En el cine independiente español si hay una figura que parece ser una de las principales influencias es Éric Rohmer. Su estilo aparentemente sencillo, que basa sus historias en lo cotidiano y mundano, ha servido de fuente para realizadores como Jonás Trueba o Javier Marco. En esa línea, llega la ópera prima de Zaida Carmona, cineasta experimentada en el mundo del corto, que salta al largo con 'La amiga de mi amiga', presentada en el D'A Film Festival, el 70 Festival de San Sebastián y el 51 Festival de Róterdam.
Su título ya es toda una declaración de intenciones, al hacer referencia a 'El amigo de mi amiga', que forma parte de la serie 'Comedias y proverbios' del célebre cineasta. Es más, Rohmer está presente en toda la cinta, al introducir su cine como parte de un ciclo temático en escenas rodadas en el emblemático cine-café Zumzeig, uno de los más representativos sobre arte y ensayo en Barcelona.
Mientras que la cinta original narraba una especie de mundana versión de 'Sueño de una noche de verano' en Cergy-Pontoise, villa situada a las afueras de París; Carmona opta por llevar su particular relato de enredos a la Barcelona más cosmopolita, al ambiente cultural y elitista de la ciudad condal; así como convierte su propuesta en una historia protagonizada por mujeres que son amigas y también lesbianas. Lo fascinante es que Carmona, quien firma el guion y protagoniza la cinta, rehúye de las convencionales etiquetas de cine LGBT, al mostrar su historia con unas protagonistas que están centradas en sus propias odiseas sentimentales.
Su personaje principal, que se llama igual que ella, es una publicista con alma de guionista que regresa a Barcelona tras vivir una ruptura sentimental. Su regreso a la ciudad condal le hace reencontrarse con su antiguo grupo de amigas, en el que los sentimientos y las pasiones amorosas o amistosas irán fluyendo. Lo fascinante es que produce la sensación de estar viendo una película dentro de otra, dado que Carmona transmite una especie de mezcla entre realidad o ficción, puesto que varios personajes se llaman igual que las actrices que los encarnan y las propias intérpretes son amigas en la vida real.
Bien podría ser la respuesta femenina a Jonás Trueba
Pero no hay que dejarse engañar por esa sensación, puesto que 'La amiga de mi amiga' es, ante todo, amor por la ficción a través del cine y cómo esta puede servir de canalizador de sentimientos reales, de ahí esas impresiones. Bajo esa premisa, Carmona crea un grupo de amigas y amantes que transmiten mucha humanidad, dado que busca retratar a unos personajes que conviven con sus virtudes y defectos; que pueden tener buenas intenciones, pero hacer daño; que viven en conflicto entre sus lealtades hacia los demás y sus propios deseos. Mujeres llenas de matices que permiten ver y disfrutar de un film que sabe rendir tributo a Rohmer.
Otro aspecto que destaca de la cinta es su habilidad de sacar provecho a sus recursos, limitados. Abraza su carácter 'underground', de cine de batalla, donde se ve la intervención de Marc Ferrer, quien coescribe el guion y es amigo muy cercano de Carmona. Ello lo combina con un toque clásico de comedia de enredos que hace de la cinta accesible al público comercial, que podrá disfrutar de una propuesta diferente que sabe tener espíritu propio.
'La amiga de mi amiga' muestra que hay más pupilos de Rohmer en el cine español, aparte del mentado Trueba. Una ópera prima con personalidad, que sabe reflejar el ambiente cosmopolita cultural desde el prisma lésbico (algo que no se había visto anteriormente y lo que hace sin dar la impresión de ser impostado). Carmona sigue la estela de otros debutantes brillantes de la industria española como Pedro Collantes con 'El arte de volver' o Andrea Bagney con 'Ramona', demostrando que ese cine de batalla aspira a ser grande.
Nota: 7
Lo mejor: Esa sensación que transmite de mezclar realidad y ficción.
Lo peor: En algunas situaciones, sus actrices se muestran algo sobreactuadas. Su protagonista tiene momentos (quizás demasiados) en los que saca de quicio.