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CRÍTICA

'Aurora (Jamais contente)': Rebeldía adolescente

Émilie Deleuze dirige y coescribe 'Aurora (Jamais contente)', protagonizada por Léna Magnien. Basada en la trilogía de novelas 'Los diarios de Aurora', escrita por Marie Desplechin, que firma también el guion.

Por Miguel Ángel Pizarro Más 30 de Junio 2017 | 09:57
Colaborador de eCartelera. Apasionado del cine y la cultura en general. Cine europeo y de animación, mi especialidad.

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El artista británico Quentin Crisp dijo: "Los jóvenes siempre han tenido el mismo problema; cómo ser rebel y conformarse al mismo tiempo". El cine ha mostrado los distintos caminos que tiene la adolescencia, la mayor parte de ellos tortuosos, al ser la etapa de mayores cambios en una persona, ha dado mucho juego a la hora de plasmarla. Lo nuevo es 'Aurora (Jamais contente)', dirigida por Émilie Deleuze y basada en la trilogía literaria 'Los diarios de Aurora' de Marie Desplechin.

Aurora

Aurora acaba de repetir curso, no le gusta estudiar y saca notas bastante regulares, pero sabe perfectamente que no es tonta. Lo único que le sucede es que tiene una forma muy particular de ver el mundo. Sus padres apenas le hacen caso, su hermana mayor se va a casar con su novio ruso siendo aún muy joven, su hermana pequeña es una sabelotodo de cuidado y sus profesores le tienen algo de ojeriza. Todo cambia cuando llega el profesor sustituto de su tutora, un hombre alegre y extrovertido que le hará apreciar la lengua y la literatura.

Los problemas de la adolescencia

Aunque sea la primera incursión adolescente en el cine de Émilie Deleuze, hija del célebre filósofo Gilles Deleuze, la cineasta se mueve como pez en el agua en la compleja psique de su protagonista. Deleuze, que firma el guion junto con la propia Marie Desplechin, hermana del aplaudido realizador Arnaud Desplechin, se aleja de cualquier tópico visto en el cine adolescente con una protagonista cuyo tormento es sólo la edad del pavo. La cinta huye de mostrar a una adolescente torturada, con un pasado oscuro o víctima de un terrible suceso. Al igual, tampoco muestra una película edulcorada propia de las estrellas de Disney Channel.

Aurora

Esto convierte a Aurora es una rara avis al ser una protagonista cuya familia no se sale de lo convencional y un enfoque particular alejado de cualquier artificio. Es más, el personaje de la joven Aurora no crea una empatía directa precisamente al mostrar a una niña gruñona y enfadada con todo el mundo pero, ¿acaso eso no forma parte del proceso de madurez de la adolescencia? Descubriendo y redescubriendo, el personaje está estupendamente interpretado por Léna Magnien, que derrocha una naturalidad excepcional. Sin duda, una joven actriz a la que seguir muy de cerca.

La mirada subjetiva de Aurora

Cierto es que la película tiene un enfoque muy subjetivo, las experiencias y lo que sucede en la cinta está visto desde la única perspectiva de Aurora, lo que hace que, en algunos momentos, el filme sea algo irritable, propio del carácter de su protagonista. Mención especial para Alex Lutz en el papel del profesor de literatura, figura secundaria que sirve de impulso en despertar la curiosidad de la joven Aurora por los estudios.

Aurora

'Aurora (Jamais contente)' sigue la estela del cine social adolescente de André Téchiné o Céline Sciamma aunque con un enfoque menos inhóspito y más cercano al que ofrece la propia realidad. Quizás eso sea, en parte, la adolescencia, un tortuoso camino lleno de hormonas en el que uno encuentra su propia identidad y su lugar en el mundo.

Nota: 7

Lo mejor: Su actriz protagonista, Léna Magnien, un auténtico descubrimiento.

Lo peor: Gustará al público adulto, pero no al adolescente, que es al que debe atraer.