11 años han pasado desde que la saga en imagen real de 'Astérix y Obélix' estuviese epor última vez en la gran pantalla con aquel infame título llamado 'Astérix y Obélix: Al servicio de Su Majestad'. Aunque la franquicia ha logrado tener mucho más éxito con sus reboots animados, tanto 'Astérix: La residencia de los dioses' como 'Astérix: El secreto de la poción mágica' fueron magníficas y demostraron que los galos aún tenían mucha guerra que dar en la animación; los productores han optado por apostar por un reinicio en su vertiente live-action con 'Astérix y Obélix: El Reino Medio', con el que la saga busca su sitio en la taquilla actual.
Realmente, la franquicia ha sufrido un completo lavado de cara, con Guillaume Canet, otrora director de thrillers como 'No se lo digas a nadie' o 'Lazos de sangre' y de comedias como la saga 'Pequeñas mentiras', convertido en un auténtico maestro de orquesta. Canet, además de dirigir, coescribe el guion y encarna al mismísimo Astérix, tiene el reto de reinterpretar al galo sin perder ese toque de comedia ácida tan característica de la franquicia en sus películas en imagen real. Además, con el desafío de traer una historia original, al no adaptar ningún cómic de René Goscinny y Albert Uderzo o de Jean-Yves Ferri o Fabrice Caro, los actuales escritores de la serie.
El resultado es que supera, con creces, a las dos últimas entregas de la saga original, tanto 'Al servicio de su Majestad' como la olvidable 'Astérix en los Juegos Olímpicos'. Eso sí, no llega al nivel que tuvo la notable 'Astérix y Obélix: Misión Cleopatra', considerada la mejor cinta en su vertiente live-action. De hecho, a 'El Reino Medio' se le ven las costuras en lo referente a tener como protagonistas a la princesa de la China Imperial y a su leal guardaespaldas, con claras intenciones de ser uno de los títulos extranjeros en ser estrenados en salas comerciales del gigante asiático.
Pero, más allá de esto, lo cierto es que 'Astérix y Obélix: El Reino Medio' es un entretenimiento familiar ideal para tener un momento de desconexión en la gran pantalla, con escenas que logran sacar carcajadas en la sala, lo cual es meritorio. Tiene la virtud de recuperar el espíritu aventurero de las dos primeras entregas de la franquicia, poniendo el foco en sus dos protagonistas. Canet opta por hacer vivir a Astérix una crisis existencialista, en clara sintonía con los problemas de la sociedad occidental actual, con un galo que busca comer de manera más sana y ecológica.
Aunque quien luce mucho mejor en este reboot es Obélix. El amigote gigante de Astérix no lo tenía nada fácil, pues Gérard Depardieu había hecho suyo al personaje. Gilles Lellouche no ha renunciado a su cuerpo atlético (el actor cuida mucho su físico, al tener varios proyectos de cintas de acción, que compagina con comedias y dramas), aunque eso no le impide sabe traer el espíritu carismático y entrañable del gordinflón galo. Es más, diríase que su evolución en la cinta es mucho más coherente y madura frente a la crisis existencialista de Astérix. De hecho, a Obélix le ponen un amor sí correspondido.
Un reboot que sienta las bases para una nueva saga
Ahí es donde entran en escena las protagonistas femeninas. Da gusto que la saga continúe el espíritu de sus contrapartes animadas y le dé mayor fuerza a sus personajes femeninos. La princesa Fo Yong, interpretada por Julie Chen, bien podría ser pupila de la valentía de Mulan; con su fiel guardaespaldas Wang Tah, encarnada por Leanna Chea, personaje mucho más interesante, al ser el interés amoroso de Obélix, gracias a su habilidad con las artes marciales.
Eso sí, quien logra robarse el show es el Julio César de Vincent Cassel. El actor muestra su lado más irreverente con un personaje que sabe cumplir con su papel de villano carismático. Cassel, además, cuenta con secundarios que son cómicos de primer nivel, como José García, Bun Hay Mean o Manu Payet. Los tres le dan ese toque de pimienta necesario a la cinta para crear momentos sardónicos.
Aunque el film se ha convertido en una de las producciones francesas más caras de la historia (ha costado 65 millones de euros), eso no quita en que tiene ciertos momentos en los que parece que, precisamente, los efectos visuales o el diseño de producción no dejan de tener la sensación de estar ante un producto low-cost (y eso que no lo es), algo que desluce el resultado final. Eso sin contar que tiene ciertos momentos humorísticos algo trasnochados.
A pesar de ello, 'Astérix y Obélix: El Reino Medio' resulta entretenida e ideal para vivir un momento de desconexión en la gran pantalla. Eso sí, se queda muy lejos de la mirada ácida y satírica de sus contrapartes animadas, que gozaban de mayor complejidad. Eso no quita que no pueda disfrutar de esos momentos en los que los galos hacen morder el polvo a los romanos. Un regreso con visos de convertirse en una nueva saga.
Nota: 6
Lo mejor: Ver a Obélix brillar con un nuevo actor y una trama mayor respecto a la saga original.
Lo peor: Tiene varios chistes trasnochados y su vestuario, diseño de producción y efectos visuales ofrecen, en algunos momentos, la sensación de ser una producción low-cost (sus 65 millones de euros en presupuesto afirman lo opuesto, así que llama la atención). Lo desaprovechada que está la Cleopatra de Marion Cotillard.