En 2012, R.J. Palacio publicó la novela 'Wonder. La lección de August'. Un éxito de la literatura juvenil que tuvo adaptación cinematográfica en 2017. El éxito tanto del libro como de la película desembocó en una especie de saga literaria entre las que destacó 'Pájaro blanco', una novela gráfica enfocaba en el antagonista de la primera entrega literaria, Julian, y en su proceso de redención a través de la historia de su abuela, una superviviente del Shoá.
Tal fue la buena recepción de 'Wonder', que parecía lógico que hubiera el deseo de continuar ese éxito con otra adaptación cinematográfico. 'Pájaro blanco' era la candidata ideal, convirtiéndose así en 'Alas blancas'. El cineasta suizo Marc Forster, habitual del cine de Hollywood (estuvo detrás de 'Quantum of Solace' o 'Guerra Mundial Z'), dirige el guion escrito por Mark Bomback, quien estuvo detrás de éxitos como 'La guerra del planeta de los simios' como de otros títulos como 'La serie Divergente: Insurgente' o 'El arte de vivir bajo la lluvia'.
Realmente, 'Alas blancas' funciona como un spin-off completamente independiente de 'Wonder'. Sólo aquellos seguidores de la novela y la película original recordarán la conexión de Julian con el film que protagonizaron Jacob Tremblay y Julia Roberts. Puede verse a un protagonista marcado por sus actos, recordando la poca atención real que sus padres ponen en él.
Es su reencuentro con su abuela lo que provoca el inicio de la trama. Realmente, 'Alas blancas' es más bien la historia de niñez de ella, encarnada por una espléndida Helen Mirren. El film se asemeja más las producciones de época sobre diferentes historias de la Segunda Guerra Mundial y la Shoá que del relato de redención de Julian. Partiendo de esa base, se está ante una producción con espíritu didáctico, que bien puede recordar a filmes parecidos como 'La ladrona de libros' o 'Corazones valientes'.
Funciona mejor como film independiente como una entrega de una saga
A pesar de producirse la sensación de que hay demasiados filmes sobre uno de los momentos históricos más sanguinarios del siglo XX, dado el aumento del antisemitismo bien puede servir de recordatorio para evitar que la historia se repita. La historia de la abuela de Julian, Sara, narra cómo la población judía fue perseguida en la Francia de Vichy, vasalla del Tercer Reich y recuerda como la fragmentación de Francia entre territorio ocupado o zona libre no impidió la persecución de la población hebrea.
Sara se ocultó y es este proceso el que la cinta narra. El guion de Bomback sabe crear un relato claustrofóbico, en el que Sara va trabando amistad y amor del otro protagonista, llamado Julien (la versión francesa de Julian), un muchacho afectado por la polio que protegió a su compañera de clase, poniendo en riesgo su propia vida, como la de sus padres.
La cinta rinde tributo a esa población valiente que se arriesgó ocultando judíos en sus viviendas. De la misma forma, recuerda que no todo el mundo fue miembro de la Resistencia, retratando a los colaboracionistas que delataban a todo aquel que buscaba plantar cara al nazismo. De la misma forma, se muestra cómo la imaginación y el propio espíritu de la infancia busca abrirse camino, con secuencias entrañables en las que Sara y Julien 'viajan' a lugares tan distintos como París, Londres o la sabana africana a través de la imaginación.
Una lección de vida que se narra cual cruda fábula con la que la abuela recuerda los momentos más difíciles que tuvo en su infancia. Esa manera pedagógica de narrarlo, recuerda la importancia de conocer el pasado y cómo aprender de ello puede repercutir de maneras muy distintas en el presente, como el caso de un joven protagonista que pasa de matón de colegio a reconocer que el acoso escolar es un grave problema del que ha formado parte.
Con interpretaciones magníficas, con mención para Gillian Anderson como una auténtica madre coraje, toca resaltar a esos jóvenes talentos que son Ariella Glaser y Orlando Schwerdt, a los que habrá que seguir en futuras producciones. 'Alas blancas' funciona mejor como cinta independiente que como producción del universo 'Wonder'. Eso ayudará a que el público profano disfrute de esta adaptación, aunque corre el riesgo de no satisfacer del todo a los seguidores de los escritos de Palacio.