Musicales hay muchos, pero es muy difícil conseguir la mezcla perfecta entre cine y música, más allá de las adaptaciones de espectáculos teatrales en los que las canciones son más un lenguaje que un complemento. John Carney dejó claro con 'Once (Una vez)' que es de esas personas que sabe conectar con la música de una forma especial, integrándola en una historia sencilla que se transforma en un agridulce cuento gracias a 'Falling Slowly' y el resto de temas de su banda sonora. Sin quererlo, se adelantó a su tiempo y creó el primer musical con alma hipster, antes de que la palabra se pusiera de moda.
Con 'Begin Again' se pasa a un lado más comercial, algo que no es malo para nada, ya que su especial conexión con las melodías y ritmos sigue intacta, ahora disfrutando de un presupuesto mayor para dar rienda suelta a su creatividad. De Dublín saltamos a Nueva York, otro de esos cambios entre su primera y segunda películas que apoyan el merecido salto de John Carney a Hollywood. Por las calles de la ciudad más retratada del mundo conocemos a Dan, un Mark Ruffalo convertido en un productor musical con cierta predisposición a terminar en un bar y una carrera en declive después de haber dado en el clavo con el rap en los 90. Su fallido matrimonio y las tiranteces con su hija adolescente, sumado a la pérdida de la fe en los artistas de hoy en día, le tienen sumido en una amargura permanente. Hasta que conoce a Greta, una joven interpretada por Keira Knightley, que llegó a la ciudad como acompañante de su novio, que está a punto de convertirse en una estrella del pop. El sueño no le duró mucho, y ella, compositora amateur, vuelca sus frustraciones en la música. Música que, por fin, despierta algo en Dan.
Resulta muy interesante que la película se centre en un hombre cuya principal labor a lo largo del día es escuchar música, y saber encontrar ese algo más entre toda la morralla. Porque solemos tender a olvidarnos que una canción no es nada sin alguien que la escuche y cree un vínculo con ella y con lo que el artista quiso plasmar en acordes y versos. 'Begin Again' se va convirtiendo poco a poco en un homenaje al placer que es encontrar una canción que escuchas y se queda a vivir en tu cabeza, a lo importante que es el proceso de sentir la música. Aunque luego Ruffalo tome parte activa del proceso de grabación de la maqueta del personaje de Knightley, la película está llena de momentos en los que el centro son las sensaciones que surgen tras oír una canción. John Carney lo retrata con gran maestría, aunque no se olvida tampoco del proceso de composición.
En él entra en juego esa inspiración constante que es Nueva York, y que en esta película vuelve a situarse en la categoría de musa multidisciplinar por excelencia. Con la excusa de utilizar los sonidos de la ciudad para grabar una maqueta diferente, el director encuentra otra vez el hermanamiento perfecto entre un Nueva York más íntimo y las canciones que salpican esas imágenes. Aunque la música sea algo más pop que en el caso de 'Once', la banda sonora vuelve a estar llena de canciones que hacen que las calles de la urbe cobren vida de una forma totalmente diferente a lo que estamos acostumbrados a ver, y mira que es difícil con una ciudad tan retratada como esta.Keira Knightley, Unplugged
La inesperada voz de Keira Knightley nos cautivará con 'A Step You Can't Take Back' desde el momento en el que entremos con Mark Ruffalo en el bar donde actúa. La actriz no solo cumple en la interpretación, sino que se convierte en la gran sorpresa de la película con su talento como cantante. Ella pone la parte íntima, mientras que a Adam Levine le toca lo más comercial, menos arriesgado pero con varios temas que aprovechan sus característicos falsetes con buena mano. Nos quedaremos con eso, porque como actor está bastante verde. Keira Knightley y Mark Ruffalo se llevan la función, por supuesto, protagonizando una curiosa relación que no tira por los típicos clichés y que conseguirá sacarnos la sonrisa en varias ocasiones. Suerte que casi todo el protagonismo es suyo, porque el resto de personajes no acaban de encontrar su hueco en la película, sobre todo el de Hailee Steinfeld, cojo y mal dibujado, totalmente prescindible.
La historia cuenta con un punto de optimismo mucho mayor que 'Once', yéndose más por los caminos "made in Hollywood", pero en general funciona fantásticamente como "feel good movie", con moralejas muy positivas sobre las segundas oportunidades. Conseguirá que salgamos un poco más contentos, tarareando alguna de las canciones de la película seguramente, por lo que John Carney puede marcarse un tanto otra vez. 'Begin Again' irradia luz, es un gran antídoto para un día amargo. Es, en definitiva, un cóctel equilibrado entre cine y música, un placentero paseo por el Nueva York más bohemio, y un sentido homenaje a ese placer que es escuchar música. Porque, como el cine sin espectadores, la música no es nada sin alguien que la escuche. Y ya era hora de que alguien retratara la sensación de ponerse unos auriculares y perderse en la melodía.