Sin duda, da gusto que vayan desembarcando en salas comerciales aquellas películas que eCartelera pudo disfrutar durante la 67ª edición de la Semana Internacional de Cine de Valladolid, la Seminci. Este pasado viernes 9 de junio, justamente, se estrenaron dos. Por un lado, la sublime 'El maestro jardinero', con la que Paul Schrader volvió a demostrar que está viviendo una segunda juventud cinematográfica; y, por otro, la intimista 'Alma viva'. Ópera prima de la franco-portuguesa Cristèle Alves Meira, quien se inspira en sus propios orígenes para este relato de fantasmas y costumbrismo.
Galardonada con el premio a la mejor dirección novel en la Seminci, proyectada en la Semana de la Crítica del 75º Festival de Cannes y seleccionada por Portugal para representar al país en la categoría de mejor film internacional en la 95ª edición de los Premios Oscar, 'Alma viva' goza de un estilo árida y una ejecución pausada que permite entrar en esa Portugal rural, en la región norteña de Tras-os-Montes, donde la pequeña protagonista, Salomé (interpretada por la propia hija de la directora, una estupenda Lua Michel), va a pasar las vacaciones con su familia.
'Alma viva' destaca por crear un universo femenino que entra en conexión de una manera ancestral, relacionada con el papel de las mujeres en los pueblos portugueses. Aquí se ve cómo la matriarca de la familia de la pequeña protagonista arrastra una especie de letra escarlata por atreverse a dejarse llevar por sus deseos y cómo dicha consecuencia carga también el resto del clan. Tras la muerte de la señora, será cuando Salomé experimente una serie de acontecimientos paranormales que Meira, quien firma el guion junto con Laurent Lunetta, introduce de manera orgánica.
La bucólica mirada a lo rural con un toque de fantasmagórico realismo mágico
Con un estilo que recuerda al de 'El agua', aquella cinta en la que Elena López Riera retrató la 'maldición' que sufría una familia compuesta por mujeres en un pueblo del sureste de España, en la que un miembro femenino del clan era arrastrado por las olas de una catástrofe natural. La ópera prima de Meira combina costumbrismo y folclore propio de una región con elementos sobrenaturales. Tiene, además, el añadido de título con tintes autobiográficos, al ser Meira una cineasta nacida en Francia pero con un fuerte vínculo con el país de sus padres, Portugal, tal y como le sucede Salomé.
Justo por los ingredientes autobiográficos y de una mirada entre folclórica y bucólica hacia lo rural, 'Alma viva' guarda muchos elementos que evocan al estilo cinematográfico de Carla Simón. Es más, da la impresión de que si 'Verano 1993' o 'Alcarràs' hubieran tenido estos elementos sobrenaturales, hubieran sido muy similares a 'Alma viva'. Ese toque fantasmagórico, de realismo mágico, le da a Meira una mirada menos complaciente hacia el mundo rural, al que mira con cariño, pero también con cierta crítica.
Acompañado por la espléndida fotografía de Rui Poças, uno de los mejores exponentes de la belleza de la cinematografía portuguesa al estar detrás de títulos de Miguel Gomes como 'Tabú' o de João Pedro Rodrigues como 'El ornitólogo' o la reciente 'Fuego fatuo', así como también referente internacional al ser responsable de fotografía de 'Zama' de Lucrecia Martel o 'Frankie' de Ira Sachs; 'Alma viva' es un ejemplo de cómo la cinematografía lusa continúa su propia senda alejada del concepto comercial, conquistando con propuestas que atrapan a los amantes del cine de arte y ensayo.
