En 2011, este Potterhead se metió en una sala de cine para ver la que iba a ser la última película del universo 'Harry Potter', supuestamente, y una parte de mí sintió que se cerraba una etapa muy importante de su infancia y adolescencia. Cuando se anunció que habría una nueva película, una nueva era en este universo, sentí una alegría desbordante, y un miedo aterrador. ¿Iban a hacer con 'Harry Potter' lo mismo que había pasado con 'Star Wars'? ¿Todo para hacer caja? ¿Se iban a cargar la saga más importante de mi generación? Pero J.K. Rowling estaba detrás, nada menos que escribiendo el guión, y si J.K. Rowling ha demostrado algo a lo largo de estos años es que siente un respeto total por el universo que ha creado, y que tenía ideas para cinco o seis sagas más. Mi voto de confianza lo tenía. Pero los nervios por 'Animales fantásticos y dónde encontrarlos' seguían ahí.
La película se centra en Newt Scamander, un magizoólogo que escribió uno de los libros más consultados por el mundo mágico, fruto de su investigación de las criaturas más curiosas de este planeta. En la película, situada en el Nueva York de 1926, Newt llega con una maleta llena de estas bestias, y no sabemos muy bien para qué. Pero se puede meter en un buen lío, porque la sociedad mágica americana es bien distinta de la europea. En Estados Unidos los magos viven totalmente ocultos, y la posesión de criaturas mágicas está terminantemente prohibida. Además, están todos en alerta porque una serie de sucesos extraños está poniendo en peligro el Estatuto del Secreto. Cuando algunas de las criaturas de Newt se escapan, él se convierte en el hombre más buscado de la ciudad.
Resulta que en vez de una, tenemos dos películas por el precio de una en esta 'Animales fantásticos y dónde encontrarlos'. Una es la que se centra en Newt y las criaturas, la otra en la amenaza de Grindelwald y en la forma de ser de la sociedad mágica americana. Empecemos por la primera. Esta tiene un punto bastante más infantil, más blanco. Digamos que es la excusa para presentarnos al personaje de Eddie Redmayne y cómo se relaciona con estos animales, y con los humanos. Newt Scamander es un buen germen de héroe en proceso (todos lo son, de hecho son, al igual que Harry en su día, gente normal que se ve involucrada en cosas que les vienen muy grandes). En esta película le vemos tímido, de postura siempre a la defensiva, muy verde. Hasta que se junta con sus criaturas y no tiene miedo a nada, se nota el profundo cariño que siente por ellas (gran trabajo de Redmayne), por lo que su reto es conseguir lo mismo con unas criaturas que le dan mucho más miedo: los humanos. Nos roba el corazón, al igual que lo hacen sus tres compañeros de aventuras.
Empezando por Dan Fogler. Ese Sancho Panza por accidente que es Jacob Kowalski es una gran incorporación al universo, porque es el primer no mago protagonista y representa todo lo que haríamos nosotros, los fans, si estuviéramos en su lugar. Al venir de la guerra, y haber visto seguramente muchos horrores, su inclusión en el mundo mágico es muy orgánica, lo mira todo con curiosidad, no con miedo. Se va a llevar al público en el bolsillo, más todavía gracias a la gran complicidad que tiene con Queenie, el personaje de Alison Sudol. Ella es un soplo de aire fresco, un personaje optimista, que no juzga a nadie a pesar de que podría hacerlo al tener el poder de leer la mente. Otra favorita casi instantánea. La que va a necesitar más rodaje es Katherine Waterston y su Tina Goldstein, que para ser la protagonista femenina cuenta con poco peso en la trama y, por tanto, una personalidad muy poco explorada. Y eso que es de la que más llega a interesar su pasado, pero vamos a tener que ser pacientes.
Volviendo a las criaturas, aunque no son lo más interesante de la película (a pesar del título), muchas de ellas sí que nos conquistarán seguro, gracias al humor que desprenden casi todas sus escenas. El Niffler y su ansia por todo lo brillante, el Bowtruckle y su dependencia de Newt, el ave del trueno que resulta imponente... Es una increíble colección de cromos la que han presentado en esta película, aunque es una pena que algunos estén mejor diseñados que otros. Eso sí, los que están bien, llevan los efectos especiales a otro nivel. Redmayne suple los momentos en los que el ordenador es muy cantoso. Y lo dicho, son un buen punto de partida para conocer a Newt, descubrir lo increíble que es su maleta (que protagoniza una maravilla de escena) y casi lo convierte en un entrenador Pokémon, mostrando cómo las criaturas pueden ser a veces unas aliadas fantásticas. Quizás la búsqueda por Nueva York se hace un poco tediosa en ocasiones, pero las criaturas tienen el carisma suficiente como para volver a levantar el ritmo ipso facto.
El corazón de la película es oscuro
Vamos con la segunda película, el verdadero corazón de 'Animales fantásticos'. Desde la primera escena se marca el tono de esta nueva saga. Con una introducción absolutamente oscura, tenemos claro que tanto J.K. Rowling como David Yates han querido dar una película que apele primero al público fan de toda la vida. Ya no somos niños, y esta historia, aunque siga manteniendo en general el tono familiar, no va a ser para niños. Sobre todo debido a la inclusión de los Segundos Salemers, encabezados por Mary Lou Barebone (Samantha Morton). Esta mujer capitanea un grupo de fanáticos que creen que los magos y brujas viven camuflados entre "la gente normal" y son un peligro. Piden que vuelvan los juicios de Salem en los que se quemaba o ahogaba a las brujas. Lo hacen yendo directamente a la cabeza de los niños, empezando por sus tres hijos adoptivos, y llenándoles de ideas retrógradas y de propaganda. De golpe, J.K. Rowling incluye temas tan serios (e interesantes) como el fanatismo, el miedo a lo diferente, la intolerancia e, incluso, el abuso tanto físico como psicológico. Parece que, tanto por esto como por la elección de Grindelwald como hilo que engloba todo, la autora quiere usar la influencia de sus obras para enviar claros mensajes de tolerancia y amor universal, y realmente me quito el sombrero por la idea. Cuando parece más necesario que nunca que alguien de esperanzas en los tiempos del Brexit y de Trump, aparece esta película, que parece que va a enviar mensajes muy claros que los niños (y espero que los padres) irán interiorizando. Ya solo les falta ser valientes y mostrar un Dumbledore abiertamente gay. Todo el que siga a Rowling sabe que nunca ha tenido problema en meterse en discusiones políticas, y ahora ha encontrado otro canal fantástico para transmitirlas. Ojalá funcione y calen.
De este lado más oscuro de la cinta destaco a Ezra Miller y su magnífico trabajo como Credence Barebone. Este chico está absolutamente humillado por su madre, que no duda en sacar el cinturón si hace falta. Tal es su necesidad de ser comprendido que busca el cariño en Percival Graves, el personaje de Colin Farrell, cabeza de los Aurores del MACUSA (Mágico Congreso de los Estados Unidos de América). Ya no solo es que Miller se salga como este joven vulnerable y roto por dentro, es que su química (sorprendentemente) con Farrell es espectacular, se nota el poder y la influencia que el mago tiene sobre el joven. Algo que ayuda a que el personaje de Farrell gane puntos de interés, aunque su historia se vea venir casi desde el principio. Sobre esa decisión de casting que tantas ampollas ha levantado, he de decir que quizás es pronto para juzgar, porque es una aparición bastante mínima, pero de primeras no me ha convencido, los temores que tenía se han confirmado en esos pocos minutos. Pero de todo esto vamos a tener tiempo para hablar.
Toda esta segunda parte cuenta con un grandísimo potencial de crecimiento, y se nota que va a ser explorada en futuras películas. Del MACUSA vemos poco, y es una institución bien interesante por la sensación de miedo constante a acabar en guerra con los No-Maj. Tenemos, además, una sociedad mágica que tiene instaurada la pena de muerte, un tema gordo para una película de este tipo y que no se esconde en ningún momento. También se pincelan los tejemanejes que, en el mundo No-Maj, se urden entre magnates de la prensa, banqueros y políticos, pero contados en formato blockbuster (sin entrar en detalles, pero rápidos y eficaces). Todo con la amenaza de un misterioso mago europeo copando titulares en los periódicos mágicos. Y la inclusión de un ente, porque no es siquiera una criatura, que es la consecuencia de contener tanto los poderes que acaban consumiendo a aquellos que lo hacen. Ciertamente, no es una historia como 'La piedra filosofal' en la que lo más terrorífico era un Voldemort escuálido junto a un lago. La saga ha madurado. Aquí hay problemas reales, de esos que ni los héroes pueden solucionar de un plumazo y que las victorias, si las hay, no son completas. Por suerte hay cinco películas para desarrollar esos problemas, y a los personajes. Y después de un final que es realmente conmovedor, las ganas de más son insaciables.
'Animales fantásticos y dónde encontrarlos' es un fantástico punto de partida para una nueva era dentro de la saga. Porque, aunque en esencia sí es 'Harry Potter', solo comparten la base; esto es algo totalmente distinto, totalmente nuevo. Primero, porque no están obligados a que la aventura ocurra solo en los terrenos de Hogwarts. Nueva York luce de una forma absolutamente espectacular, y es que el equipo de diseño de la franquicia sigue haciendo un trabajo sobresaliente con escenarios llenos de detalles que se pueden estudiar hasta el punto más pequeño. Los años 20 viven en esta película, aprovechan todo su potencial visual con un resultado espectacular. James Newton Howard ha compuesto, además, una banda sonora, también, tan familiar como fresca, una auténtica maravilla. Y David Yates hace su trabajo con solvencia. Quizás habría sido mejor que se hubiera encargado alguien nuevo para darle un giro completo, pero no voy a negar que, durando más de dos horas, su ritmo es muy bueno. Y eso que no deja de ser una película que tiene que usar mucho metraje para poner en situación y hacer presentaciones. Segundo, porque los protagonistas no son niños, y las historias pueden ganar profundidad o tocar temas que antes no había manera de colar. Y son protagonistas que se hacen querer y que tienen también mucha capacidad para crecer y convertirse en básicos para este universo. Y tercero, porque esta apertura da infinitas posibilidades a la película, y a lo que está por venir. Porque lo que es 'Animales fantásticos' es un primer capítulo de una historia que vuelve a cautivarnos como lo hizo en su día la de Harry, con mucho que mejorar, pero con muchas posibilidades de evolucionar y de sorprender. Sobre todo a los Potterheads, que podemos respirar tranquilos porque nos han dado la mejor película que podíamos esperar, teniendo en cuenta lo mal que podría haber salido. Está llena de guiños e incógnitas que seguirán despertando nuestra curiosidad. No es solo por dinero. No han derribado todo lo que construyeron en siete libros y ocho películas. J.K. Rowling ha encontrado la fórmula para volver a llevarnos a este universo conocido y que, a la vez, parezca completamente nuevo. Si ha conseguido convencer a alguien que guarda como un tesoro cada año en Hogwarts como yo, mayor garantía no se puede dar. Y sí, se puede ver sin haber visto las anteriores y entender la gran mayor parte de la película, aunque es casi un regalo para los fans, una prueba de todo el mundo mágico que hay fuera del castillo de Hogwarts. Es un universo que no deja de crecer. Y mientras tenga a alguien con la imaginación de Rowling detrás, crecerá con esa pasión que nos conquistó ya una vez. No necesita a Harry Potter para hacer magia.
Nota: 8
Lo mejor: Lo familiar que resulta, y lo completamente diferente que es a la vez. El potencial de franquicia que tiene.
Lo peor: Ciertas tramas secundarias están metidas con calzador. Algunos efectos especiales podrían estar un poco más trabajados.