Tras el fiasco que fue 'Valerian y la ciudad de los mil planetas', la película europea más cara de la historia, Luc Besson regresa a sus orígenes con la potente 'Anna', un thriller criminal protagonizado por la modelo Sasha Luss, con un papel que recuerda mucho al de una de las cintas más aplaudidas del cineasta francés, 'Nikita, dura de matar', acompañada por estrellas consolidadas de la industria como Helen Mirren, Luke Evans, Cillian Murphy o Eric Godon.
La vida nunca fue fácil para Anna Poliatova, huérfana desde muy joven, la chica ha tenido que sobrevivir como podía en un país tan inhóspito como es la antigua Unión Soviética. Tras acabar siendo cómplice, sin querer, de un robo, en el que murió un agente de policía, es reclutada por Alex Chénkov para ser espía de la KGB. Su vida dará un giro radical para convertirse en una auténtica arma humana capaz de asesinar con una pasmosa sangre fría. Olga, su jefa en la organización, le encomienda una misión: infiltrarse como modelo en París, desde donde completará misiones para la KGB.
Besson recupera el espíritu de 'Nikita, dura de matar'
Besson juega con el tiempo para ofrecer una trama mucho menos compleja de lo que aparenta inicialmente. Ese factor temporal, con el que el cineasta divide a la película por episodios narrados no de forma consecutiva, consigue crear una historia retorcida, en la que nada es lo que parece, lo que provoca que expectación en el público, que le hace estar más atento a cualquier detalle, gesto o frase.
Junto con esa narración hay una trama con la que el cineasta vuelve a terreno conocido. Es imposible no acordarse de 'Nikita, dura de matar', aunque esta vez con los artificios que recuerdan a la frialdad de Charlize Theron en 'Atómica', al carácter rebelde y su gusto por la moda de Keira Knightley en 'Domino'.
El resultado es una película muy estética, con escenas violentas perfectamente ejecutadas y coreografiadas, la escena del restaurante en Rusia es digna del cine de David Leitch y que recuerda al mejor Besson, junto con secuencias en las que el cineasta crean el contraste entre crimen y glamour, al tener a su protagonista vistiendo de forma sofisticada, llevando un estilo de vida propio de alguien de la clase alta, con imágenes cerca de Trocadero en París o en la Galería Víctor Manuel II en Milán.
Una fría asesina que convence
Sasha Luss aprueba con su papel de fría asesina y espía. Eso sí, no se sabe si porque la trama lo requería o porque carece de elementos dramáticos para ir más allá de la impertérrita mirada de agente rusa. La modelo está muy bien acompañada, puesto que Helen Mirren tiene el carisma suficiente para crear simpatías con su imagen de burócrata de la KGB. Luke Evans está certero como agente y Cillian Murphy cumple, aunque cuesta creerlo como agente de la CIA.
'Anna' es un cuidado y estético ejercicio de acción, quizás se echa en falta una vena más original, especialmente viniendo de un gigante como es Besson. No obstante, la experiencia es divertida, sexy y muestra a una heroína fuerte y poderosa, que sabe utilizar lo que tiene a su favor. Un carácter que demanda más presencia en un cine dominado por protagonistas masculinos.
Nota: 6
Lo mejor: La combinación de glamour y acción.
Lo peor: No es original, recuerda demasiado a títulos recientes y ya nombrados como 'Atómica'.
