gambas', una comedia feel-good con chispa, que derriba prejuicios con mucho humor y, sobre todo, con un compromiso real por parte de sus creadores.

Al agua, gambas

Matthias Le Goff, subcampeón mundial de natación, no pasa por su mejor momento y, en un arrebato de furia con un periodista, hace un comentario homófobo delante de los medios de comunicación. Sus palabras tienen consecuencias y la condena de colectivos y la opinión pública. La Federación Francesa de Natación le obliga a tener que entrenar a un equipo de waterpolo LGBT para que se clasifiquen en los Gay Games, solo de esta forma tendrá opciones de competir en los próximos mundiales. Matthias conocerá a un grupo de lo más variopinto, que le hará ver la vida desde otra perspectiva.

Película comprometida y reivindicativa

Muchas veces el llamado cine feel-good, bajo su apariencia amable, es capaz de transmitir mensaje mucho más profundos de lo que el público puede llegar a pensar. De esto el cine francés sabe mucho, prueba de ello fue el importante éxito en taquilla y crítica de 'El gran baño', una película con temática similar a 'Al agua, gambas', que apostaba por una masculinidad alternativa, mostrando a hombres de mediana edad, heterosexuales y muchos de ellos casados o divorciados, rompiendo con la mirada tóxica al ser un grupo de natación sincronizada.

Al agua, gambas

'Al agua, gambas' tiene una misión muy similar, que es dejar en evidencia los comportamientos homófobos de una sociedad que es tolerante, cierto, pero que eso no es sinónimo de completa aceptación. Maxime Govare y Cédric Le Gallo, que también firman el guion, muestran que conocen a la perfección esa realidad, especialmente Le Gallo, que se ha inspirado en su propia experiencia para escribir esta película. Conviene recordar que Le Gallo es miembro del equipo de waterpolo Les Crevettes pailletées y fue portada de la publicación deportiva L'équipe, en la que aparecía besándose con un compañero de equipo para combatir la LGTBifobia en el deporte.

Por ello, 'Al agua, gambas' transmite una autenticidad única, que hace que su mensaje se sienta realmente comprometido con lo que reivindica. Porque sí, en la cinta hay mucho cliché, mucha pluma y muchos momentos mamarrachos pero, ¿acaso eso no existe en la vida real? La cinta deja en evidencia que si eso molesta, es que hay homofobia detrás que se disfraza de excusa con ir más allá del estereotipo.

La necesidad de reinventar lo masculino

Por otro lado, la película tiene muchas escenas con un humor muy ácido y situaciones muy negras, que dejan claro que los directores quieren arriesgar al mostrar ciertos defectos del propio colectivo, especialmente cuando llega al equipo de waterpolo una mujer transexual. Esa mirada autocrítica, la frase "Yo lo puedo decir porque son los privilegios de un grupo históricamente marginado" deja en evidencia los problemas internos que hay dentro del propio colectivo, también enseña la diversidad que existe dentro de lo LGBT, más ahora que lo gay está cediendo protagonismo a otras realidades como la transexual o la lésbica.

Al agua, gambas

Con un mensaje comprometido, que busca acercar al público general la realidad LGBT, 'Al agua, gambas' es una estupenda propuesta, una comedia que sabe huir de lo predecible y narra momentos dramáticos con elegancia y sin caer en sentimentalismos absurdos. Una cinta que sabe beber de sus fuentes, al tener el toque reivindicativo de 'Pride (Orgullo)', la vena road movie de 'Las aventuras de Priscilla, reina del desierto' y esa mirada sobre la necesidad de reconfigurar el concepto de masculinidad de la ya nombrada 'El gran baño'. Una maravillosa comedia para disfrutar libre y sin armarios.

Nota: 8

Lo mejor: El momento road movie y la mirada autocrítica a la actual realidad gay.

Lo peor: La escena de la fiesta en la piscina es demasiado larga y redundante.

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