A Arnaud Desplechin le fascinan los conflictos familiares, bien ha podido verse en 'Reyes y reina', 'Un cuento de Navidad' o 'Tres recuerdos de mi juventud'. También le gustan los enfrentamientos entre sexos o los triángulos amorosos, como sucedió con 'Los fantasmas de Ismaël', en 'Roubaix, une lumière' o en 'Fantasías de un escritor'. Ambos elementos están presentes en 'Asuntos familiares', largometraje que llega a salas comerciales españolas tras su paso por la Selección Oficial del 75 Festival de Cannes.
'Asuntos familiares' resulta es una especie de conglomerado de las mejores ideas de la filmografía de Desplechin. Están los enfrentamientos familiares, al ser los protagonistas dos hermanos (encarnados por Melvil Poupaud y Marion Cotillard) que se odian desde hace varias décadas; también una especie de pseudo tensión sexual, ese vínculo de hermanos tiene cierta ambigüedad; y, por supuesto, los tormentos propios de los artistas, con dos protagonistas que son un escritor que es preso de los fantasmas del pasado y una actriz con un enfermizo sentimiento de protagonismo.
Al final, es el odio el principal motor de ambos. Un sentimiento tan visceral y pasional como el propio amor, del que solo le separa una fina línea. Desplechin juega con ese sentimiento tan poderoso y, a la vez, tan adictivo, como el opio que fuma el escritor atormentado en la cinta. Un juego peligroso en el que el cineasta maneja sus cartas de forma que no explica nunca el origen de tal animadversión, que llega a sentirse en una guerra fratricida entre dos hermanos que muestran un egoísmo inherente, al carecer de escrúpulos a pesar de que sus padres están a punto de morir tras vivir un accidente de tráfico.
Un nuevo éxito cinematográfico del genio Desplechin
Lo fascinante es cómo ese odio les retroalimenta de tal forma que se ha convertido en una musa peligrosa, una especie de Jezabel que ha incentivado el arte creativo del escritor; mientras que ha alimentado el ego de la actriz, de tal forma que ambos, a pesar de detestarse, se necesitan mutuamente para permanecer en el candelero. Por otro lado, Desplechin intercala ese odio con diálogos elocuentes, en los que hace un alarde de intelectualidad y pedantería, que se torna en una cínica crítica a lo que retrata.
Y se torna en crítica, porque el enfrentamiento nunca es explicado, dejando al público a la libre interpretación para ello (hasta el punto de tener ciertos escenas lo suficientemente ambiguas para pensar una relación que rompa la moral de lo que deben tener dos hermanos). A ello se suma que sus protagonistas son tremendamente insoportables, mostrando el talento tanto de Melvil Poupaud como de Marion Cotillard, ambos con experiencia en papeles extremos.
Por supuesto, ese en ese punto donde destaca la propuesta de Desplechin, funciona como drama intelectual, como drama familiar y como crítica a la banalidad del artista. Con dos interpretaciones entregadas, se trata de un nuevo ejercicio de mantenimiento del cineasta, en la línea de sus últimos trabajos, en los que parecía hacer una especie de autorreflexión sobre su propia mirada artística desde una perspectiva crítica. 'Asuntos familiares' es una propuesta que fascinará a aquellos amantes de su filmografía, así como a aquellos que tengan cierta predilección por los arquetipos del cine de arte y ensayo francés.
Nota: 8
Lo mejor: Su visceralidad se siente en cada escena.
Lo peor: Termina siendo demasiado ruidosa. Tampoco ayuda que Marion Cotillard interprete a la hermana mayor y que Melvil Poupaud encarne a uno de sus hermanos pequeños. El actor es casi cinco años mayor que ella y se nota.