Han pasado ya casi cuatro años desde que Amy Winehouse dejase este mundo trágicamente, convirtiéndose instántaneamente en un mito de la música. El mundo de la canción se vio conmocionado tras su fallecimiento, además de convertirse en un nuevo miembro del club de los 27. Sus canciones se colocaron en varias listas como la Billboard, las televisiones se llenaron con sus imágenes y los medios de comunicación hablaron durante meses tanto de su vida profesional, como su atribulada vida personal. Han sido varios los proyectos tanto musicales como audiovisuales que salieron tras su muerte, como el albúm 'Lioness: Hidden Treasures' o el documental 'Amy Winehouse: Mi hija', realizado por su propio padre.
Asif Kapadia, reconocido director por el documental 'Senna', ha querido traer una visión más personal de la artista con 'Amy (La chica detrás del nombre)'. Una explicación de su vida desde sus inicios, cuando apenas era una chica aficionada a la música, hasta convertirse en la ganadora del premio a la Mejor Artista Pop Femenina y Mejor Artista Revelación en los Grammy. Vídeos inéditos cedidos por personas de su entorno, consiguen dibujar un perfil psicológico y contextualizar la vida de la artista.
Como es sabido, el problema de realizar un documental sobre un artista con una gran legión de fans, sobre todo si está muerto, es toparse con varios detractores si lo que se ve en pantalla no gusta. Una crítica hacia la artista puede ser muy complicada dada la situación pero Kapadia ha sabido dibujar un film sin endiosar a la desaparecida cantante, pero tampoco haciendo de menos su labor como profesional de la música. El director realiza una intercalación de los momentos clave de Winehouse, con sus canciones más personales. Se puede ver que la artista vivió de manera bastante disfuncional a lo largo de la vida y que la pasión con la que escribía sus canciones eran fruto de estas decepciones, aunque tal y como se presenta en el largometraje, siempre había una chispa de positivismo.
La manera en la que se produce la narración es totalmente lineal, pero consigue captar la atención del público en todo momento. No se presenta a una chica problemática y atacada por su entorno, sino que se ve por primera vez una imagen más humana de Amy: con sus defectos (varios de ellos ya conocidos durante años) y sus virtudes, miedos y fuerzas, amor y odio, en conclusión, todo lo que forma a las personas. El punto más positivo del documental es que consigue un ritmo constante pero no aburre, sino que tras terminar de verlo no te has dado cuenta de las más de dos horas que dura.
Sobre el contenido que se puede ver en el documental, ha sabido equilibrar el material más polémico, como son sus adicciones o problemas con la justicia, los últimos conciertos de la cantante, con material más íntimo y personal como vídeos con amigos, grabaciones, sus impresiones e inclusive su relación con otras personas como su padre, sus amigos o sus agentes. La opinión de personas importantes para Winehouse son clave en el documental, aportando un relato en primera persona de los implicados, inclusive la propia cantante consigue expresarse, a través de sus declaraciones en distintas entrevistas y otras imágenes. Kapadia ha sabido capturar y personalizar su producto.
Ataque a la nostalgia
El regalo que ha dado el director y todo el equipo técnico y artístico del largometraje es explicar las letras de las canciones de los distintos discos de Amy, 'Frank' y 'Back to Black', algunas más desconocidas como 'I Heard Love is Blind' hasta la popularizada 'Rehab', todas ellas tienen una vivencia y una explicación. El nombre del documental viene perfecto para la comprensión de todo lo que giraba en torno a la artista y la conclusión a la que se puede llegar tras su visionado: 'Amy (La chica detrás del nombre)'. Es conocer lo que hay detrás del mito, detrás de la polémica, detrás de su música, detrás de sus relaciones amorosas, en conlcusión, detrás de Amy. No es un documental solamente para fans, sino para entender el precio de la fama.
