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CRÍTICA

'Aline': Un sentido tributo a la vida y obra de Céline Dion

Crítica de 'Aline', dirigida, coescrita y protagonizada por Valérie Lemercier. Falso biopic sobre Céline Dion. Nominada a 10 Premios César y mostrada, fuera de concurso, del 74 Festival de Cannes.

Por Miguel Ángel Pizarro Más 13 de Abril 2022 | 09:30
Colaborador de eCartelera. Apasionado del cine y la cultura en general. Cine europeo y de animación, mi especialidad.

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Tarde o temprano, los grandes iconos de la música terminan teniendo un biopic, ejemplos recientes han sido 'Bohemian Rhapsody', 'Rocketman' o 'Los Estados Unidos contra Billie Holiday'. Aunque han sido las producciones controladas por los propios artistas o sus familiares los que han brillado más en la producción reciente, esto no siempre tiene que ser así. Es más, puede ser que hacer todo lo opuesto sea la clave para crear un largometraje que es capaz de hacer saltar las costuras de las convenciones de las cintas biográficas. Es el caso de 'Aline', filme sobre Céline Dion y sexto largometraje como directora de la actriz Valérie Lemercier, que llega a salas españolas tras conquistar al público y a la crítica en Francia y en Quebec y tras ser nominado a diez Premios César, entre ellos los de mejor película, mejor dirección, mejor guion original, mejor actor de reparto, mejor actriz de reparto y mejor actriz (galardón que obtuvo).

Aline

'Aline' tiene la particularidad de que no ha convertido la vida de Céline Dion en un largometraje como tal. Sin la aprobación de la cantante, así como tampoco de su familia, era complicado realizar una producción que reprodujese con fidelidad a la diva canadiense. Pero de la necesidad nace la virtud y es ahí donde radica el principal acierto de esta producción: no adaptar la vida de Dion a la pantalla sino lo que los fans piensan que es su biografía. Surge así la figura de Aline Dieu, una versión completamente ficticia de la artista que estuvo detrás de temas icónicos como 'The Power of Love', 'Beauty and the Beast' o 'Because You Loved Me'.

El que la película narre los inicios, el ascenso y el legado de Aline Dieu y no de Céline Dion, le otorga una libertad plena a la hora de narrar la vida de la protagonista que no hubiera sido posible de haberse ceñido a los hechos reales. Por otro lado, recuerda en sí que la propia magia del cine es un gran trampantojo, puesto que ni siquiera los biopics oficiales son capaces de ser completamente fieles a los sucesos que cuentan. Para añadirle más sensación de ficción, Lemercier, de 58 años, toma el reto de encarnar a Aline desde que tiene 12 años hasta su consolidación como icono permanente en Las Vegas.

Aline

Sus primeras escenas, que rozan lo paródico, permiten, precisamente, recordar que 'Aline' es pura ficción. Por otro lado, es increíble la hazaña que realiza Lemercier, una auténtica mujer orquesta, pues siempre ha protagonizado sus películas y ha participado en la elaboración del guion. La intérprete consigue ser convincente en casi todas las etapas (solamente en la que tiene entre 12 y 14 años se le resiste algo). Es fascinante cómo logra crear el retrato de una mujer que, ante todo, ha sido libre en cada una de sus decisiones, que ha sabido estar en primera línea y que su confianza en sí misma fue el principal aliciente para lograr ese gran icono de los 90 que es Dion y que reproduce muy bien Lemercier como Aline.

Una experiencia musical deliciosa

Aunque sea toda una ficción, eso no quita que haya cierta esencia de biopic real, pues el largometraje incluye varios temas míticos de la diva nacida en Quebec, desde sus temas en francés como 'Tellement j'ai d'amour pour toi', 'Pour que tu m'aimes encore' u 'Ordinaire'; así como sus hits internacionales como 'All by Myself', 'Let's Talk About Love', 'I'm Alive' o, por supuesto, 'My Heart Will Go On'. Es fascinante cómo el filme reproduce con fidelidad la actuación de Céline Dion en los Oscar, recordando que la canción de 'Titanic' es el segundo single más vendido de la historia por una mujer y que es el tema emblema de la diva quebequesa.

Aline

Por otro lado, la cinta sabe aproximarse a la vida personal de Dion que, al ser pura ficción, consigue salir indemne. Con sumo respeto, Lemercier, quien firma el guion del filme junto con Brigitte Buc, aborda temas espinosos como la relación de la cantante con su representante René Angélil, 26 años mayor que ella (y que surgió, como la cinta plasma, después de que Dion ganase el Festival de Eurovisión representando a Suiza); así como su relación con la fama, el cómo la prensa habló de su físico y cómo hubo momentos en los que los paparazzi se cebaron con ella, hasta el punto de romper su intimidad. También aborda la relación de Dion con sus padres y sus 13 hermanos (ella era la número 14). Sin embargo, lejos de poner una mirada morbosa, Lemercier rinde homenaje a una mujer que, ante todo, es sinónimo de libertad y que ha sido fiel a sí misma.

'Aline' sorprende porque es uno de los mejores exponentes de películas biográficas musicales, supera con creces cualquier expectativa y es un sentido homenaje a Céline Dion desde la pura ficción. En cierta forma, es quizás el mejor exponente para demostrar que es posible romper las convencionalidades del biopic. Más en la línea de la reflexiva 'Barbara' de Mathieu Amalric que en 'La vida en rosa' de Olivier Dahan, aunque eso no impida que tenga momentos que erizan el vello, en los que se siente la magia que transmite Dion en el escenario. Un falso biopic que, además de ser una deliciosa experiencia cinematográfica y una producción de una fan de la cantante para fans, consigue el extra de liberar a Dion de tener que lidiar con una producción que sí se atreviese a ahondar en su vida. Un tributo cuidado que, sin duda, se ha merecido entrar en ese Olimpo de los grandes largometrajes musicales.

Nota: 8

Lo mejor: La entrega de Valérie Lemercier y que se nota que es una gran fan de Céline Dion. Que sabe traer cierto punto cómico sin caer en la parodia y que trae el espíritu de la diva canadiense con respeto.

Lo peor: El querer interpretar a Aline en sus primeros años de adolescencia termina restándole esa esencia de tributo, algo que, por cierto, la crítica angloparlante no ha perdonado, pues ha eclipsado al resto del relato.