Cada vez es más frecuente ir al cine a ver una gran producción y encontrarse con una película despedazada y compuesta por una amalgama de diversos fragmentos que debieron tener algo de coherencia sobre el papel, pero que en la pantalla quedan unidos por un hilo demasiado evidente. Los estudios quieren asegurarse de que van a recuperar su inversión, y la mayoría de los directores deben someterse al corte de los ejecutivos. Para encontrar la relación entre lo anterior y 'Belleza oculta' hay que recapitular un poco.
Hace tiempo, el director al frente de este proyecto era Alfonso Gomez-Rejon, que terminó por abandonarlo por diferencias creativas. Hasta ahí nada nuevo, ya que el baile de la preproducción es muy habitual en Hollywood. Pero esa marcha se produjo un mes antes del inicio de la producción, y su ágil sustituto fue David Frankel. Lo cual supuso pasar del responsable de la sensación de Sundance 'Yo, él y Raquel' a un especialista del cine comercial más superficial, que cuenta con 'Una pareja de tres' y 'El diablo viste de Prada' entre sus trabajos destacados. Una modificación cuanto menos sorprendente. El siguiente paso fue envolver la película con un reparto de infarto, encabezado por Will Smith, que estaría acompañado por un conjunto de actores de reconocido talento.
Entonces te sientas en la sala de cine y 'Belleza oculta' pasa ante tus ojos. Alguien llora de la emoción y otra persona se lleva la mano a la cara con cierta sensación de bochorno. Una polarización muy habitual en las películas de importante presupuesto, que, recuperando palabras de Keira Knightley en la propia cinta, tratan de ir más directas al corazón que a la cabeza. Lo cierto es que Frankel no se llevó el kit de la sutileza al rodaje, y después de ver la película resulta difícil comprender cómo ese grupo de actores tan prometedor sobre el póster podía parecer tan inconexo al ser proyectado. La propia ambientación navideña sirve de recordatorio de que cuando salgamos a la calle y se nos enfríen las ideas, en el momento en el que entremos en calor, la película se irá derritiendo poco a poco en nuestra mente. Y si no ha logrado hacerse hueco en el corazón, desaparecerá como lágrimas en la nieve.
Smith interpreta al líder creativo de una agencia creativa, que sigue sin superar el fallecimiento de su hija. La rabia le lleva a escribir cartas a conceptos abstractos, en concreto al amor, la muerte y el tiempo. Y sus quejas no pasan desapercibidas, ya que esos tres conceptos cobran forma humana para visitarle. Una revelación similar a la que planteó Charles Dickens en 'Cuento de Navidad'. En principio puede sonar a drama intenso, el cual se suaviza con los contrapuntos de los compañeros de la agencia del personaje de Smith, Howard. Cada uno de ellos carga con sus propios fantasmas, ya sean la caduca maternidad o el rencor por parte de una hija. Por otro lado, se encuentran Helen Mirren, Keira Knightley y Jacob Latimore, que encarnan a la muerte, el amor y el tiempo, respectivamente. Mientras que Michael Peña, Edward Norton y Kate Winslet son los colegas de Howard, preocupados por su decadente situación. Esas tres líneas se van cruzando en todo tipo de secantes, tratando de explotar cada detalle emocional de los personajes, aunque, al exponerlo todo de manera tan cristalina, el espectador no tiene opción real de reflexionar e ir asimilando la cinta, ya que te la dan masticada por si acaso.
Pólvora mojada
El resultado es un largometraje de exposición liviana y contenido profundo, una combinación que nunca puede funcionar. A pesar de sus fallos, ver 'Belleza oculta' no supone ningún sufrimiento, ya que avanza con agilidad y el reparto trata de salvar el interés. El nivel de entretenimiento dependerá de cada uno, pero está claro que la heterogeneidad de sus componentes no hace más que minar su credibilidad. Destacan algunos intérpretes en especial, como el contenido Will Smith, que cuando no carga con el diálogo resulta bastante interesante, y Helen Mirren, que deja su marca y cambia por completo la imagen que podríamos tener de la muerte.
Por lo demás, 'Belleza oculta' es otro disparo fallido, con un objetivo tan definido que termina buscándolo a toda costa. Probablemente, con la sensibilidad adecuada habría sido una gran película, ya que la idea es original, pero el film que nos hemos encontrado queda muy lejos de eso, y representa todo aquello que el cine de Hollywood debería dejar atrás para evolucionar.
Nota: 4
Lo mejor: Ciertos intercambios dialécticos entre actores, destacando a Helen Mirren como la muerte.
Lo peor: La falta de coherencia entre los personajes, que debido a su dispersión en la cinta no terminan de conectar entre ellos. Lo evidente del planteamiento de Frankel.