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CRÍTICA

'El amor en su lugar': Historia trágica de una pasión

Crítica de 'El amor en su lugar', dirigida por Rodrigo Cortés, escrita por Cortés y David Safier, basada en la obra de Jerzy Jurandot. Dos nominaciones a los Goya y tres candidaturas a los Feroz.

Por Miguel Ángel Pizarro Más 3 de Diciembre 2021 | 09:10
Colaborador de eCartelera. Apasionado del cine y la cultura en general. Cine europeo y de animación, mi especialidad.

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Aunque Rodrigo Cortés lleva una temporada bastante prolífica, en 2018 dirigió 'Blackwood' y este mismo año ha estado detrás de uno de los episodios del reboot de 'Historias para no dormir', el cineasta gallego sale de su zona de confort con un drama de época ambientado en la Segunda Guerra Mundial con 'El amor en su lugar', mostrada fuera de concurso en el 18 Festival de Sevilla, candidata a tres Premios Feroz y nominada a dos Premios Goya. Una mirada diferente a lo referente a producciones sobre este conflicto bélico.

Cortés adapta libremente la obra 'El amor busca apartamento', escrita en 1942 por el afamado dramaturgo y poeta polaco Jerzy Jurandot. Se trata de un título que el autor creó durante su cautiverio en el Gueto de Varsovia, cuando fue director literario del teatro Femina, el cual existió como cine hasta 2014. Es una especie de revista que muestra, desde una perspectiva cómica, la vida de los judíos en el gueto. Lejos de mirarse como algo inapropiado, fue un gesto de Jurandot para, a pesar de la tragedia, los habitantes del gueto pudiesen tener un momento de breve desconexión.

'El amor en su lugar'

Aunque Cortés, junto con el autor alemán David Safier, reproduce con bastante fidelidad los actos de la obra, es su espíritu el que se sabe llevar a la gran pantalla. Ducho en narrar con mirada cinematográfica historias sobre encierros, el realizador opta por crear un drama histórico en el que la pasión por el arte se entremezcla con un dilema moral que solo lo propicia un acto tan inherente en el ser humano como el amar. Precisamente, el título del largometraje habla sobre uno de los sentimientos más puro de la persona y Cortés lo plasma con delicadeza, belleza y entrega.

Más allá de narrar un complicado triángulo amoroso, Cortés expone la pregunta de hasta dónde es capaz uno de hacer por amor, en su sentido más amplio. Para ello, tiene como escenario un lugar tan inhóspito como es el Gueto de Varsovia, cinco meses antes de que comenzase la matanza de judíos. A sabiendas de ello, el cineasta transmite una sensación constante de angustia y asfixia, que evoca precisamente a su título más aplaudido, 'Buried', en la que encerró a Ryan Reynolds en un ataúd.

En esta ocasión, el féretro es una sala de teatro, aunque no por ello menos claustrofóbico. Cortés sabe convertir un escenario tan propicio a la sensación de obra filmada en un ejercicio completamente cinematográfico, a pesar también de dividir su filme en actos. Esto lo logra gracias a una espléndida carta de presentación, un falso plano secuencia que muestra el infierno que se vive en el Gueto, en el que la muerte está constantemente presente, en medio de tiroteos, cuerpos, hambre, miedo y desesperación.

'El amor en su lugar'

Con una realidad tan cruel, el teatro es una especie de oasis con el que Cortés retrata todos sus recovecos. Es ahí donde realza la importancia del teatro, del oficio del actor, de cómo es capaz de dejar fuera del escenario sus propias angustias para ofrecer su rostro más amable y así ofrecer un toque de comedia al público. En ese retrato, la expresión 'El espectáculo debe continuar' cobra un sentido prácticamente literal, al mostrar su importancia de cómo una sonrisa, una risa con una escena cómica puede hacer más llevadera la propia miseria.

Cortés brilla con un elegante drama de época

Un mensaje poderoso que viene aupado por una historia de pasión amorosa, en la que los dilemas de su protagonista, una espléndida Clara Rugaard, se debate entre el instinto de supervivencia o el de arriesgar su propia vida. Cortés da un trasfondo inesperado a esta cuestión, combinándolo con la vocación actoral de la joven, así como también sobre quién debe tener la esperanza de poder escapar ante una situación así. Sin duda, ella es el alma del filme, sabiendo transmitir sus dudas, así como una decisión final coherente que sabrá cautivar al público.

Sorprende que Cortés se haya atrevido con un relato sobre la Shoá. Más allá de ser un período histórico del que han salido muchas historias cinematográficas, el cineasta muestra que aún queda mucho por decir de uno de los episodios más trágicos del siglo XX y que son las miradas de autor las que lo evidencian. Un título cuyo espíritu evoca al de 'El pianista' de Polanski y que se convierte en uno de los mejores títulos firmados por el realizador gallego.

Nota: 8

Lo mejor: La tensión y la angustia que se viven hasta el momento final.

Lo peor: Su escasa presencia en la temporada de premios.