Los obras de Federico García Lorca han dado para muchas interpretaciones y adaptaciones cinematográficas. Desde enfoques puramente artísticos, imposible olvidarse de la versión de Carlos Saura de 'Bodas de sangre' en la que mezclaba tragedia y danza; a otros más fieles a la obra, como el caso de 'La casa de Bernarda Alba' de Mario Carmus o con una vena autoral hipnótica, como fue 'La novia' de Paula Ortiz. Ahora llega 'Bernarda', una reinterpretación moderna del clásico lorquiano, esta vez de la mano de Emilio Ruiz Barrachina y que protagonizan Assumpta Serna, Victoria Abril, Elisa Mouliaá y Miriam Díaz Aroca.
El clásico de García Lorca se traslada a la actualidad, Bernarda acaba de enviudar y es una mujer muy religiosa. Sin embargo, en esta versión Bernarda es una proxeneta y secuestra a mujeres jóvenes para "salvarlas del mal" que acecha en el exterior. Acompañada por su fiel criada Poncia, Bernarda mantiene encerrada a su hermana María Josefa, loca en delirios de otra época, mientras que también tiene cautivas a cinco muchachas, que serán "purificadas" para ejercer de prostitutas de un extraño grupo similar al de una secta.
Reinterpretación fallida
Sin duda, el cambio de situación sorprenderá a más de uno, básicamente porque desconcierta el fanatismo religioso de Bernarda con "profesión" de madame y, a la vez, líder de una particular secta cuyas escenas el director ha clavado de la erótica 'Eyes Wide Shut' de Kubrick. De hecho, inicialmente esas situaciones fuera de contexto sacan al espectador de la trama, ya que Ruiz Barrachina y Tirso Calero (guionista de los seriales 'Bandolera' y 'Servir y proteger') optan por escribir un guion en el que se mantienen casi intactos los diálogos de la obra de García Lorca.
Está claro que la propuesta de Ruiz Barrachina llama la atención, pero no se sabe exactamente qué quiere decir con su versión. Sí, la represión de la mujer y el fanatismo religioso se entremezclan con la trata de mujeres, la explotación sexual y da un paso más al introducir la barbarie que es la ablación en África. Sin embargo, la mezcla con el fanatismo religioso no resulta del todo creíble, más con las escenas eróticas que recuerdan al ya citado filme de Kubrick. Es más, se hubiese agradecido ser menos fiel en los diálogos originales de Lorca para ver un filme inspirado en su obra pero con un trasfondo diferente y evolucionado.
No es así, a ello hay que añadirle la decisión de rodar en una antigua fábrica de azúcar. Le da al filme un aspecto muy teatral. Eso hubiera sido magnífico de haber sido una adaptación más cercana a la idea de Lorca, pero para esta reinterpretación, ese escenario no encaja. 'Bernarda', en sentido de nueva versión, está llena de buenas intenciones pero el quedarse en dos aguas solo logra provocar desconcierto ante lo que se ve.
Pese a todo, las actrices están magníficas
Pese a ello, hay que aplaudir fortísimamente a las actrices, todas magníficas. Assumpta Serna cambia de registro y pasa de la afable y valiente Hélène Studler de 'Red de libertad' por una fría, cruel y déspota Bernarda. La actriz catalana borda su papel, con una simple mirada es capaz de dejar sin respiración. A su lado está Victoria Abril, que interpreta a María Josefa, pasando a ser ahora la hermana menor de Bernarda. Abril es el delirio personificado. Mención también para magnífica Miriam Díaz Aroca, clavando su papel de Poncia, fascina ver su transformación en la criada amargada cuya viciada relación con Bernarda es más explícita en esta versión. También aplauso para Elisa Mouliaá, su papel de Adela está a la altura. También mención para Will Shephard, el actor gallego tiene el papel mejor adaptado a esta reinvención, el de Pepe el Romano.
Como le pasó a 'Yerma', la primera adaptación que hizo Emilio Ruiz Barrachina de Lorca, 'Bernarda' es una actualización extraña, que no se sabe exactamente qué quiere decir. Es frustrante ver a un grupo magnífico de actrices dando lo mejor de sí para una película que hubiera podido funcionar mejor.
Nota: 4
Lo mejor: Las actrices, especialmente Assumpta Serna, que están a la altura de sus papeles.
Lo peor: Como reactualización, le falta un sentido concreto, no se sabe exactamente qué quiere decir el director.