Aunque se prodiga mucho más como actor, recientemente encandiló al público como jefe médico de Urgencias en la espléndida 'Hipócrates' y se le pudo ver en 'Borrar el historial' y 'Adiós, idiotas', el belga Bouli Lanners retoma su faceta de director y guionista con 'Un amor en Escocia', ganadora de los premios al mejor actor y a la mejor actriz en el Festival de Cine de Chicago y con la que el artista se adentra, por primera vez, en el género romántico, rodando, además, en inglés.
'Un amor en Escocia' juega muy bien sus cartas, pues poco a poco va creando su relato romántico, ocultando la información debidamente, lo que le añade un punto de intriga a un relato que va conquistando poco a poco. Inicialmente, se trata de una historia tremendamente sombría, pues narra cómo el protagonista, Phil, un hombre belga que se ha refugiado en una pequeña localidad escocesa de la Isla de Lewis, cae fulminado tras sufrir un derrame cerebral. Esto provoca que Millie, la hija del hombre para el que Phil trabajaba, cuando descubre que ha perdido la memoria, opte por mentirle y decirle a Phil que habían mantenido un romance secreto antes del suceso.
Lanners, quien firma y protagoniza también la cinta, aprovecha el accidente y la mentira para ir narrando poco a poco el nacimiento de una pasión, así como también el hecho de que el relato se desarrolle a través de un embuste permite que la verdad salga a la luz. Aunque lo que hace que el filme encandile es su trayecto, en cómo va gestándose esta historia de pasión, de manera contenida y cocinada a fuego lento, con un escenario natural espléndido, que va en sintonía con el carácter maduro de sus protagonistas. Por otro lado, da gusto ver dos personajes principales de esa edad y alejados de los estereotipos viviendo un romance, pues Lanners y Michelle Fairley derrochan química.
Relato romántico que conquista poco a poco
Aunque la cinta tiene momentos para el lucimiento de sus secundarios, especialmente descriptivo es Julian Glover como el educado pero xenófobo señor granjero y dueño de las tierras donde el protagonista belga trabaja y que explican cómo esa arrogancia británica y rural por lo procedente de fuera ha sido la principal causante del Brexit; aunque quien sobresale en su breve aparición es el siempre brillante Clovis Cornillac; 'Un amor en Escocia' llega a buen puerto por el savoir-faire de sus actores protagonistas.
Tras mostrarse todas las cartas, el largometraje deja un profundo poso en el público, especialmente en lo relacionado con el disfrutar del presente, que es, al fin y al cabo, lo único que tiene cada uno y es lo que hace que se quede grabado en la memoria, esos momentos cotidianos que se han disfrutado en ese momento y que después se rememoran con mayor cariño, cual cálida caricia dada en el rostro. Un mensaje que traspasa el muro emocional de los espectadores gracias a que Lanners lo va gestando poco a poco, con secuencias llenas de intimidad y emoción.
Son esos detalles, junto con un tándem protagónico espléndido, lo que hacen que 'Un amor en Escocia' sea un deliciosa historia de una pasión madura, de esas que encandila cuando se ve en cines y que, afortunadamente, resisten cual último pueblo galo en medio de fuegos de artificio de blockbusters y producciones de arte y ensayo.
Nota: 7
Lo mejor: Cómo va fraguándose la pasión entre Lanners y Fairley.
Lo peor: La historia romántica tarda en arrancar, lo que provoca que la conquista del público sea un poco más tardía.