"Solo sé que no sé nada" es una de las frases más célebres de la historia de la Filosofía, un dicho derivado de los diálogos de Sócrates y Platón que ha atravesado los siglos sin perder su carácter universal y atemporal. Esas seis palabras se pueden aplicar a muchos momentos de la vida, pero suenan especialmente pertinentes cuando hablamos de la adolescencia, una etapa que tantas veces (y tan bien) ha reflejado el cine y la televisión.
Precisamente, Vicente Bonet, experimentado y premiado cortometrajista ('Love Wars', 'Miniaturas', 'Sputnik'), acude con su primera película como director, 'Amor platónico', a los maestros de la Filosofía, y a ese lema en concreto, para contar la historia de Luna y Noah, dos adolescentes en pleno aprendizaje del mundo y de sí mismos.
Luna es una adolescente espontánea y sin pelos en la lengua que necesita ayuda para el examen de Filosofía del día siguiente. Noah es un chico reservado y culto que acude a su casa para ayudarle a estudiar. Ella parece tener otras cosas en la cabeza y opone resistencia a su tutor, pero a lo largo de la noche, las lecciones de Platón, la curiosidad y las grandes preguntas sobre la vida harán que ambos se acerquen cada vez más, para acabar saliendo juntos de la caverna.
Es evidente que 'Amor platónico' es una película modesta en cuanto medios y presupuesto, pero Bonet sabe perfectamente que en el cine, lo más importante es tener un buen guion. Así, con muy pocos personajes y una acción que transcurre en su mayor parte dentro de la habitación de Luna (aunque haya digresiones imaginativas y un último acto en el que salimos a la mágica noche sevillana), el film se apoya principalmente en los diálogos, supliendo sus carencias a base de reflexiones muy vivas y conversaciones que no decaen en interés.
Pero sobre todo, si 'Amor platónico' funciona tan bien es gracias a la labor de sus dos protagonistas, Marina Varem y David Parra, dos jóvenes promesas que llevan sobre sus hombros el peso de toda la película, con gran naturalidad y una química que salta a la vista. A medida que Luna y Noah se van conociendo, ellos se van abriendo más y más, enriqueciendo la historia con sus contrastes (Varem es un torbellino de gracia y energía, Parra es la serenidad y el temple personificados) y fundiéndose con sus personajes de forma que las preocupaciones y los dilemas que los definen se sienten reales y sinceros. Dos talentos a descubrir a los que les aguarda un gran futuro.
Valiéndose de diálogos ágiles que marcan el ritmo, repasando los lugares comunes de la rom-com y con un espíritu didáctico que nunca parece sermonear, Bonet construye un bonito romance teen en el que se sienten las mariposas no solo del enamoramiento, sino también del aprendizaje. Porque 'Amor platónico' es mucho más que una comedia romántica, es también una reflexión sobre la presión de crecer y enfrentarse a la vida, entre muchas otras cosas.
La dialéctica de Noah y Luna pasa en una hora y media por temas importantes que definen la experiencia de la adolescencia, esa fase vital caracterizada por la incertidumbre del futuro en la que uno todavía no sabe quién es y quién quiere ser. Como si de unos Jesse y Céline de 17 años se tratase, Noah y Luna hablan de todo a lo largo de una noche juntos, de la vida, del deseo sexual, del feminismo, del cambio generacional, del futuro, de las expectativas... planteando preguntas y buscando respuestas en su propio 'Antes del amanecer' sevillano.
Un ejercicio de escritura que tiene bastante de lenguaje teatral (es inevitable imaginarse una adaptación a los escenarios mientras la estás viendo) y que eleva la propuesta por encima de su humilde -pero eficaz- puesta en escena. Con pocos elementos, Bonet realiza una historia íntima y pequeña que halla su grandeza en los diálogos y la química de sus protagonistas. Y también se las arregla para sorprender, incorporando a los propios Sócrates y Platón con descaro y provocación, indagando en su supuesta relación sexual en, atención, una sauna.
Con esas escenas, protagonizadas por Pedro Romero y Alfredo Alba como los influyentes filósofos griegos, Bonet salpica la historia de Luna y Noah con un poco de picante, sin perder su aire reflexivo. Paréntesis que vienen bien para mirar fuera de la habitación de Luna, donde todo corre el riesgo de volverse estático al tardar demasiado en salir a la calle. Cuando por fin ocurre, eso sí, ya hemos caído rendidos a la pareja protagonista, que continúa con la clase paseando por las calles desiertas de Sevilla y haciendo un parada en su emblemática Plaza de España (escenario de cintas tan míticas como 'Lawrence de Arabia' o 'Star Wars'). Es entonces cuando la ciudad andaluza se convierte en un personaje más, acompañante y cómplice de dos chavales en su búsqueda fuera de la caverna, mientras los demás duermen.
'Amor platónico' es una historia coming-of-age clásica que equilibra la sensibilidad de la generación Z con un sentir más universal en el que el público de cualquier edad puede verse reflejado (al fin y al cabo, todos seguimos intentando descubrir quiénes somos). En definitiva, una película entrañable, entretenida, con sentido del humor y personajes bien construidos, con los que atender en clase no cuesta nada.
'Amor platónico' se estrena el jueves 13 de junio en el Pequeño Cine Estudio de Madrid, donde estará programada una semana. A lo largo de junio y julio se podrá ver en cines de Valencia (22 de junio), Melilla, Barcelona, Sevilla y Córdoba, entre otros destinos que vayan sumándose. Y también viajará a la India, donde ha sido seleccionada para el Rani Durgavati International Film Festival.
