¿Qué sería Bruce Wayne sin el asesinato de sus padres? ¿Qué sería de Batman sin el Joker? Dos preguntas que 'Batman: La LEGO película' se atreve a contestar con éxito. Pese a no conseguir el efecto de 'La LEGO película', la cinta de Phil Lord y Chris Miller que tanto entusiasmó en 2014, Chris McKay ofrece la versión más cómica de uno de los personajes más melodramáticos del universo superheroico enmarcada en una película entretenida y fresca (en lo que a Batman se refiere) a partes iguales; y que consigue enmendar el error que Warner cometió en el género con películas como 'Batman v Superman: El amanecer de la Justicia' y 'Escuadrón Suicida'.
Chris McKay reinventa al traumatizado protagonista en la versión más macarra del caballero de Gotham. Una cinta en la que el humor y la ironía no eclipsan al drama, sino que lo complementan, otorgando a la trama una refrescante personalidad; y demostrando que si existiera una lista con los ingredientes necesarios para hacer películas de superhéroes, 'Batman: La LEGO película' reuniría todos los requisitos
En un tiempo en el que héroe y villano son medias naranjas incapaces de vivir la una sin la otra, el Joker da un ultimátum al hombre murciélago. No hay un Tom sin Jerry, ni un Jekyll sin Hyde, y eso es algo que el villano tiene claro pero su odiado contrincante, quien considera a Superman su auténtico némesis, no. Además, si las personas de a pie nos centramos en tener salud, trabajo, familia, y amor, el Bruce Wayne de Chris McKay suspende consiguiendo una puntuación de 1 sobre 4; porque tras la partida del Joker, Batman, se siente más solo que Matt Damon en 'Marte (The Martian)' de Ridley Scott . Así, el director de 'Batman: La LEGO Película' se atreve a ahondar en el interior del caballero oscuro para descubrirnos un sarcástico retrato del que posiblemente sea el personaje más solitario de DC.
Al igual que en 'La LEGO Película', la cinta funciona como una excusa bien elaborada para reunir a los villanos más míticos de DC y Warner (tiburones y hombres sin nariz al acecho) cuyas apariciones implicarán alguna que otra sorpresa. En 'Batman: La LEGO Película', el Batman de McKay (Claudio Serrano), es arrogante, egocéntrico, y narcisista (incluso compone una canción al más puro estilo heavy metal para exaltar lo maravilloso que es), hasta el punto de que se olvida de que el Joker forma parte de su vida, lo cual rompe el corazón del payaso y da origen a la trama. El director consigue elevar los niveles de humor de Batman de forma considerable, con un Wayne que adopta la cara "infantil, multimillonaria, playboy, filántropa, malcriada" durante prácticamente toda la cinta, mostrando más facetas de Deadpool que del salvador de Gotham que se ha mostrado en cines durante los últimos diez años. La película exalta como Bruce Wayne está ensimismado y es incapaz de salir de su burbuja, de la isla Wayne para ser más exactos; no es nadie sin Batman y Batman no es nadie sin los villanos de Gotham (de hecho, apenas se quita la máscara; como una tortuga escondiéndose en su caparazón). Nada parece motivar a Bruce Wayne, ni siquiera su fiel compañero, mayordomo (y padre al fin y al cabo) Alfred (José Coronado), quien obliga a Bruce a cuidar de su nuevo hijo adoptivo, Dick Grayson, quien en la película es la viva imagen de la esperanza, el "nunca rendirse", y la nueva oportunidad de Wayne para recuperar todo aquello que perdió aquella noche en la puerta trasera del teatro: una familia. Por otro lado, la heroína femenina de la película, Bárbara Gordon, una lumbreras de la policía que acaba de tomar el relevo de su padre, el comisario Gordon, no podría ser un ejemplo más claro de cómo los opuestos se atraen. Batman quiere trabajar sólo, ella considera que Batman es poco efectivo, y que para que Gotham salga de ese agujero negro de delincuencia y corrupción necesitan trabajar en equipo. Gordon es una mujer decidida, a la que ni mucho menos viene grande el puesto de comisaria, y quien defiende en todo momento que sólo se puede solucionar el problema si ambos colaboran. Así, el cuarteto se convierte en la pieza central de la película, cuyo mensaje es sin lugar a dudas que los amigos son familia, y que Bruce Wayne no está solo.
Durante la primera media hora de cinta, es imposible no comparar 'Batman: La LEGO Película' con la reciente 'Deadpool' (Batman incluso habla de "hacer chimichangas"). McKay hace uso de la meta narración, que 'Deadpool' consagró en el mundo de los superhéroes, de forma más impecable que su predecesora, permitiendo a su protagonista romper la cuarta pared desde que aparecen los primeros logos de las distribuidoras, y que se mantiene constante hasta el final (risas en la sala desde el minuto 1 aseguradas); y es que 'Batman: La LEGO Película' ha cogido lo mejor de 'Guardianes de la Galaxia' y 'Deadpool' y lo ha aplicado en una cinta elegante, grandiosa visualmente (debe ser la Batcueva más alucinante del cine) con una vibrante paleta de colores que claramente aísla al personaje de la realidad de Gotham, con unos diálogos diestramente diseñados, en los que no faltan las referencias a la cultura pop, y unos personajes bien perfilados y animados (el equipo de animación de McKay ha hecho un trabajo exquisito); por lo que sí, después del fiasco con 'Batman v Superman', no es muy difícil que una película como 'Batman: La LEGO Película' se declare vencedora.
¿Demasiado azúcar?
Sin embargo, y a pesar de que el guión acumula todos y cada uno de los chistes y "memes" que se han hecho sobre el caballero oscuro (los cómicos guiños a las películas de Batman desde la primera a la última son absolutamente geniales), no tiene el corazón de 'La LEGO Película'. La cinta de McKay deja un sabor mucho más light que la de 2014 volcándose al 100% en su faceta cómica y dejando un poco al margen su mensaje y temática. En ocasiones, la cinta parece no saber diferenciar entre esa "falsa felicidad", que tan bien funcionaba en la primera, y cursilería; y eso es algo que no favorece a la película, haciendo que las piezas no encajen tan bien como en 'La LEGO Película', ya que incluso parece que, en ciertos momentos, han sido pegadas con super-glue.
Lo que sí nos regala 'Batman: La LEGO Película' es una vivaz representación del héroe de Gotham; un homenaje al caballero oscuro que no sólo es perceptible en su imagen sino también en su música: la banda sonora de Lorne Balfe parece haber tomado prestado extractos de las melodías que han acompañado a las películas de Batman durante todos estos años (entre ellas 'El Caballero Oscuro' de Hans Zimmer y James Newton Howard, 'Batman v Superman: El amanecer de la Justicia' de Zimmer, o la famosa cabecera de la serie de 1966) aplicándole la personalidad propia de una LEGO Película; y un recordatorio: Nadie está sólo si tiene amigos de verdad, ni siquiera el héroe más solitario de DC.
En definitiva, una película que gustará no sólo a los fanáticos del hombre murciélago sino también a los que sólo conocen su historia más superficial.
Nota: 7
Lo mejor: La irónica elegancia con la que McKay retrata la fachada más divertida de Batman.
Lo peor: La inevitable comparación con 'Deadpool' de Tim Miller.