La carrera de Sam Taylor-Johnson ha sido sumamente irregular. Tras un prometedor debut con la magnífica 'Nowhere Boy', la cineasta británica pinchó con la adaptación a la gran pantalla de 'Cincuenta sombras de Grey'. Este traspié le hizo enfocarse de nuevo en el cine independiente con 'En mil pedazos', cinta que no logró los halagos que sí obtuvo su ópera prima. Enfocada en el universo de las series, al haber dirigido episodios de títulos como 'Gypsy', 'Solos' o 'Hunters', vuelve al cine con 'Back to Black', seis años después de su último trabajo para el celuloide.
Tarde o temprano, la vida de Amy Winehouse iba a convertirse en carne de biopic. Una de las últimas leyendas de la música fallecida prematuramente y a esa edad maldita que la une a figuras como Jimi Hendrix, Jim Morrison o Janis Joplin, los 27 años. Su expresiva voz de contralto y su afinidad por el soul, el rhythm & blues, el reggae y el jazz le llevaron a convertirse en un icono. Su segundo álbum, 'Back to Black', la coronó como una de las más grandes, con cinco Premios Grammy.
Cuatro después de su muerte, Asif Kapadia realizó el aplaudido largometraje documental 'Amy (La chica detrás del nombre)', ganador del Oscar y del BAFTA. En cierta forma, el cuidado y crítico trabajo de Kapadia ha terminado marcando el resto de intentos de crear una versión 'oficial' de la vida de Winehouse. Sumamente crítico con la familia de la malograda artista, así como también con su discográfica, el realizador de 'Senna' fue visto como un traidor.
El caso es que su largometraje provocó que el documental de la BBC 'Reclaiming Amy', que sí contó con el apoyo de la familia, tuviera la larga sombra del trabajo de Kapadia. Cual maldición, podría decirse que le sucede lo mismo al biopic oficial de ficción . Con guion de Matt Greenhalgh, con quien Taylor-Johnson trabajó en 'Nowhere Boy' y quien estuvo detrás de la notable 'Las estrellas de cine no mueren en Liverpool', 'Back to Black' no solo no cuenta nada que no se haya dicho sobre la cantante, sino que lo hace de una manera un tanto edulcorada y adulterada.
Un biopic demasiado convencional y superficial
Antes de todo, toca aplaudir el ejercicio de mímesis que realiza Marisa Abela. Vista previamente en la taquillera 'Barbie', es con 'Back to Black' donde se corona. Su manera de actuar reproduce esa mezcla de rebeldía y búsqueda de amor que sentía la malograda cantante. Ahora bien, su increíble esfuerzo por entrar de lleno en la mente de Winehouse contrasta duramente con lo que muestra este biopic excesivamente oficial.
Tremendamente simple en los motivos que llevaron de nuevo a Winehouse a ese descenso a los infiernos que culminaron con su trágico fallecimiento el 23 de julio de 2011. En cierta forma, recuerda a lo que pasó con el biopic de Whitney Houston. No obstante, la cinta de Kasi Lemmons sí que tenía cierta mirada crítica tanto con la actitud de la familia de la mítica cantante como también con su dependencia emocional de Bobby Brown.
La cinta simplifica esa búsqueda del amor en Winehouse, reduciéndolo a su matrimonio con Blake Fielder-Civil, quizás su relación más polémica y publicitada. Por otro lado, hace casi omisión de la presencia familiar, la cual queda completamente blanqueada. De ahí, que la sombra del documental de Kapadia se cierne también sobre esta producción. Da la impresión de que es muy difícil realizar un retrato tanto de las virtudes de la cantante de 'Rehab' como de sus claroscuros.
Los biopics musicales están de moda, pero ahora se les exige un plus. 'Back to Black' se queda más cerca de lo convencional, en la línea de 'I Am Woman' o 'I Feel Good: La historia de James Brown' que de títulos más aplaudidos como 'Rocketman', 'Elvis' o 'La vida en rosa', o de películas taquilleras como 'Bohemian Rhapsody' o 'Bob Marley: One Love'. Una cinta que se queda muy por la superficie de todo el potencial que tenía la vida de Amy Winehouse, a pesar de tener a una actriz que se deja la piel en su papel.