En 2016, DreamWorks estrenó 'El bebé jefazo', producción de 2017 que fue un éxito de taquilla y que tuvo una serie de televisión para Netflix de notable éxito (un total de cuatro temporadas, hasta la fecha). No era extraño que el estudio de animación realizase una secuela, que llega ahora a los cines, 'El bebé jefazo: Negocios de familia', la cual busca replicar el éxito de su predecesora con una fórmula tremendamente similar.
Quizás ahí está el principal problema de 'Negocios de familia'. La película original era una simpática propuesta infantil que reivindicaba el amor fraternal bajo un prisma peculiar, la de un mundo de bebés inteligentes que evocaba al de la comedia familiar 'Unos peques geniales', eso sí, mejorada con una estética animada cuidada y unos personajes mucho más carismáticos. Ahora bien, Tom McGrath y el guionista Michael McCullers deciden replicar la mayor parte de los gags y escenas de humor y acción de la primera entrega.
Es más, el director y el guionista deciden obviar todo el universo creado en la serie de animación, que queda completamente desaprovechado en esta producción que busca recurrir a la imagen infantil de los protagonistas, a pesar de ser ya adultos. Ahí está otro problema, que acrecienta la sensación de que la premisa está forzada, lo que hace que se perciba a esta segunda parte como una secuela que busca que el público solamente pase por caja, como las últimas entregas de la extinta saga 'Ice Age'.
Y, claro, eso no beneficia a una secuela que tenía todo un mundo detrás que podría haberse explotado. Precisamente la serie de animación, 'El bebé jefazo: Vuelta al curro', había logrado mejorar el recuerdo de la cinta de animación de 2017, cuya polémica nominación al Oscar aún duele entre los cinéfilos, que vieron en el cambio de sistema de votación una manera de facilitar la entrada de títulos más comerciales perjudicando al cine de animación independiente, que había logrado darle prestigio a la categoría.
Una secuela que mejora el recuerdo de su cinta predecesora
Más allá de que buena parte de la trama sea una réplica de la primera cinta, la premisa es mucho más surrealista, con secuencias contradictorias, en las que se busca criticar la excesiva competitividad en la que se ve inmersa la sociedad estadounidense (además de añadirle cierto toque feminista). Sin embargo, el planteamiento carece de sentido dentro de la propia lógica del universo de la cinta. Parece como si McGrath y McCullers buscasen introducir un complejo trasfondo en plan 'El señor de las moscas' bajo la mirada de Pixar en una producción menos ambiciosa y más convencional en su trama central, dando como resultado un título psicodélico con el que los más pequeños de la casa se distraerán, pero poco más.
'Negocios de familia' lo tenía todo para superar en calidad a su predecesora y seguir el ejemplo de la franquicia de 'Madagascar', quizás el mejor exponente de la frase "de menos a más". Sin embargo, provoca todo lo contrario. Una sensación de oportunidad fallida que se convierte en el primer patinazo de la factoría de animación en varios años, pues títulos recientes como 'Abominable', 'Trolls 2: Gira mundial' o 'Los Croods: Una nueva era' demostraron que el estudio ya no solo era sinónimo de blockbuster, sino de prestigio.
Nota: 4
Lo mejor: La animación sigue siendo espectacular, especialmente en las escenas con mayores efectos visuales y acción.
Lo peor: La constante sensación de déjà vu que tiene toda la película. Los nuevos secundarios están desaprovechados y el villano es absurdo.