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CRÍTICA

'Los amores de Anaïs': Retrato de una treintañera

Crítica de 'Los amores de Anaïs', ópera prima de Charline Bourgeois-Tacquet. Protagonizada por Anaïs Demoustier, Denis Podalydès, Valeria Bruni Tedeschi, Anne Canovas y Bruno Todeschini.

Por Miguel Ángel Pizarro Más 4 de Marzo 2022 | 09:00
Colaborador de eCartelera. Apasionado del cine y la cultura en general. Cine europeo y de animación, mi especialidad.

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Tras su paso por la Semana de la Crítica del 74 Festival de Cannes, donde aportó un toque de frescura, llega ahora a los cines 'Los amores de Anaïs', ópera prima de la actriz Charline Bourgeois-Tacquet. Un largometraje, en palabras propias de la realizadora, que juega con la autoficción, así como también con diferentes géneros tan diferentes como el romance y la comedia con un trasfondo dramático que la autora logra rehuir con elegancia y saber hacer, convirtiendo su debut en un buen ejemplo de ese cine francés intelectual que sabe encontrar la complicidad con el público.

Los amores de Anaïs

El filme comienza como si fuera un torbellino, mostrando así la actitud arrolladora de su protagonista, una mujer de 30 años alocada, pizpireta y en constante movimiento, encarnada por Anaïs Demoustier, la cual presta su propio nombre de pila para una protagonista muy diferente a los últimos roles que ha tenido en la gran pantalla; como en 'Gloria Mundi' o 'Los consejos de Alice', donde tuvo un perfil más solemne. La intérprete se mueve como pez en el agua para meterse en la piel de una mujer que hace un completo ejercicio de joie de vivre.

En ese sentido, es interesante cómo Bourgeois-Tacquet sabe utilizar la hiperactividad de su protagonista para disfrazar a una joven que sabe zafarse de situaciones que la ponen en riesgo de exclusión, al ser un completo desastre. Su carácter, que encandila e irrita al mismo tiempo, refleja el espíritu del 'culo inquieto', al ser una joven que debe dos meses de alquiler, que es capaz de abandonar su trabajo para embarcarse en un viaje a un conferencia porque está obsesionada con una de las ponentes, que sabe que tiene problemas sentimentales y familiares y que opta por no reflexionarlos mucho para evitar caer en el dramatismo.

Los amores de Anaïs

Una protagonista fascinante, un debut fabuloso

Lo interesante es cómo esa habilidad para huir del drama convierte al filme en una comedia alocada con un poso mucho más fuerte de lo que refleja su aparente ligereza. Bourgeos-Tacquet sabe dar el suficiente giro, siempre desde una grácil sutilidad, como para aprovechar los clichés de la comedia intelectual, en ciertos momentos recuerda al cine de Emmanuel Mouret y Greta Gerwig, y llevarlos a un plano más cercano a Éric Rohmer y John Cassavetes (con clara referencia en el filme a 'Noche de estreno' con un primer plano de Gena Rowlands).

Los amores de Anaïs

Y eso gracias a la irrupción de Valeria Bruni Tedeschi, la cual funciona como maduro contrapunto al torbellino que es Anaïs, al interpretar a Émilie, una afamada escritora y esposa de Daniel, encarnado por Denis Podalydès -miembro de la Comédie Française-, un editor mucho mayor que Anaïs con el que la treintañera tuvo un idilio. La obsesión de Anaïs con Émilie va transformándose en algo más concreto y es ahí, en ese juego de espejos, donde el filme se eleva y donde puede verse una mirada más reposada de esa joven pizpireta. Eso sí, sin perder la frescura que le ha caracterizado en todo momento.

'Los amores de Anaïs' es un debut fabuloso. Charline Bourgeois-Tacquet crea un largometraje que podría ser la respuesta francesa y ligera a esa reflexión que el noruego Joachim Trier hizo sobre las mujeres treintañeras en esa magistral obra titulada 'La peor persona del mundo'. Una comedia que, además, refleja las virtudes y los defectos de esa nueva generación de mujeres jóvenes que toman el timón de sus vidas. Un filme que deja con ganas de ver más la mirada cinematográfica de una cineasta que aspira a ofreciendo una perspectiva refrescante.

Nota: 8

Lo mejor: La química entre Anaïs Demoustier y Valeria Bruni Tedeschi. La manera en la que se ve la personalidad poliédrica de la protagonista.

Lo peor: La personalidad de Anaïs resulta demasiado arrolladora en ciertos momentos.