La comedia italiana de 2016 aterriza en España doce meses después. 'Amor a la siciliana' se estrenó en el país de la bota en octubre del año pasado y tuvo un buen desempeño en la taquilla, que ha conseguido que traspase las fronteras y llegue a las salas de nuestro país. Es la segunda cinta de Pif, seudónimo del actor, guionista y director Pierfrancesco Diliberto, que en 2013 ganaba varios premios de cine europeo e italiano por la notable 'The Mafia Kills Only In Summer'. Ahora también escribe, dirige y protagoniza este 'Amor a la siciliana', otra incursión al mundo de la mafia que el director ya exploró en su primer largometraje, pero ahora enfocado desde una óptica muy diferente.
Esta nueva película parte de la historia de amor entre Arturo y Flora, dos italianos que viven en Estados Unidos. Ambos se aman pero su amor es imposible, porque ella está prometida con un jefe de la mafia. La única forma de estar juntos es que Arturo vaya hasta Sicilia y allí pida la mano de la joven a su padre, algo sencillo si no fuera porque estamos en 1943 y la Segunda Guerra Mundial está en pleno apogeo. Él se alistará en el ejército aliado para así viajar a la isla y conseguir la mano de su amada. Pero lo que se encuentra en Italia no es lo que espera.
Esta es, a grandes rasgos, la sinopsis oficial de 'Amor a la siciliana', que también queda reflejada en su tráiler. Pero esta es una sinopsis problemática. El romance está ahí, sí, pero es simplemente una excusa para contar otras cosas y a veces se nota mucho. La relación de Arturo y Flora ocupa menos de un tercio del metraje y la película no es, en absoluto, una comedia romántica. Esto no es algo malo de por sí, pero puede decepcionar a los espectadores que van buscando una trama que no existe.
En cambio, 'Amor a la siciliana' abarca muchos más temas que esa imposible historia de amor. Su tema central son las cuestionables alianzas entre el ejército americano y la mafia italiana en la Segunda Guerra Mundial, una parte de la historia que se ha tratado poco y es ciertamente desconocida a este lado del Mediterráneo. Pif aprovecha aquí para criticar con humor la política de Washington, que recompensó con puestos de poder la ayuda a los aliados del capo Lucky Luciano y el resto de mafiosos. Se crea así la paradoja de que el paso del fascismo a la democracia quedó en manos de los más corruptos del país. Lo mejor de todo es que la película no se pone filtros a la hora de explicar esto. Los americanos se querían quitar de problemas y colocaron a los mafiosos como barrera para impedir el avance del comunismo. Punto. La película lo dice de forma clara y sin rodeos, y es de aplaudir que no tenga tapujos a la hora de criticar a Estados Unidos.
La cinta también dedica tiempo a mostrar las consecuencias de la guerra en la sociedad italiana. Este tema probablemente sea el que más desligado resulta, pues se presenta sobre todo a través de una familia que no tiene relación con el protagonista. Y aquí se ve el mayor problema de 'Amor a la siciliana': quiere abarcar demasiadas historias y es incapaz de priorizar unas sobre otras. Esto provoca que su final resulte acelerado y algo frío para el espectador, porque no le da tiempo a desarrollar y terminar satisfactoriamente todas sus tramas.
Costumbrismo a la italiana
Pero irónicamente, sus momentos más acertados se los debe a esta exploración de la sociedad italiana de la época. Pif pinta las escenas con un costumbrismo brillante: solo hay que ver la escena del primer bombardeo. Dos personajes se pelean porque las esculturas que llevan en brazos, una Virgen y una estatua de Mussolini, entren primero al refugio antiaéreo: "¡Primero la Virgen!", "¡Primero el Duce!". Dos verdaderos ídolos del país en los 40, que Pif no se corta en destruir, cada cual de una manera más poética. El director, además, se rodea de secundarios que dan trasfondo a su dibujo de Italia: el hambre, el luto e incluso la homosexualidad (tratada con bastante respeto, algo que sorprende) tienen cabida aquí, creando una representación bastante variada.
Siempre se ha dicho que el carácter español y el italiano no están muy alejados. Quizá por eso podemos ver muchos reflejos de nuestra España en esta Sicilia. El contraste entre los recién llegados estadounidenses y los italianos está muy trabajado y recuerda inevitablemente a 'Bienvenido, Mr Marshall'. La cinta gana puntos en versión original, aunque solo sea por lo divertido que es ver a los sicilianos pelearse con el inglés. En cuanto a los momentos cómicos, son ácidos. A Pif se le va la mano varias veces (¿el burro volador?, ¿en serio?), pero cuando se contiene está acertado y arranca alguna que otra sonrisa. Aunque no esperéis reír a carcajadas; la película aúna comedia y drama en las mismas dosis y busca emocionarnos, no que lloremos de risa. Por suerte, logra su objetivo.
Las actuaciones no son memorables aunque los personajes tampoco invitan a que los actores se luzcan. Tampoco destaca la fotografía, aunque el montaje sí brilla en algunos casos, como cuando contrapone el lanzamiento de bombas con unas patatas cayendo en un cuenco. Ese es, en definitiva, el espíritu de 'Amor a la siciliana'. No una historia de amor, sino una comedia dramática que es capaz de hacer autocrítica para que deseemos, una vez más, no volver a caer en los errores del pasado.
Nota: 7
Lo mejor: Esa sociedad italiana de andar por casa, tan bien representada que parece traspasar la pantalla.
Lo peor: Quiere tocar tantos palos que al final se queda sin tiempo.