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CRÍTICA

'Bandido': El último bolo

Crítica de 'Bandido', dirigida por Luciano Juncos y escrita por Juncos y Renzo Orestes Felippa. Protagonizada por Osvaldo Laport, Juanma Lara y Vicky Ríos.

Por Miguel Ángel Pizarro Más 18 de Febrero 2022 | 11:32
Colaborador de eCartelera. Apasionado del cine y la cultura en general. Cine europeo y de animación, mi especialidad.

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Ocho años después de dirigir su ópera prima, 'La laguna', Luciano Juncos regresa al largometraje con 'Bandido', una historia con la que el realizador argentino busca ofrecer una propuesta que saca el lado amable de la crisis existencial de una antigua estrella de rock y que termina convirtiéndose en un sentido drama social con el que se hace una dura crítica social sobre la desigualdad. Un filme mucho más profundo y que tiene en su protagonista, Osvaldo Laport, su principal fuerte.

Bandido

La manera en la que comienza 'Bandido' recuerda al de los biopics de artistas musicales, con un artista veterano preparándose para salir al escenario y cómo la cámara refleja los nervios que hay entre bambalinas y de cómo dicho artista tiene una mirada entre de desconcierto y cansancio. Sin embargo, aunque sí que es verdad que el filme de Juncos narra la crisis existencial de una estrella, lo que sorprende es cómo lo convierte en un drama social.

Porque dicho músico, en lugar de ensimismarse en una cuestión de egos que convierta a la cinta en una historia sobre la decadencia de un grande, rodeado de vicios, peleas internas y fantasmas del pasado; propone una crisis diferente, más relacionada con un tema generacional de un artista que busca reencontrarse con su vocación tras estar muchos años en primera línea. De ahí, que Juncos aprovecha para que ese reencuentro consigo mismo se aproveche para narrar un relato sobre volver a las raíces y conectar con una realidad que deja en evidencia la desigualdad que existe en la sociedad argentina.

Bandido

La crisis existencial de un artista convertida en un drama social

Y lo hace tras un terrible incidente, un robo a mano armada, con el que Juncos ahonda en el motivo y el trasfondo. Así el filme, que apuntaba a seguir la senda de películas protagonizadas por Al Pacino como 'La sombra del actor' o 'Nunca es tarde', termina acercándose al cine de Santiago Mitre o Pablo Trapero, al narrar lo que sucede en los suburbios y de cómo una juventud que no ve futuro abraza el peligro camino de la delincuencia, así como una clara desconexión de las instituciones públicas y políticas, al querer instalar una antena en contra de las recomendaciones medioambientales y en perjuicio de los vecinos de la zona.

Bandido

Ahora bien, esa transformación es posible gracias al buen hacer de Osvaldo Laport. El veterano actor sabe transmitir esa sensación de hastío más propia de hacer bolos a deshora que de haber perdido su pasión por la música. Su vida personal no es tan caótico, al tener una buena relación con su hija. Así pues, el intérprete ofrece un papel muy natural y espontáneo que sí se aleja de las convenciones propias sobre los estereotipos relacionados con las antiguas estrellas de rock.

Quizás 'Bandido' no sea un largometraje que ambicione ser una obra maestra pero, como le sucedió a la estupenda 'Las siamesas', es una propuesta que en su cotidianidad es capaz de hacer una rápida radiografía social que se sostiene gracias a un carismático protagonista, que eleva esta propuesta que va a caballo entre el cine feel-good y el drama de denuncia.

Nota: 7

Lo mejor: Lo maravilloso que está Osvaldo Laport.

Lo peor: Realmente tenía una premisa que pedía bastante más de lo que termina ofreciendo.

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Bandido 3,6 Bandido
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