Tras dirigir varios cortometrajes y series de televisión, Pedro Collantes debuta con su primer largometraje, 'El arte de volver', primer proyecto español impulsado por la Biennale College Cinema, promoción 2019/2020, y que fue presentado este año en la 77ª edición del Festival de Venecia. Un filme que no solo aprovecha sus recursos para ofrecer una producción digna de la gran pantalla, sino que ofrece una historia intimista cuyas miradas -porque son varias- crean un retrato poliédrico de su protagonista.
Su protagonista es Noemí, una joven actriz que huyó de Madrid para probar suerte en Nueva York y que regresa a la capital española tras haber vivido un periplo con más errores que aciertos. Bajo esa premisa, Collantes, que firma el guion junto con Daniel Remón, crea un personaje tremendamente complejo, lleno de matices, con el que el director trabaja en dos direcciones principales: la imagen que uno tiene con cada persona y cómo dicha persona percibe el carácter de uno mismo.
En esas direcciones, Collantes aprovecha la percepción subjetiva para mostrar las diferentes caras de una personalidad que dice más en lo que oculta que en lo que expresa. Se intuye una mala experiencia en la Gran Manzana, pero también un intento de escapar de una realidad que, en el fondo, queda la duda de hasta qué punto era una oportunidad perdida o una relación tóxica y ambivalente. En medio, una joven contradictoria, como la vida misma, cuyos deseos y expectativas de vida no se han cumplido, pero que tiene aún la oportunidad de reconducir su destino, ahora bien, ¿adónde?
Macarena García ofrece una de las mejores interpretaciones de su carrera
En ese mar de dudas, que recuerda mucho a la huida de Guillermo Pfening en la espléndida 'Nadie nos mira', está una de las mejores interpretaciones de Macarena García. La actriz, quien hasta el momento había destacado especialmente en producciones de época, deslumbra con un personaje con varias capas, de esos cuyas complejidades pueden verse a través no solo de finísimos diálogos, sino también con miradas, con movimientos, con gestos; a través de sus comentarios sarcásticos, de sus lágrimas de profunda tristeza o de una sonrisa que plasma más nostalgia que felicidad.
García deslumbra con cada encuentro, de formas diferentes, sirviendo ella misma de nexo. La trama, que ocurre en 24 horas, logra crear un retrato íntimo y personal en tan corto período de tiempo. Lo hace gracias con cada reunión, con su abuelo, con su hermana, con su amante, con su antigua mejor amiga. En cada momento, puede conocerse más a su personaje, pese a no moverse de su premisa inicial, algo que deja caer la propia protagonista en una de sus conversaciones.
Su austera puesta en escena, en la que predominan los exteriores [cabe recordar que se rodó en los días previos al inicio del Estado de Alarma en España por la pandemia del coronavirus], le dota al filme de un mayor toque personal, como si el público viese episodios de la vida de la joven actriz. Tanto esos detalles, como las certeras conversaciones que hay en cada secuencia y la magistral interpretación de García, ofrecen un debut magnífico, una pequeña joya, de esas que maravilla al descubrirla.
Nota: 8
Lo mejor: Macarena García ofrece una de sus interpretaciones más entregadas. También destaca Luka Peros con uno de sus trabajos más dramáticos.
Lo peor: A alguna secuencia le falta tener una respuesta interpretativa a la altura de García.