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CRÍTICA

'Bienvenida a Montparnasse': Aprendiendo a ser independiente

Crítica de 'Bienvenida a Montparnasse', comedia dramática dirigida y escrita por Léonor Serraille. Cámara de Oro a la mejor ópera prima en el 70º Festival de Cannes.

Por Miguel Ángel Pizarro Más 9 de Noviembre 2018 | 12:58
Colaborador de eCartelera. Apasionado del cine y la cultura en general. Cine europeo y de animación, mi especialidad.

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La verdad es que el amor ha sido y es una de las grandes fuentes de inspiración para las más diversas artes, incluido el cine. De hecho, existen historias muy potentes que mezclan el desamor con el viaje de redescubrimiento. Recientemente, el cine francés ha mostrado varios ejemplos que mezclan drama con comedia con resultados muy buenos, como el caso de 'Un sol interior', 'Los casos de Victoria' o '50 primaveras', proyectos dirigidos y escritos por mujeres. Ahora llega a salas españolas 'Bienvenida a Montparnasse', dirigida y escrita por Léonor Serraille y ganadora de la Cámara de Oro a la mejor ópera prima en la sección Una Cierta Mirada del 70º Festival de Cannes.

Bienvenida a Montparnasse

Paula tiene 31 años y acaba de llegar a París después de vivir varios años en México con Joachim, su novio, que era su antiguo profesor de arte, música y literatura. Nada más llegar a la ciudad, Joachim rompe la relación y deja a Paula en la calle. Sola y con la gata persa de su ya exnovio, a la que abandonó junto a Paula, la joven se ve obligada vivir de casa en casa de amistades hasta encontrar un trabajo. Las puertas le son cerradas a ella y a la pobre gata persa. Lejos de desmoronarse, Paula opta por empezar a tomar las riendas de su vida y ser independiente.

Un proyecto liderado por mujeres

Cámara de Oro a la mejor ópera prima en Cannes, el filme ganó también el premio a la mejor actriz para Laetitia Dosch (ex aequo con Agnieszka Mandat-Grabka por 'Spoor (El rastro)') en la 62ª edición de la Seminci y nominada a dos premios César. Primero, aplaudir que 'Bienvenida a Montparnasse' sea una película con un grupo técnico mayoritariamente femenino. Serraille es la directora y guionista, cierto, pero también son profesionales mujeres la compositora de música, la directora de fotografía, de casting, de diseño de producción y también la producción está liderada por una mujer. Aplauso para que dejen de ser casos excepcionales. Una situación que, afortunadamente, en el cine francés cada vez va siendo más habitual, proyectos liderados por mujeres.

Bienvenida a Montparnasse

Después de ese paréntesis, toca seguir aplaudiendo, puesto que la ópera prima de Léonor Serraille logra ofrecer una propuesta que aprovecha los convencionalismos de su género para traer una película diferente y original. De hecho, el filme empieza de forma abrupta, violenta, con una protagonista que, aparentemente, es neurótica, pierde los nervios con demasiada facilidad y es impulsiva. De hecho, Serraille crea un personaje poco empático, con el que es complicado, al inicio, conectar. Es, justamente, cuando la cineasta hace que Paula entre en una especie de travesía en el desierto en la que se va comprendiendo más a una protagonista que, inicialmente, parecía una mujer con problemas psicológicos.

La directora, con sutiles detalles, muestra cómo una chica joven perdió voluntariamente su independencia por amor, sin saber las consecuencias a largo plazo. Poco a poco, se va conociendo la historia detrás de Paula, de cómo dejó de hablar a sus padres por amor, de cómo inició una relación con su profesor de la universidad, mayor que ella, de cómo fue amoldándose a él, olvidándose de su propio bienestar. Aquí no hay buenos y malos, Serraille se centra solamente en su protagonista, que empieza su camino hacia la independencia de forma errática (la pobre gata persa es la primera en pagar sus errores), para, poco a poco, ir viendo a una mujer que empieza a encontrar su propio equilibrio (siendo también la gata persa la principal beneficiada).

Sólido debut de Léonor Serraille. Laetitia Dosch está magnífica

En ese viaje hacia la autonomía, Serraille sabe ser mesurada, no crea una historia feel-good de superación personal, solo muestra a una mujer que va encontrando las herramientas para vivir su propia vida, con sus imperfecciones. Aquí no hay escenas de burgueses bohemios paseando por las zonas más exclusivas de París, sino que hay miseria y situaciones de riesgo de exclusión social, a las que la protagonista se enfrenta, primero con inseguridad, pero después con una fuerza interior propia de alguien que ha madurado y ve su propia situación en perspectiva. Aplauso fortísimo para su actriz protagonista, Laetitia Dosch, que ha sido capaz de transmitir el caos que es su personaje con firmeza y mucho esmero.

Bienvenida a Montparnasse

Serraille crea un retrato de una mujer real en 'Bienvenida a Montparnasse'. Quizás no sea fácil entrar en la película pero, una vez la protagonista empieza a encontrar su propio equilibrio, es imposible no sentirse fascinado por una propuesta diferente y original. Un debut sólido que ya hace preguntarse, cuál será el siguiente proyecto de esta directora con una carrera más que prometedora.

Nota: 8

Lo mejor: Su segunda parte, que muestra la evolución de su protagonista.

Lo peor: Pensar que se está ante una típica comedia feel-good y también, tristemente, su poca distribución en salas españolas.