Por mucho que intentemos mirar para otro lado, resulta ya más que evidente la influencia que ha tenido 'El caso Bourne' y todas sus continuaciones en el género de acción y espionaje. Ha afectado al tono de una saga tan consolidada como 007: James Bond pero también a otras franquicias como 'Misión Imposible'. Incluso ha generado nuevos héroes cinematográficos como Jack Reacher o el que ahora nos ocupa.
Dirigida por Michael Cuesta, cineasta sobre todo asociado a la televisión por series como 'True Blood', 'Dexter' o 'Homeland', la película cuenta la historia de Mitch Rapp, un ciudadano normal que, tras la muerte de su prometida en un ataque terrorista, decide cambiar de vida radicalmente. Decidido a vengar el asesinato de su amada, comienza una estrategia como doble agente por su propia cuenta que le llevará, finalmente, a ser reclutado por la CIA. Una vez entrenado, tendrá que llevar a cabo una misión para detener una operación que podría desatar el caos a nivel internacional.
La cinta es entretenida pero no aporta absolutamente ninguna novedad al género. Su relato y estructura están llena de lugares comunes, varios clichés y, desgraciadamente, incluso algo de ingenuidad o brocha gorda. Innecesariamente melodramática, el enfoque opta por un realismo inicial difícil de tomar en serio. Sin embargo, la falta de ironía y sentido del humor de la propuesta, genera un cierto rechazo hacia cualquier elemento inverosímil que nos propone.
El actor Dylan O'Brien, conocido por su participación en 'El corredor del laberinto', muestra, esta vez, una faceta más adulta y agresiva. A pesar de no tener ya aspecto de adolescente, no acaba de resultar creíble en su rol de asesino sanguinario en el que se convierte de la noche a la mañana debido a un suceso traumático. Su carisma es tan innegable como su agilidad en las escenas más físicas. Pero para un filme de violencia adulta (como parece que se pretende) no tiene la dureza interpretativa necesaria ni la energía o el bagaje como para resultar veraz en una pelea a vida o muerte que vaya más allá de la serie 'Teen Wolf'.
Afortunadamente, el contrapunto de Michael Keaton, un actor mucho más curtido, consigue compensar, en cierta manera, estas carencias, otorgando al conjunto algo más de la entereza necesaria. Keaton que, desde los tiempos de 'Batman', lleva transitando terrenos oscuros que le han llevado, recientemente, a cotas de máxima reputación gracias a 'Birdman o (la inesperada virtud de la ignorancia)' o 'Spotlight', conoce el terreno y lo juega a su favor. La relación con el protagonista, estilo maestro-aprendiz, y las aristas de su personaje condicionadas a un cierto punto de vista son, ciertamente, algunos de los aciertos más reseñables de la película.
Basada en las novelas de Vince Flynn
El guión está basado en una serie de novelas escritas por Vince Flynn que incluye más de 15 volúmenes con distintas misiones y aventuras. No obstante, no parece que de un producto audiovisual tan poco impactante o sorprendente pueda dar lugar una saga que interese al público... ni siquiera parece factible una secuela. Lo que nos plantean es un universo demasiado pobre, esquemático y rutinario. La acción siempre tiene su interés, cuando está bien rodada. En este caso, no es un desastre pero no resulta tan emocionante como para seguir hablando de ella pasada una semana del visionado.
Por lo tanto, se ha perdido, quizás, la oportunidad de construir un thriller de bajada a los infiernos de un joven inocente que incluya todas las sombras de las propias agencias de inteligencia norteamericanas y sus estrategias antiterroristas. Aunque quizás, esa no fue nunca la intención. El caso es que lo que nos encontramos es un resultado que no sabrá conectar con el público más joven y dejará indiferente a los más maduros. Una apuesta fallida, en definitiva, pese a su empuje narrativo y su más que aceptable buen ritmo.
Nota: 4
Lo mejor: Michael Keaton aportando credibilidad a la propuesta.
Lo peor: Su falta de originalidad y de nuevas aportaciones al género.
10 curiosidades de Michael Keaton
De nombre en nombre
Los comienzos de Michael Keaton en la industria no fueron del todo prometedores. ¿La culpa? De su nombre. Tal cual. Y es que, el actor en realidad se llama Michael John Douglas, por lo que tuvo que buscar un nombre artístico que le diferenciara por completo de Michael Douglas, un tipo que en aquellos años ya era más que una realidad dentro de la industria. Así, y a modo de homenaje a Buster Keaton y a Diane Keaton, dos artistas que adoraba, surgió el nombre de Michael Keaton.
El Caballero Oscuro... ¿o no?
Está más que claro que el punto de inflexión total de la carrera de Michael Keaton, al menos el primero de ellos, fue su elección para protagonizar 'Batman', la admirable adaptación que realizó Tim Burton del universo del hombre murciélago. Sin embargo, en el momento en el que su nombre salió a la luz como nuevo héroe de Gotham, los fanáticos del personaje de DC se volvieron completamente locos. Y no de una manera positiva.
Las explicaciones que ofreció el mismo Burton en las que argumentaba que Keaton era el único actor que podía interpretar de manera fiel y creíble a un personaje con una personalidad tan oscura y obsesiva no fueron suficientes, así que el estudio tuvo que lanzar un tráiler de emergencia para demostrar que, efectivamente, se trataba del actor idóneo para el papel. Una estrategia que funcionó al cien por cien.
Entrega al cien por cien
En esa obra maestra llamada 'Spotlight', el Oscar a mejor película más coherente de los últimos años, Michael Keaton participaba interpretando al periodista Walter V. Robinson, una figura esencial dentro de la trama. Consciente de la importancia que tenía, tanto su papel como la historia que se estaba contando, el actor decidió investigar la vida y trayectoria profesional de Robinson de una manera exhaustiva y completa posible.
Por eso, cuando llegó el momento en el que Keaton y el periodista se conocieron por primera vez días antes de que comenzara el rodaje, Robinson se quedó tan impresionado de los conocimientos que tenía el actor sobre él y su carrera que le terminó preguntando cómo tenía tanta información si se acababan de conocer. No es complicado imaginar esa sonrisa de pillo marca Keaton como respuesta.
El hombre pájaro
Llegamos a 'Birdman (o la inesperada virtud de la ignorancia)', una deslumbrante joya cinematográfica y el segundo punto de inflexión de la carrera de Michael Keaton. La resurrección definitiva, el regreso abrumador de un actor que volvía a lo grande, demostrando una madurez interpretativa absolutamente impecable. Y eso que hablamos de su primer papel protagonista en seis años, recogiendo el terrible testigo que había dejado con 'Caballero y asesino', película que también dirigió en 2008.
Por supuesto, los primeros comentarios y crítica que recibió la propuesta de Alejandro G. Iñárritu señalaban de manera reiterativa las similitudes que se podían encontrar entre el papel que interpretaba Keaton y su propia vida y carrera. Sin embargo, además de confesar que se trataba de la película más difícil a la que se había enfrentado nunca, el actor aseguró que su Riggan era el personaje más diferente a sí mismo que había interpretado jamás. Contundente.
Dr. Michael Shephard
Aunque 2014 fue el año de su espectacular regreso, Michael Keaton estuvo muy cerca de reactivar su carrera una década antes. Y es que, en 2004, el actor recibió la propuesta de interpretar a, nada más y nada menos, que el mismísimo doctor Jack Shephard, uno de los protagonistas de esa serie maravillosa e inolvidable llamada 'Perdidos'.
Eso sí, en aquellos primeros compases del proyecto, su personaje iba a morir durante los primeros capítulos de la historia, con lo que Keaton no tenía que quedar ligado a un proyecto durante mucho tiempo, algo que quería evitar a toda costa. Por eso, cuando se enteró de que los planes habían cambiado y Shephard tendría un papel más que importante en la serie, Keaton abandonó. Seguía con la racha de malas decisiones.
Keaton, el deportista
Por suerte o por desgracia, más bien por lo último, Michael Keaton ha disfrutado a lo largo de su carrera de numerosos ratos de tiempo libre y de ocio. Quizá por eso, el actor es un apasionado del snowboarding, el golf, el ciclismo de montaña, la hípica y la pesca a mosca, aficiones que realiza durante largas temporadas en los ranchos que tiene en California y Montana. Aburrirse no entra en sus planes.
Los Keaton que nunca vimos
Ok, toca coger aire. Michael Keaton cuenta con algunos personajes más que interesantes en su carrera, pero casi pesan más los que pudieron ser y no fueron. Y es que el actor estuvo muy cerca de protagonizar: 'Los Cazafantasmas'; 'La rosa púrpura del Cairo', proyecto que comenzó a rodar pero del que fue despedido por un decepcionado Woody Allen; 'Mystic River', en la que le ocurrió lo mismo con Clint Eastwood; 'El silencio de los corderos'; 'Piratas del Caribe: La Maldición de la Perla Negra', donde iba a interpretar, efectivamente, a Jack Sparrow; 'Cuando Harry encontró a Sally' o 'Philadelphia', entre otras. Insisto, entre otras. La suerte y el olfato para escoger papeles de Michael Keaton. Menudo espectáculo.
Roar
Michael Keaton es un fanático total de Katy Perry. ¿Puede haber una curiosidad más genial? En el momento en el que le imaginamos cantando a pleno pulmón temas como 'Roar', 'Last Friday Night' o 'I Kissed a Girl', emocionándose con 'Firework' o bailando la coreografía de 'California Gurls', llegamos directamente a la conclusión de que no. En absoluto. Imposible.
La unión entre superhéroes
Mucho antes de que generaran brutales cantidades de amor y odio en 'Batman v Superman: El amanecer de la justicia', estos dos personajes inolvidables, auténticos iconos culturales de primera línea, ya se encontraron en la gran pantalla. Más o menos.
En 1994, 'Sin palabras', una comedia romántica muy por debajo de la media que ha envejecido francamente mal, reunía a Michael Keaton y Christopher Reeve, los dos actores protagonistas de las inolvidables 'Batman' y 'Batman vuelve' y la saga de 'Superman', respectivamente. No es lo mismo que verlos vestidos con sus trajes de superhéroes, pero menos es nada.
Su mayor deseo
Si dependiera de Michael Keaton, su próximo proyecto cinematográfico estaría más que claro. Y es que, preguntado al respecto, el actor confesó que su sueño es interpretar algún día al jugador de baseball Ted Williams, una de las figuras más importantes de la historia de este deporte. Si continúa por esta senda de éxitos, estamos seguros de que Keaton conseguirá cumplir con este deseo. Es lo que tienen las leyendas.
